Desde Lima. Hasta Londres 2012 el handball de Argentina no había registrado acción en el marco de los Juegos Olímpicos, pero la primera vez llegó de la mano de una épica consagración en los Panamericanos Guadalajara 2011. Aquel golpe en la final ante Brasil quedó expresado en la línea de tiempo como un quiebre en la historia de la disciplina y a partir de allí nada fue igual para los albicelestes y mucho menos para los demás en el marco continental. Ahora, luego de recuperar la medalla dorada en Lima, Los Gladiadores apuntan a dar un nuevo salto de calidad en Tokio, que serán los terceros Juegos de manera consecutiva para el país. Algo inédito y jamás imaginado años atrás.
“En Argentina nuestro deporte es amateur y todos los que lo practicamos somos apasionados que soñamos con un handball profesional. Todos los que se quedan en Argentina o nos vamos, hacemos lo mejor para la Selección”, describió Diego Simonet, la figura del nuevo campeón panamericano. Es que para él y sus compañeros vestir la camiseta no es algo más. “Toda nuestra vida pasa en torno a los Gladiadores”, remarcó el ganador de la Champions League 2018 con el Montpellier de Francia.
La estadística refleja que la medalla dorada fue obtenida de manera invicta y con cinco triunfos consecutivos, pero desde el juego el éxito no fue tan fácil para el combinado dirigido por el español Manolo Cadenas. Si bien Brasil fue eliminado a manos de Chile, fue el propio conjunto trasandino el que exigió al máximo a Los Gladiadores tanto en la fase de grupos como en la definición del título en Perú. Amén de eso, Argentina supo ser certero en las ofensivas y marcar diferencia también con un buen trabajo defensivo.
“El handbolista argentino tiene un cierto compromiso especial y juega sin tener que ser dirigido todo el tiempo. Es una especie de autogestión personal”, describió Cadenas, quien tuvo el duro desafío de tomar la posta tras la salida de Eduardo "Dady" Gallardo, a quién también tuvo presente en su balance. “Este equipo tiene muchos padres, yo soy el último, el padre adoptivo. Como entrenador quiero felicitar a los anteriores por el trabajo que han hecho”, aclaró.
Los actuales Gladiadores están en una etapa en la que se reinventan como equipo, no sólo desde los nombres propios, sino también desde el nuevo estilo de juego al que apuntan. “Hay muchos jugadores experimentados y jóvenes que aportan frescura en lo físico, pero también está la camada 89/90 que cuenta con espalda a los 30 años, una edad justa para un handbolista”, analizó el Chino Simonet, quien justamente se encuentra en ese pico de rendimiento y es consciente de eso. Sin ir más lejos, fue MVP en la última definición de la Liga de Campeones en el Viejo Continente.
“Simplemente gestiono el grupo, intentando darle variabilidad táctica con un estilo de juego europeo”, reveló sobre sus objetivos el entrenador español. “Apunto al orden táctico con el que intentemos hacer las cosas sencillas pero extraordinariamente bien. Ahí es donde costó un poco más, porque están acostumbrados a dejarse llevar más por su instinto y a veces es mejor tener orden”, insistió Cadenas.
“Clasificar a un Juego Olímpico es muy importante para el handball del país”, remarca Simonet, el referente que en más de una ocasión fue catalogado como el Lionel Messi de su deporte. Con una cierta solidez, Los Gladiadores inician la cuenta regresiva a los Juegos Olímpicos en un gran momento histórico y ahora apuntan a patear el tablero fuera del continente, donde ya dejaron claro que el logro en Guadalajara hace ocho años no fue un hecho aislado.
“Ya tuvimos dos experiencias. Ahora vamos a Tokio 2020 a buscar el diploma olímpico. Ese es el objetivo”, expresó con aplomo el Chino Simonet, hermano de Pablo y Sebastián en el primer equipo argentino. Es que de haber terminado 10° en Londres 2012 y Río 2016, ahora Los Gladiadores esperan capitalizar un nuevo presente a nivel grupal con una clasificación a segunda ronda en Japón.