El juez federal Aldo Alurralde recibió un mensaje intimidatorio en su propio despacho en el juzgado de Reconquista: al lado de su computadora alguien dejó un pájaro muerto. 'Está aplastado y puesto', explicó Alurralde, quien tildó el hallazgo como 'un mensaje mafioso', aunque aseguró que 'si lo que buscan es amedrentarme, no lo van a conseguir'.

El magistrado explicó que 'el despacho a la tarde está con vidrios cerrados, por lo que es imposible que entre un gorrión y menos que muera ahí. Está aplastado y puesto; y lo preocupante es que pudieran ingresar a mi despacho'. En esa línea, contó que -como es habitual- fue el último de todos los empleados del Poder Judicial que se retiró del Juzgado el día martes y  constató que todo estaba cerrado. "No hay forma de que hubiera ingresado un pájaro al despacho, mucho menos se explica el aplastamiento, por eso no tengo dudas de que se trata de un mensaje mafioso" el que ahora debe investigar la Fiscalía Federal de Reconquista.

"No es la primera vez que me pasa ni creo que será la última. He tenido situaciones de mayor complejidad", expresó Alurralde en diálogo con Aire de Santa Fe. Es que "uno toma decisiones que afectan intereses" y sobre todo en materia de narcotráfico, por lo que según el juez, no hay dudas de que el pájaro muerto es un mensaje en torno a una causa penal sobre la que él tiene poder de resolución. "Actualmente hay 130 personas detenidas a disposición del Juzgado Federal de Reconquista; todas por infracción a la ley de estupefacientes", detalló.

Por ahora, la policía investiga cómo llegó el mensaje al despacho del juez, teniendo en cuenta que el edificio es custodiado a diario por dos efectivos de la Gendarmería Nacional. "Pudo haber una falla en la seguridad o alguien que ha hecho la vista gorda", manifestó Alurralde. Sin embargo, la mayor preocupación radica en que "alguien" tuvo acceso a la oficina del juez, donde se almacenan cientos de expedientes con información sensible.

El Juzgado es custodiado las 24 horas por personal de Gendarmería Nacional que tiene acceso al edificio, incluso al despacho del magistrado. Los gendarmes cumplen esa misión desde noviembre de 2018, cuando Alurralde echó del juzgado a los policías federales que tenían ese deber porque mientras tenían bajo su custodia un camión Scania secuestrado con un cargamento de cigarrillos de contrabando faltaron 38.500 atados de 20 unidades cada uno. Inmediatamente la jefatura regional trasladó al jefe y a varios de los federales que estaban en Reconquista, quienes fueron asignados a otras jurisdicciones.

Cabe recordar que Alurralde ya sufrió otras situaciones, como el que ocurrió en la madrugada del sábado 9 de julio de 2016 cuando por la Ruta Provincial 40 regresaba a su casa en la zona rural de Nicanor Molinas (22 km al oeste de Reconquista) y un vehículo se le puso a la par, bajaron la ventanilla del acompañante y le mostraron un arma.