“Milani está sorprendidísimo y preocupado con esta decisión de detención, máxime cuando no hay ningún peligro de fuga ni intromisión a la Justicia”, aseguró ayer la abogada Mariana Barbitta, defensora del ex jefe del Ejército César Milani, quien quedó detenido el viernes tras declarar en la causa que lo investiga como uno de los presuntos responsables de los secuestros de Pedro Olivera y su hijo Ramón, en 1977; y de Verónica Matta, en 1976. Barbitta señaló que el militar retirado está alojado en una cárcel del servicio penitenciario provincial en “paupérrimas” condiciones. Desde el Gobierno nacional intentaron sacar rédito político y cuestionaron al kirchnerismo y los organismos de Derechos Humanos. El diputado Juan Cabandié (FpV), en cambio, remarcó que los juicios por los crímenes de lesa humanidad cometidos por la dictadura cívico militar (como el que investiga a Milani) fueron posibles gracias al impulso de los ex presidentes Néstor y Cristina Kirchner, que permitió derogar las leyes de impunidad.
Barbitta llegó ayer a la capital riojana para asumir la defensa del teniente general retirado que, según dijo la letrada, “está en una situación complicadísima”. “Llama la atención cuando ni siquiera tiene una resolución de mérito que lo hayan detenido”, completó Barbitta, en referencia a que el juez federal Daniel Herrera Piedrabuena dictó su prisión preventiva sin procesarlo.
Cabandié, nieto recuperado e integrante de La Cámpora, afirmó ayer que recibió “con alegría” la detención del ex jefe del Ejército, “como con todo avance de la Justicia en materia de investigar artífices, partícipes o cómplices de la dictadura”. “Milani hoy está detenido gracias a la política de derechos humanos que impulsó el gobierno de Cristina y de Néstor Kirchner”, insistió el diputado nacional. Además, subrayó que “Milani tuvo ascensos antes de ser jefe del Ejército y se votaron en el Parlamento” y agregó que no era “ni amigo de Cristina ni militante ni nada de eso”. “Hay personajes que nunca le dieron importancia a los Derechos Humanos y ahora para lastimar se suman a la crítica”, remató Cabandié y recordó que “muchos de lo que están en el Gobierno decían que los genocidas eran personas grandes y tenían que estar en la casa”.
Precisamente, desde el PRO mostraron ayer un inédito interés por las causas de derechos humanos. La vicepresidenta Gabriela Michetti y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, apuntaron al avance de la justicia en este caso. “De alguna manera vamos a saber si este compromiso con los derechos humanos del gobierno anterior era una postura demagógica o era realmente un compromiso real”, consideró Frigerio.