Vivimos en una sociedad atravesada por la angustia, en la cual las ofertas terapéuticas se multiplican. El psicoanálisis compite hoy con las terapias comportamentales de base conductivista y neurocientista. Según estos modelos, acordes a la sociedad de consumo, los logros y las mediciones, es suficiente tener objetivos claros para modificar realidades y mejorar desempeños.

Pienso que el plus que aporta el libro ¿Qué voz en psicoanálisis? radica en advertir sobre los poderes sugestivos de la palabra, que llevan al consultante muchas veces en su indefensión, a quedar sometido frente a una figura terapéutica y su dominio. Con Freud y Lacan, los psicoanalistas abordamos al ser hablante, guiados por conceptos como el inconsciente, la transferencia, y el sinthoma. Cuando nos referimos a la voz, no se trata simplemente de la voz emitida, de "lo que se dice", sino de algo a pesquisar con sutileza para así abordar esa voz áfona tal como Lacan la nombró. Voz sin sustancia sonora que está en la hiancia de lo que se dice, en los silencios, en los ruidos, en los tonos. Freud la llamó "superyó": es ese imperativo radical inexorable que empuja a lo peor, al goce sin medida, a la tortura de los pensamientos, al consumo. En el campo de las psicosis y el autismo damos asimismo, una batalla a las terapias medicadoras, o bien educadoras, que desconocen que la voz de la alucinación es un hecho de lenguaje. Es nuestro modo de dignificar el tratamiento de quien la padece. Estas son las razones por las cuales les damos a conocer este nuevo libro: ¿qué voz en psicoanálisis?, producto del trabajo conjunto de psicoanalistas de la orientación lacaniana de varios países del mundo. Libro del cual soy la compiladora, que tiene prólogo de Guy Briole y que presentaremos en la Biblioteca Nacional, en la Sala A. Cortázar, el sábado 17 a las 17, con Juan Dobón y Juan Mitre, psicoanalistas. Los esperamos Agüero 2502 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, piso Hemeroteca. 

*Psicoanalista. EOL y AMP.