El polo agroexportador reafirmó su privilegio como primer sector de la economía santafesina: sus ventas al mundo aumentaron en 2016 y sumaron más de 11.500 millones de dólares, entre aceite y harina de soja, granos y biodiesel. El dato integra el último informe del Instituto Provincial de Estadística y Censos (Ipec) sobre la evolución de las exportaciones de Santa Fe, y reavivó lecturas torvas en la Legislatura, y hasta en el seno del gobierno provincial. Semejante cifra, por ejemplo, le hizo recordar al diputado Carlos Del Frade que el presupuesto anual de la provincia es mucho menos que eso y que, no obstante, el principal complejo aceitero del mundo que funciona en los puertos privados del Gran Rosario sigue a salvo de tributar impuesto a los Ingresos Brutos, como sí debe hacerlo hasta una verdulería de barrio.
Según el análisis que el Ipec publicó en estos días en la web oficial, la economía santafesina exportó el año pasado por 14.141,8 millones de dólares, un 7,3% más respecto de 2015. De ese total, 12.610 millones corresponden al sector agroexportador. Ese crecimiento lo determinan mayores volúmenes colocados (14,2%) y una caída de precios internacionales del 5,2%. El repunte de 2016 cambió la tendencia del declive que las colocaciones externas venían experimentando desde los casi 19 mil millones de dólares exportados en 2011.
Pero adentro de ese número cuya publicación pareciera congraciar la política económica de Cambiemos, habitan matices que ponen sobre relieve quién se lleva la mejor tajada. Entre las manufacturas de origen agropecuario (MOA), las exportaciones habitualmente líderes consolidaron su lugar: el sector agroexportador despachó 18,9 millones de toneladas de harina y pellets de soja por U$S 6.427 millones, y 3,7 millones de toneladas de aceite de soja en bruto por 2.611 millones de dólares: una variación interanual positiva de 1,5% y 9,1%, respectivamente. También aumentaron las exportaciones de productos primarios, sin valor industrial agregado, como el trigo (+81%), maíz en grano (+35%), y arroz blanqueado (29%). La exportación de poroto de soja ‑en cambio‑ fue 24,5% menos que en 2015. Igual, entre esos tres cereales y la oleaginosa reina de la pampa húmeda, las ventas externas superaron las 6.800 toneladas, y los 1.515 millones de dólares.
Dentro de las manufacturas de origen industrial (MOI), la que mejor anduvo también es negocio del mismo sector: las fábricas de biodiesel tuvieron un año inolvidable al colocar 1.230 toneladas por 943 millones de dólares, lo que le significó un crecimiento del 171 por ciento respecto de 2015.
La incidencia de la industria en la torta exportadora también contribuye a reflejar el perfil mayormente primario de la economía santafesina: el 73,3% de las exportaciones han sido MOA, y el cuarto restante se lo dividen las MOI (14,7), y los productos primarios (11,7). El 0,3 que completa el porcentual lo ocupó el rubro "Combustibles y energía".
"Una peluquería paga ingresos brutos, pero Cargill, Bunge o Dreyfus no", advirtió el diputado Del Frade.
Detrás de la notoria supremacía de los derivados oleaginosos (aceite, harina y pellets), hubo exportaciones de carne bovina por 45 mil toneladas y 300 millones de dólares. Pese a su acotada incidencia, vale decir que este rubro aumentó entre 13 y 16% interanual su participación en las exportaciones santafesinas. En cambio, otros rubros como cueros y pieles, y pellets de molienda sojera decrecieron, junto con el resto de otras manufacturas menores de origen agropecuario.
A pesar de que el informe expone un crecimiento casi general de las exportaciones, su composición no conforma en algunas áreas del gobierno provincial. El ministro de Producción, Luis Contigiani, ha cuestionado este perfil. "Seguimos siendo un país que le vende al mundo materia prima sin procesar", dijo y criticó que el modelo del gobierno macrista "fortalece la primarización de nuestras exportaciones con un proceso de apertura, mayor concentración económica y una carrera por la escala". En un documento publicado el año pasado, Contigiani advirtió que si "Argentina no es capaz de cambiar su estructura productiva, no se podrá en el tiempo generar empleo de calidad, y el país siempre dependerá de los ciclos internacionales en relación a los commodities".
Tax free
Las terminales de granos y crushing del Gran Rosario y sus puertos están exentas de pagar el impuesto a los Ingresos Brutos, tributo con el que el Estado provincial grava el comercio dentro de su territorio. El diputado provincial del Frente Social y Popular, Carlos Del Frade, ha insistido en vano con instalar este asunto en la agenda legislativa. Responsabiliza de ello a un lobby del sector que está bien blindado entre el poder político, organizaciones intermedias, corporativas y hasta medios de comunicación que ignoran tal privilegio tributario.
Del Frade asegura que si las primeras 10 exportadoras más importantes con sede en Santa Fe tributaran el 5 por ciento (el gravamen llega hasta el 8%) de su facturación, la Provincia recaudaría 10.000 millones de pesos más. Una suma nada despreciable, habida cuenta de que en 2015 Santa Fe recaudó $16.274.034.672 por ese impuesto, y $22.446.751.784 en total.
"En 2015 las 10 exportadoras más grandes facturaron más de 200 mil millones, bastante más que los 154 mil millones del presupuesto provincial. Y a pesar de eso, no pagan Ingresos Brutos a pesar de que es un impuesto para quien ejerce el comercio en territorio provincial. Una peluquería lo paga, pero Cargill, Bunge o Dreyfus no", expuso.
Según dijo, el argumento que le confrontan cuando insiste con un proyecto de ley para gravar al sector es el pacto fiscal de 1991. "Ese pacto de hace 26 años repite la lógica de la fórmula de la Guerra del Paraguay, donde se imponía que las provincias tenían que someterse a la necesidad de la Nación de recaudar por una situación de emergencia. Y la realidad indica que las provincias son largamente acreedoras de la Nación", señaló Del Frade.
"Luego vienen con eso que llamaron reforma fiscal el año pasado, que implica seguir perdonándole a los grandes y asegurándose la recaudación en los más chicos. Luego pretenden llamarse socialistas cuando gobiernan asesorados por entidades patronales que hacen el mismo lobby de siempre", despreció el legislador.