Alrededor de 13 millones de ecuatorianos irán a las urnas hoy en primera vuelta para decidir si el país mantendrá el rumbo socialista que ostenta desde hace diez años o imprimirá, como ocurrió en otros países de la región, un viraje hacia la derecha o a la centroderecha.
Concretamente, 12,8 millones de ciudadanos están habilitados para elegir al próximo presidente de la nación, legisladores nacionales y representantes al Parlamento Andino, y votarán por SI o NO en una consulta paralela a la pregunta de si aceptan que quienes ocupen cargos de elección popular puedan tener bienes o plata en paraísos fiscales. Los comicios se realizarán entre las 7 (las 9 en la Argentina) y las 17, y se estima que los primeros resultados parciales estarán disponibles a partir de las 20 (local), señalaron medios locales.
Lenín Moreno, de Alianza País, llega a las elecciones como favorito de las encuestas con promesas de continuar la obra que inició el actual mandatario, Rafael Correa, en marzo del 2007, pero la diferencia que se le atribuye no parece suficiente como para asegurarle el triunfo en la primera vuelta. El sistema ecuatoriano establece que habrá balotaje si ningún candidato consigue reunir la mitad más uno de los votos o el 40 por ciento de los sufragios con una diferencia de diez puntos porcentuales sobre su inmediato perseguidor.
El desgaste, los problemas en la marcha de la economía y una serie de denuncias que involucran a distintos funcionarios en presuntos casos de corrupción no despojaron al oficialismo del primer lugar en los sondeos, pero al parecer erosionaron sus posibilidades de asegurarse una continuidad del modelo en primera vuelta. Si esos pronósticos se confirman, sólo dos propuestas serán puestas al debate para un balotaje de resultado incierto, afirman los analistas.
Los principales desafiantes de Moreno son el banquero Guillermo Lasso, impulsor de una propuesta liberal para la economía, y la diputada opositora Cynthia Viteri, cuyos caudales electorales parecen parejos en los sondeos. Moreno, quien fue vicepresidente del país entre 2007 y 2013 y padece una paraplejia que lo obliga a movilizarse en silla de ruedas a causa de un accidente automovilístico, pretende ampliar la base de electores con un discurso moderado y de consenso sobre el cual profundizar y a la vez corregir el modelo que impuso Correa. De hablar pausado y sonrisa fácil, Moreno, de 64 años, es la carta del movimiento oficialista Alianza País para perpetuar el “Socialismo del siglo XXI”. A diferencia de la imagen fuerte que proyecta Correa, su estilo “afable y conciliador” según el propio mandatario, lo perfila, como alguien capaz de abrir un diálogo con sectores enfrentados con el correísmo en la última década, opinan analistas.
Lasso, en tanto, candidato de una alianza que encabeza la agrupación Creando Oportunidades (CREO), pretende sepultar las recetas socialistas y reemplazarlas por un esquema económico basado en la reducción del gasto público, un plan de privatizaciones y el aumento de las inversiones desde el exterior. La figura de Lasso, ex director del Banco de Guayaquil, es asociada a la crisis económica con altísimos índices de inflación, que llevó al país a adoptar el dólar como moneda de curso legal en el 2000. Lasso, representante de la derecha conservadora, aspira por segunda ocasión a la presidencia de Ecuador, tras perder en 2013 en primera vuelta. “Vamos por el cambio’’ es su lema y su mayor oferta es la creación de un millón de empleos en cuatro años. Eliminar 14 impuestos y atraer inversión extranjera son otras propuestas del candidato del movimiento Creo.
Entre ambos, surge con chances de llegar a la segunda vuelta la política, abogada y periodista Viteri, del Partido Social Cristiano, quien procura fortalecerse como una opción frente al modelo socialista y las propuestas neoliberales. La ex diputada es la única mujer candidata, pero no es la primera vez que aspira a la Presidencia. La abogada de 51 años, con una maestría en marketing político, se presentó en 2006. Fue representante del Partido Social Cristiano en la Asamblea Constituyente de 1997-1998 y desde entonces se desempeñó como diputada siguiendo una línea de derecha, aunque de sesgo progresista. Otros cinco candidatos se presentaron para la presidencia del país, pero ninguno de ellos aparece en las encuestas como potencial triunfador o aspirante al balotaje.
En las últimas horas de ayer, algunos sucesos enrarecieron el clima, como el envío anónimo de sobres explosivos a algunos periodistas y la advertencia del presidente Correa de que habría una “bomba” informativa que buscará perjudicar al oficialismo. Las autoridades detectaron artefactos explosivos dirigidos a la presidenta del Parlamento, Gabriela Rivadeneira, y a las periodistas Janeth Hinostroza, del canal Teleamazonas, y Estéfani Espin, de Ecuavisa. Correa, quien el 24 de mayo dejará el poder tras diez años, consideró “gravísimos” esos envíos y denunció que los autores podrían ser personas que tratan de alterar las elecciones del domingo, alterar los resultados.
Además, la ex presidenta del Tribunal Electoral de Venezuela, Ana Mercedes Díaz, ingresó ayer a las instalaciones de la embajada de Estados Unidos en Quito por temor a ser detenida por autoridades ecuatorianas debido a las declaraciones que formuló sobre el proceso eleccionario ecuatoriano. Díaz es parte de la misión de observadores internacionales de la OEA para la elección presidencial y legislativa de hoy y en esa calidad declaró a una emisora de televisión internacional que el padrón electoral ecuatoriano está “viciado” y que está organizado para “un fraude electoral”.