Desde Roma
Recuperar restos arqueológicos o una obra de arte, robados en un país como Italia que posee millones de restos antiguos; descubrir en otros países restos de la antigua cultura romana o etrusca, que estuvieron escondidos por siglos bajo tierra, y fueron sacados a la luz por los llamados “tombaroli” (violadores de tumbas) que los traficaron por todo el mundo; encontrar obras que desaparecieron de museos, de casas particulares y de iglesias, muchas veces durante la Primera y Segunda Guerra Mundial, no es una tarea fácil. Pero en Italia, un país con un inmenso patrimonio artístico y arqueológico, existe una organización que se ocupa de eso: el Comando de Carabineros para la Tutela del Patrimonio Cultural, un ente que depende del Ministerio de Bienes y Actividades Culturales y del Turismo. Fundado en 1969, su objetivo es recuperar las obras de arte italianas robadas y repartidas por el mundo, pero también hacer acuerdos con otros países en este ámbito y formar personal especializado en distintas naciones para que puedan mejor proteger su patrimonio cultural. Sólo por dar un ejemplo, el Comando participó recientemente de una actividad internacional con otros 28 países – Operación Pandora III- , coordinada por Interpol y Europol entre otras, donde fueron recuperadas 18.000 piezas antiguas. Muchas veces se organizan muestras con las obras recuperadas
El Teniente Coronel Nicola Candido, recibido en Jurisprudencia y Comandante del Reparto Operativo de este ente, explicó en una entrevista con Página 12 lo particulares de esta ardua tarea.
-¿Como se hace para detectar una obra de arte robada? A veces hay denuncias, pero no siempre.
-Depende del tipo de obra de la que se habla. Si hablamos de arqueología, todo lo que está bajo tierra según las normas italianas, pertenece al estado. Me refiero por ejemplo a piezas robadas en tumbas etruscas, a reliquias de época romana que a veces se encuentran cuando se excava tal vez para hacer una construcción. Aunque se haya encontrado accidentalmente, incluso en una propiedad privada, es de propiedad del estado y quien la encuentra tiene la obligación de denunciarlo. Si no se demuestra que la propiedad de un objeto de esta naturaleza se remonta a un período precedente al 1909 -la ley de ese año estableció las normas en este sentido-, el estado se considera propietario de estos bienes. En cualquier momento, cuando se detecta una de estas piezas en un museo o expuesto en una propiedad privada, los Carabineros de la Tutela del Patrimonio Cultural vamos a verificar si son de propiedad legítima y pedimos toda la documentación pertinente.
-Cuando se trata de obras de arte robadas durante las guerras, como sucedió cuando los nazis ocuparon Italia en la Segunda Guerra mundial, ¿cómo se procede?
-Seguramente tantas obras de arte fueron robadas durante las guerras, en particular la Segunda Guerra. Se han acertado casos de obras que se llevaron las tropas alemanas, pero también hubo casos entre los Aliados estadounidenses. Uno de estos casos, por ejemplo, permitió recuperar dos cabezas de estatuas de época romana, de dos emperadores, que habían terminado en Estados Unidos. Recientemente además “El vaso de flores” una pintura del autor de Flandes Jan Van Huysum, fue devuelta por Alemania al Palacio Pitti de Florencia de donde las tropas alemanas se la llevaron en 1944. Pero no es fácil lograrlo, porque no es fácil encontrar las denuncias, si es que hubo alguna, en ese momento o después. Es un trabajo de reconstrucción documental muy complejo y requiere tiempo y hasta negociaciones a nivel diplomático a veces. En las situaciones de guerra siempre ha sucedido que se roben obras de arte y seguirá existiendo. La gente piensa en otra cosa y se aprovecha.
-¿Y no se puede hacer ningún tipo de prevención?
-Durante las guerras de ahora se hace algún tipo de prevención. Nosotros tratamos de dar una mano en el lugar y para eso hemos cumplido misiones en el exterior. Nuestro personal trata de implementar medidas que protejan el patrimonio cultural local. Lo hemos hecho en Irak, en Afganistán, en el ámbito de misiones de la OTAN y de la Unión Europea. Y se han hecho allí incluso algunas tareas de formación de las policías locales, mostrándoles cómo deben tutelar el patrimonio, cómo deben catalogarlo. A menudo no saben ni siquiera cuál es su patrimonio cultural. Es difícil enseñarles cómo protegerlo si no saben cuál es.
-¿Qué debe hacer un país que quiere que se le devuelvan piezas de su cultura? Recuerdo el caso del Obelisco de Axum (pre cristiano), que estaba en Roma frente al Circo Massimo, extraído por arqueólogos italianos en Etiopía y trasladado a Roma en época de Mussolini. Fue devuelto a Etiopía en 2008.
- Si el estado interesado reivindica la propiedad, como hacemos nosotros con las nuestras que están en el exterior, se evaluá la situación y se restituye. Incluso se ha hecho aunque no haya reivindicación, cuando nosotros evaluamos que la obra pertenece a otro país. En los últimos años hemos devuelto objetos a China, Rusia y Egipto, entre otros.
-¿Existe alguna coordinación con las policías de otros países para recuperar obras de arte robadas?
-Si, existe. Trabajamos mucho con las autoridades de Estados Unidos, Alemania, Suiza, Holanda, España. En algunos casos esta forma de cooperación es muy acentuada ya que una cantidad importante de patrimonio italiano ha terminado en Estados Unidos, en Alemania, en Canadá. En ciertos momentos históricos, la gente que quería invertir en arte, venía de estos países. Las investigaciones han demostrado que 30-40 años atrás, los traficantes de obras de arte estaban en estrecho contacto con compradores ricos pero también con museos importantes de Estados Unidos y les proporcionaban objetos arqueológicos de proveniencia italiana. A veces se llega a acuerdos con los museos, por ejemplo proponiéndoles que devuelvan las obras italianas mientras Italia, a cambio, les presta por algunos años otras obras que pueden ser expuestas en el museo.
-¿Pero qué sucede con otros países, como Gran Bretaña? En los museos de Londres, por ejemplo, se ven obras increíbles, de culturas de todo el mundo ante las cuales uno se pregunta ¿cómo llegaron hasta aquí?
-Nuestro objetivo es recuperar obras de origen italiano. Pero es cierto que existen esas piezas en museos de todo el mundo. Habría que verificar cómo llegaron allí. Inglaterra tiene una normativa muy particular. Hay otros países con los cuales es más fácil colaborar en este ámbito.
-Ustedes han firmado un acuerdo recientemente con México…
-Con México se ha desarrollado una tarea de formación de un cuerpo de policía especializado que se ocupa de la recuperación y protección del patrimonio cultural. Algunos oficiales de la policía mexicana han venido aquí a hacer algunos cursos y luego nuestro personal ha ido a México a formar gente. Se ha creado un ente parecido al nuestro, con una banca de datos. Nos han tomado como modelo.
-¿Con la Argentina no ha habido ningún acuerdo en este sentido?
-No me resulta que haya habido ninguna solicitud de parte de las autoridades argentinas. Pero si hubiera, no tendríamos problema en colaborar. No quiero parecer poco modesto, pero en realidad nosotros somos el cuerpo de policía con más experiencia en este ámbito. Hacemos cursos para policías de muchos países.
-¿Quiénes son los ladrones de obras de arte hoy en día?¿“Tombaroli”, mafias?
- El fenómeno no tiene las características que tenía hace 30-40 años. Ahora, el hecho de que el propietario o el estado puedan ir a reivindicar la propiedad de los objetos, desincentiva la compra y el tráfico de obras robadas. Un museo estadounidense, ahora no compraría una pieza arqueológica italiana porque rápidamente podría llegarle nuestro pedido de devolución. Los “tombaroli” -los que violan las tumbas subterráneas antiguas robando los objetos que hay dentro- siguen existiendo, van a excavar en los campos de la Etruria (Italia central, donde vivían los etruscos, pueblo precedente a los romanos), Puglia, la Calabria. Un objeto antiguo italiano que en Italia vale 50, en el exterior vale 100. Por lo cual generalmente son vendidos en el exterior. Por eso controlamos también las subastas de obras de arte. Nuestro banco de datos es uno de los mejores del mundo, tenemos 1,2 millones de obras inseridas. En cuanto a las mafias, algunas investigaciones han demostrado que algunos mafiosos se han interesado en este tipo de tráfico, invirtiendo las ganancias obtenidas en otros tráficos, como la droga. No obstante es un fenómeno limitado.
-¿Como se hace para determinar que una obra, vendida como verdadera, en realidad es falsa?
- Nosotros estamos organizados en tres sectores: arqueología, anticuariado y arte contemporáneo. El mercado de los falsos se refiere sobre todo al arte contemporáneo porque falsificar una obra del 1500 es más difícil, son diferentes las pinturas, las telas, etc. Existe un tráfico muy redituable en el campo de la pintura contemporánea, en Italia y en el exterior. Hay autores que han sido muy falsificados como Modigliani y De Chirico. Nosotros nos basamos en general en las informaciones de las fundaciones que tutelan las obras originales. También hacemos controles si vemos ciertas obras expuestas en muestras. A veces se han descubierto falsos haciendo estudios sobre las pinturas, que se demostraron más modernas que las de la época del autor.
- ¿Qué sugerencia podría hacerle a museos o iglesias de América Latina que pueden sufrir robos?
-En las iglesias hay muchos objetos valiosos y generalmente no hay ningún control, están abiertas, puede entrar cualquiera. En estos lugares no es posible poner una vigilancia estricta pero sí las telecámaras de control. A veces ha sucedido que se han robado cosas de una iglesia y el párroco ni siquiera se ha dado cuenta porque no sabía qué obras estaban allí. Los objetos de las iglesias se venden fácilmente. El primer paso importante para protegerse de los robos es hacer un inventario completo y detallado de las obras, con fotografías. Los ladrones roban en un lugar y lo venden en otro, generalmente alejado. Pero si hay una foto y la información con la descripción de la obra, será más fácil para la policía encontrarla.