La ONG española Open Arms sigue sumando amigos entre los gobiernos europeos al rescatar a otros 39 náufragos en aguas del mar Mediterráneo. Estas personas se suman a las 121 que desde hace más de una semana se encuentran a bordo de la embarcación y que esperan, en medio de una creciente tensión, que la Unión Europea (UE) los autorice a desembarcar.
Tras el rescate, que se hizo en la madrugada del sábado, las autoridades de Malta accedieron a que esas 39 personas fueran llevadas a tierra pero negaron el desembarco a las 121 restantes que llevan nueve días de espera, informó Oscar Camps, fundador de Open Arms. "Esto ha generado un serio problema de seguridad a bordo. El nivel de ansiedad de estas personas es insostenible", advirtió. La ONG explicó que rechazó el ofrecimiento de Malta ante "la imposibilidad de explicar a la gente a bordo por qué los últimos rescatados iban a ser los primero en abandonar el barco, lo cual podía provocar un motín".
La nueva operación, que elevó a 160 el número de náufragos a bordo del Open Arms, profundiza la crisis política generada a raíz de la reciente decisión de la ONG española de volver a rescatar inmigrantes y refugiados en el Mediterráneo desafiando multas y prohibiciones por parte de los gobiernos europeos. "En aguas internacionales, el derecho marítimo dice que cualquier persona en peligro debe ser atendida", recordó Camps.
El Open Arms se encuentra en aguas internacionales en el Mediterráneo cerca de Lampedusa, a la espera de que se le asigne un puerto seguro para poner a salvo a los inmigrantes que se encuentran a bordo, entre ellos mujeres embarazadas y bebés. La ONG española le pidió a los gobiernos de España, Francia y Alemania que intercedan ante la UE para desbloquear la situación de su barco, pero no obtuvo respuesta. “Lo que está haciendo Europa es un crimen organizado”, denunció el fundador de la ONG. En un procedimiento inédito, la organización tramitó los pedidos de asilo de 89 adultos que se encuentran en el barco ante el organismo de la ONU para los refugiados (Acnur) en Roma.
Ayer, el Open Arms recibió la visita del actor estadounidense Richard Gere, quien llevó provisiones para los náufragos y la tripulación. "Nadie me dijo que viniera. Vine de forma espontánea. Estaba pasando las vacaciones con mi familia cerca de Roma y después de que se aprobara el decreto ley anti inmigración (del ministro italiano Matteo Salvini), una ley que nadie podía creer, decidí visitar el barco", contó Gere en una conferencia de prensa en la isla italiana de Lampedusa, junto a Camps.
El actor estadounidense aprovechó la oportunidad para criticar a Salvini, por imponer multas a las ONG que salvan vidas en el mar Mediterráneo , y relató las historias de torturas que llevaron a decenas de miles de personas a huir de sus países en busca de una mejor vida en Europa.
El actor explicó que pudo hablar con los inmigrantes y contó que prácticamente todas las mujeres en el barco habían sido violadas y torturadas repetidamente en Libia. Además señaló que a bordo hay una familia de mujeres (abuela, madre y nietas), que huyeron de su país de origen y sufriendo torturas, para buscar un futuro mejor en Europa.
Salvini, vicepremier y Ministro del Interior italiano, es el abanderado de una política xenófoba europea que deja que los migrantes mueran en el mar para disuadirlos de utilizar esa peligrosa vía para llegar a Europa, y ya amenazó con confiscar las embarcaciones que desafíen su prohibición de entrar en aguas territoriales italianas.
Otro barco, el Ocean Viking, de la ONG francesa Médicos sin Fronteras, también está a la espera de un puerto tras auxiliar hoy a 80 migrantes náufragos en el Mediterráneo central. Es su segundo rescate en menos de 24 horas, luego de socorrer ayer a otras 85 personas, entre ellas 25 menores, frente a las costas de Libia.