La industria nacional sigue cayendo en el precipicio al que la empuja la política económica del gobierno de Cambiemos. Se conocieron varios casos de cierres de empresas y despidos. La planta de baterías y acumuladores Ran Bat bajó la persiana de un día para el otro, con lo cual quedó en peligro la fuente de trabajo de 35 personas, mientras que cerró la autopartista Dino Mattioli, que dejó a 36 trabajadores sin empleo. La firma Free Colors, de fuegos artificiales, dejó de operar y se perdieron 70 fuentes de trabajo. También se concretaron despidos la fábrica de motos Zanella, que ofertó indemnizaciones en doce cuotas.
La crisis industrial socava el tejido social aunque no despierta casi mención por parte del Gobierno y mucho menos medidas concretas de apoyo. Los números agregados que elabora la Secretaría de Trabajo muestran que en los últimos doce meses se perdieron 67.100 empleos industriales formales , a razón de 186 puestos que se destruyen por día. Desde que comenzó la gestión de Macri se perdieron 147.104 empleos en el sector manufacturero, lo cual choca de frente con aquel lema de la campaña 2015 acerca de la creación de “empleo de calidad”.
En la localidad de Virrey del Pino, La Matanza, se produjo el cierre de la empresa de autopartes de reposición Dino Mattioli SAIC, con lo cual quedaron en la calle sus 36 trabajadores. La firma venía con graves problemas financieros desde fines del año pasado, cuando se presentó a concurso de acreedores. “A partir de ahí, los dueños empezaron a atrasarse con los salarios, a lo que se sumó el no pago del aguinaldo, del plus vacacional, más los aumentos paritarios y el pago de la ropa de trabajo. Fuimos perdiendo beneficios y derechos por atrasos de la empresa", dijo Daniel Ben, trabajador de la empresa y delegado de la UOM.
También se conoció el cierre de la empresa que fabrica Arcynur, de baterías y acumuladores Ran Bat. “Hace una semana y media que no entraban insumos, ni plomo, ni ácido, ni óxido. No nos mandaron carta documento, ni nos avisaron, nos dejaron abandonados”, dijo Marcelo Serrano, delegado de la empresa. Según comentó el trabajador, la empresa ubicada en Burzaco (Almirante Brown), se venía achicando en los últimos años, aunque había pedidos acumulados para atender. “No entendemos por qué cerraron de esta forma. Nos deben una quincena, aguinaldo y el retroactivo de abril. No vamos a regalar nada de lo que nos corresponde", agregó Serrano.
El sector autopartista que trabaja con las terminales para el mercado del cero kilómetro viene penando por el bajísimo nivel de producción de autos, mientras que el segmento que opera en el mercado de reposición enfrenta la apertura de importaciones además de la crisis en las ventas. El año pasado se destruyó el 5 por ciento del empleo autopartismo y en 2019 el resultado podría ser todavía peor, estiman.
La producción de autos registra en los primeros siete meses una caída del 35,6 por ciento frente al mismo período del año pasado. En julio se fabricaron en el país apenas 21.646 unidades, el mismo nivel de ventas que el registrado en julio de 2004 , en los albores de la recuperación económica posterior a la crisis de 2001/02. Entre todas las terminales automotrices que vienen afectando la situación laboral de sus trabajadores, en los últimos días circuló la versión de que la japonesa Honda puso en duda la continuidad de la fabricación de la camioneta HR-V, aunque puertas hacia afuera desmienten esa posibilidad. Estarían negociando con el gobierno los términos de la salida. Desde comienzos de año, en la planta de Honda de Campana se vienen aplicando suspensiones masivas de personal.
Por otro lado, 70 puestos de trabajo se perdieron por el cierre de la empresa Free Colors, de fuegos artificiales. La firma operaba desde los años `70 en el pueblo de Alvarez (8 mil habitantes), cerca de Rosario.
En tanto, la empresa Zanella confirmó los 32 despidos en la planta de San Luis y la oferta de pago de indemnizaciones en doce cuotas. Los empleados rechazan esa propuesta y afirman que se encuentran hace un año trabajando dos días a la semana percibiendo el 70 por ciento del sueldo.
Frente a la sucesión diaria de cierre de empresas, pedidos de quiebra, concurso de acreedores y suspensiones, la política de contención laboral brilla por su ausencia.