Pablo Gerchunoff es historiador económico, profesor emérito de la Universidad Torcuato Di Tella y honorario de la UBA. La lista de su producción intelectual haría tediosa esta nota.
Aunque tiene todo el perfil de un académico respetado, conoce de adentro el funcionamiento del Estado: fue un importante asesor de los equipos de economía en los gobiernos de Raúl Alfonsín y Fernando De la Rúa.
Este dato deja clara su pertenencia radical y su afinidad con el gobierno de Cambiemos, a pesar de que siempre mantuvo una mirada desconfiada sobre el tratamiento que le dio el PRO al desarrollo económico, su especialidad.
Semejante curriculum explica el baño de agua helada que recorrió la city cuando se conoció su tuit comentando la "euforia" de la bolsa en el último día hábil antes de las PASO. La portada de todos los medios oficialistas festejaba en ese momento los avances de hasta un 10% de las acciones argentinas en Wall Street y del 8% en el Merval.
"Lo que está pasando en la bolsa es una payasada. Las encuestas optimistas no existen. Me consta de alguna de ellas. Algunas empresas están recomprando sus propias acciones. Lo único que indica esto es temor. Paren", escribió el economista.
Como resultaba difícil acusarlo de "contrera", las críticas un poco desesperadas se concentraron en su supuesta "ignorancia" sobre el funcionamiento de los mercados financieros. Algo que motivó un segundo tuit del economista.
No estuvo solo en la respuesta. Otro profesor de la Di Tella, Gerry della Paolera, respaldó a su colega.
A Della Polera tampoco le falta curriculum. Es doctor en Economía nada menos que en la Universidad de Chicago, el templo mayor de los liberales, además de fundador de la Di Tella, donde se formaron buena parte de los gurús financieros nacionales. No necesitó argumentar demasiado, solo hizo referencia a casos preelectorales similares en Francia.
Si algo faltaba para terminar de amargarle la fiesta al oficialismo fue la aparición de Carlos Rodríguez, el economista ultraliberal que fue viceministro de Roque Fernández durante el menemismo.
No necesitó demasiadas palabras: "Rally altamente sospechoso de última hora, realmente me gustaría saber quién compró y con la plata de quién".
Sus dudas eran compartidas por buena parte de la City, y algunos operadores, sin pruebas concluyentes, se atrevían a ponerle nombre a las sospechas de Rodríguez. Según esas versiones los bancos oficiales, Provincia y Ciudad, y la Anses, habían puesto en juego nada menos que 150 millones de pesos. En un mercado tan chico como el de las acciones argentinas, esa cifra podría lograr un fuerte, aunque pasajero, impacto.
Por las dudas, el Banco Central no se tomó tan en serio las expectativas "optimistas" y siguió preparando la trinchera contra una posible dolarización repentina de lo que queda de las inversiones en pesos después de la fuga de todo el año. La tasa de interés de las Leliq llegó el viernes al 63,70 por ciento.
Otro motivo más para que Alberto Fernández siga haciendo campaña con la ruleta financiera oficial. Empezando por las Leliq.