Son tres y vienen de Oriente. Podrían ser los Reyes Magos, pero ya están grandes para eso. Son de Montevideo, claro, ese oriente más cercano y entrañable. Hugo Fattoruso en piano y teclados, Daniel Maza en bajo y Fabián “Sapo” Miodownik en batería forman el Trío Oriental y más que oro, incienso y mirra, traen los reflejos de una tradición reelaborada, que ofrendan en un nuevo disco. Trío Oriental se llama el trabajo integrado con músicas propias que este jueves a las 21 y el viernes a las 21 y a las 23.50 presentarán en Bebop Club (Moreno 364).
Los caminos del candombe, en sonido y espíritu, señalan los rumbos en la música del primer disco del Trío Oriental. Entre el tema inicial “La explicación”, de Fattoruso, hasta el final “Mi tambor” de Daniel Maza sobre letra de María Volonté y Kevin Carrel Footer, se extiende una nutrida y atractiva serie de formas que puede tomar el candombe imaginado entre piano, bajo y batería. “Somos rioplatenses montevideanos y nuestro sonido es de ahí”, asegura Fattoruso al comenzar la charla con Página/12. “Crecimos hipnotizados por ese sonido afro-urbano-montevideano, que aunque hoy se toque en todo el país y más allá, viene de espacios que frecuentamos desde niños: Barrio Sur, Palermo y Cordón, lugares donde están las cuerdas madres”, agrega el pianista. “Somos gente a los que la cosa rítmica no les cuesta, por eso nos gusta variar. Pero la marca del trío es el candombe, siempre se va para ese lado”, interviene Maza. “Es sobre todo la intuición lo que nos lleva al candombe. El sonido de los tambores está implícito en la música del trío”, completa Miodownik.
Sobre las formas que el candombe puede tomar en sus idas y vueltas, Fattoruso se apura a hacer algunas puntualizaciones. “Cuando se toca candombe con batería no hay lugar para los tambores. Son dos elaboraciones distintas”, asegura Fattoruso. “Por ejemplo cuando toco con el Quinteto Barrio Sur, con la cuerda de tambores y el piano, hacemos un candombe más enfocado, entonces la proyección es bastante diferente. Con el trío hacemos lo que llamo candombe de combo. Ahí tenemos que proyectar en los instrumentos del trío lo que sería el candombe con tambores. Y con el Trío Oriental logramos un buen acercamiento a eso. Maza tiene un ritmo bestial y Fabián es un baterista despierto y con brío. Yo con ellos voy en coche”, dice el pianista.
“Candombe Re Fa Si” y “Vamo’ Vamo’”, de Fattoruso, son acabadas muestras de esa pertenencia rítmica y melódica, que sin embargo necesita hacer digresiones para sentirse completa. Como en “Casi una chacarera”, de Maza, y “Malambete”, de Fattoruso. “A mí me gusta toda la música y me animo a componer en otros ritmos. Si hago algo es porque creo que me sale bien. Y si no me sale bien, bueno, le ponés ‘aire de…’ y te hacés perdonar cualquier falencia”, asegura Maza entre risas y continua: “Yo soy un bajista de los de antes. Me gusta que haya ritmo, que haya base. Y que la música camine. ¿Te lo explico mejor? Que se pueda bailar”, define. “El ritmo de Maza es firme como una pared, con un groove tremendo, y eso nos permite a Hugo y a mí jugar un poco más, salir de los esquemas para después volver. El trío pone en juego tres individualidades y lo importante es la conexión entre nosotros. Somos un trío y somos uruguayos y eso nos permite un sonido propio”, agrega Miodownik.
Fattoruso tiene una larga historia con la formación de trío, como escuela y como plataforma para excursiones musicales siempre originales. Está el trío de la tradición familiar, sucesivamente integrado con su padre Antonio, más tarde con su hijo Francisco y siempre con su hermano Osvaldo. También Opa, con Osvaldo y Ringo Thielmann, nació como trío en 1969. “Sí, es cierto, el trío tiene mucho que ver con mi trayectoria. Y me encanta, porque es un formato en el que hay que jugársela toda. Eso sí, hay que buscar variedad de sonidos e ir dosificando, porque si no al quinto tema parece que estamos repitiendo el primero”, dice el pianista que se define como “un músico en permanente pedaleo”.
Para Maza, por musicalidad y actitud uno de los bajistas más sorprendentes de la actualidad, lo más atractivo del trío tiene que ver con la libertad. “Es lo que necesitamos para la música que hacemos, en la que hay mucho margen para la improvisación. Eso hace que siempre pasen cosas distintas entre nosotros y la música se mantenga siempre fresca”, interviene Maza. “Hace mucho que tocamos juntos, nos conocemos las mañas y eso hace que todo fluya”, interviene Miodownik. “Si, pero viste que hay días en los que tirás un dedo en el diapasón del bajo y enseguida es gol y otros en los que la cosa tarda en arrancar. Siempre dentro de un nivel aceptable, claro”. “Es que más que artistas somos artesanos. Me gusta pensar así. Como otros trabajan la madera, el cuero o el hierro, nosotros trabajamos con sonidos” agrega Fattoruso y concluye: “Siempre esperamos agradar con lo que hacemos y en este sentido yo estoy garantido, porque si a nosotros nos gusta, tan mal no debe estar. Esto no es bardo”.