Los cheques rechazados representan otro indicador de la crisis económica. Los valores siguen por encima de los niveles pre-devaluación de 2018 y los analistas estiman que se mantendrán altos hasta 2020. Sacando el pico del año pasado, hay que remontarse a diciembre de 2008, hace más de una década, para encontrar un número similar al de mayo de este año, último dato publicado por el Banco Central. El aumento de los cheques rechazados está vinculado a las dificultades que enfrentan productores, distribuidores y comerciantes cuando se rompe la cadena de pagos en la economía formal. Cabe destacar que los datos muestran una leve mejora si se los compara con los picos registrados el año pasado tras la corrida cambiaria.
El último dato que difundió el Banco Central muestra que en mayo de este año el monto de cheques rechazados por falta de fondos sobre el total compensado fue de 0,92 por ciento, cifra mayor al mes pasado pero menor al primer trimestre del año. Representa una leve mejora si se lo compara con mayo del año pasado, cuando se produjo el pico de la tendencia, con 1,4 por ciento de los montos de cheques rechazados luego de la corrida cambiaria. Sin embargo, representa un aumento si se lo compara con los años anteriores a la crisis: en mayo 2017 fue de 0,78 por ciento y en mayo de 2016, de 0,63 por ciento. En mayo de 2015, meses antes de que asumiera Mauricio Macri, el dato era 0,55 por ciento. Hay que remontarse a diciembre de 2008, hace más de 10 años, para encontrar un número similar al de mayo de este año.
En el período enero-mayo de los últimos 4 años se observa la misma tendencia: el número más alto se da en 2018, más allá que en el primer trimestre del año la economía crecía. Pero el porcentaje de cheques rechazados fue tan alto en abril y mayo de ese año que hace que la cifra sea la más alta. El monto de cheques rechazados no pagados sobre el total compensado fue en ese período de 1,71 por ciento; este año registra una baja al ser de 1,66 por ciento. Sin embargo, está muy por encima de 2016 y 2017, donde fue de 1,17 y 1,35 por ciento, respectivamente. Así se desprende de un análisis realizado por el instituto Ieral de la Fundación Mediterránea.
Joaquín Berro Madero, de la Fundación Mediterránea, explicó por qué el pico de la tendencia se dio en mayo de 2018: “Desde la corrida cambiaria, el porcentaje de cheques rechazados empezó a crecer y se aceleró en el segundo trimestre del año pasado, tocando un pico en mayo. Esta serie está relacionada con el nivel de actividad. Cuando cayó la actividad, se enturbió la cadena de pagos y surgió el problema del rechazo de cheques”. Para el economista, la baja en los indicadores significa una leve mejora, pero adelanta: “Es un dato alentador, pero no vuelve al nivel de 2017, cuando la economía crecía. Hay que esperar los datos de los próximos meses para ver si se trata de un rebote”.
Matías Rajnerman, economista jefe de Ecolatina, explicó por qué la cifra actual no vuelve a los niveles pre devaluación. “El mayor crecimiento lo vemos en los cheques rechazados no pagados porque las empresas a esta tasa de interés no logran financiarse. Las firmas que tienen cheques rechazados es porque no tienen fondos en la cuenta dado que es muy caro girar al descubierto o pedir un adelanto en cuenta corriente. La tasa está en 72 por ciento, cuando el año pasado era del 45 por ciento. Y ninguna empresa tiene rentablidad del 70 por ciento en un contexto de demanda interna deprimida”, explicó Rajnerman. Y adelantó que no se volverá a los niveles pre crisis hasta 2020: “Será una recuperación lenta a medida que suban las ventas”.
Además, Rajnerman puso el foco en la morosidad de las empresas, un dato íntimamente relacionado a los cheques rechazados. Según el último dato del Banco Central, el 4,2 por ciento del total de los préstamos a las empresas tuvo irregularidades. Es casi cuatro veces más que en mayo del año pasado, cuando fue del 1,1 por ciento. “La morosidad del sector privado está en un pico de la última década. Genera una dinámica que provoca un escenario de alerta si se perpetúa”, aseguró. Para Rajnerman, las tres causas que explican esta fuerte suba fueron la eliminación de una línea de créditos para inversión productiva durante la gestión de Federico Sturzenegger; la flexibilización de las condiciones de préstamos en dólares, que llevó a que las compañías se endeudaran en moneda extranjera, y la caída de la rentabilidad. “Las inversiones se dieron durante una situación de suba en las ventas y el resultado fue una caída”, agregó.
Ernesto Mattos, investigador del Centro Cultural de la Cooperación, opinó que el dato importante no es solamente el porcentaje de cheques rechazados por falta de fondos, sino el monto en millones de pesos en términos reales. La cifra cae sostenidamente desde hace un año. El volumen de cheques compensados en mayo del año pasado fue de 564.875 millones de pesos, mientras que este año fue de 460.685, lo que representa una baja del 18 por ciento en términos reales. “Las empresas comenzaron a manejarse con menos cheques porque por la recesión y las presiones de la AFIP, que derivaron en embargos, todo lo que pueden lo informalizan y manejan todo en efectivo”, informó Mattos.
Para Martín Vauthier, director de Estudio Eco Go, la caída de los montos de cheques compensados no se debe solamente a la recesión, sino también a un impacto tecnológico: “El cheque pierde participación como medio de pago, mientras que crecen las transferencias o los débitos directos. Un cheque rechazado ya dejó de ser un gran termómetro de la dinámica de la cadena de pagos porque es un medio que cada vez se usa menos”.