El ómnibus de la empresa chilena TurBus que volcó en una ruta de Mendoza iba a 100 kilómetros, 60 más de los 40 permitidos en la ruta 7 a la altura de curva de Yeso, en Horcones, donde ayer a la madrugada ocurrió el accidente en el que 19 personas murieron y 21 resultaron heridas. Así lo aseguraron fuentes de la investigación, que indicaron que la marca de la velocidad quedó registrada en el tacómetro del vehículo. El dato avala los testimonios de sobrevivientes, quienes indicaron que los pasajeros pedían a los choferes que fueran más despacio. Los conductores del micro quedaron detenidos e incomunicados, al tiempo que se están realizando estudios toxicológicos de sus muestras de sangre y orina, informaron fuentes judiciales.
El Cuerpo Médico Forense mendocino comenzó a recibir horas después del siniestro los cuerpos de las víctimas fatales para que sus familiares puedan reconocerlos. El procurador de la Corte de Mendoza, Alejandro Gullé, precisó que también se dispuso realizar el cotejo de huellas dactilares de las personas fallecidas. Las actuaciones están a cargo del fiscal Gustavo Pirrelo, quien ayer mismo tomó las primeras declaraciones testimoniales tendientes a esclarecer cómo se produjo el vuelco del ómnibus. Gullé explicó además que los choferes del micro “están detenidos e incomunicados”.
El micro de la empresa chilena TurBus iba rumbo a Chile y tuvo el accidente cuando circulaba por el kilómetro 1223 de la ruta 7, la altura del Parque Aconcagua en Mendoza. A bordo iban “40 pasajeros y los dos choferes”, puntualizó Gullé. El siniestro se produjo a las 0.10 de esta madrugada en la zona de la llamada Curva del Yeso, pasando la aduana de Horcones. La curva es conocida por su peligrosidad y está a unos pocos kilómetros del Cristo Redentor.
Los heridos fueron trasladados en una primera instancia al hospital de la localidad de Uspallata, y la ministra de Salud provincial, Claudia Najul, supervisó el operativo de emergencia.
Los pacientes más graves fueron derivados al hospital Central, a la Clínica de Cuyo y al hospital pediátrico Humberto Notti. Uno de los heridos que ingresó al hospital Central sufrió la amputación de su brazo izquierdo y tenía la médula espinal “muy comprometida”, precisaron fuentes médicas. El centro especializado en pediatría quedaron internados tres menores con traumatismos encéfalocraneanos.
La empresa TurBus emitió un comunicado donde confirmó que en el micro viajaban 40 personas, más los tripulantes. Entre los pasajeros había 32 argentinos, 4 chilenos, un haitiano y un colombiano. La empresa, que tiene un largo historial de siniestros, no hizo mención a los posibles motivos del accidente.
El gerente de comunicaciones de TurBus, Victoriano Gómez, aseguró que los choferes, Pedro Vargas y Francisco Sanhueza, “tenían su descanso y experiencia en ruta”. Explicó también que la empresa tiene “un centro de control donde todos los buses que tenemos en carretera están monitoreados por GPS. Tenemos una luz verde por cada uno y ahí controlamos que no pase los 99 kilómetros por hora. Lo que sí no podemos saber es que en ese tramo haya superado el máximo permitido, pero colaboraremos con todo lo necesario para investigar lo ocurrido”.
Un historial de accidentes
El gerente de Comunicaciones de la empresa TurBus, Victoriano Gómez, aseguró que los choferes que estaban a cargo del micro tenían experiencia en esa ruta de alta montaña. “Nos duele tremendamente este golpe”, dijo y atribuyó la tragedia a posible “una falla humana”. Sin embargo, el de hoy no fue el único accidente de esa compañía, a la cual estaría vinculada Lucía Hiriart, viuda del dictador Augusto Pinochet. TurBus cuenta con una flota de 700 micros y durante la última década registró un largo historial de viajes fatales: al menos 100 muertos. De hecho, enfrenta una incontable cantidad de juicios millonarios iniciados por víctimas y familiares de fallecidos en choques y vuelcos. El peor accidente ocurrió en 2006 cuando fallecieron 26 pasajeros después de que un micro de TurBus volcara en la región de Tinguiririca. En octubre de 2010, seis personas fallecieron en la región chilena de Coquimbo y fue la antesala de una tragedia peor: en noviembre, un micro de TurBus que se trasladaba por la Autopista del Sol chocó con un camión y murieron 20 pasajeros. En 2012, luego de un accidente en Tocopilla, donde murieron dos viajantes, el Ministerio de Trabajo chileno sancionó a la firma por no respetar los horarios máximos de trabajo a sus conductores. Según las denuncias de los gremios de transportes, los conductores trabajaban 16 horas seguidas. En junio de ese año hubo otros tres muertos cuando un micro de esa compañía chocó con una camioneta.
En mayo de 2013, otro choque en la ruta 5 causó la muerte de cinco pasajeros en la localidad de Parral. En septiembre de ese mismo año, otros seis fallecieron cuando un micro chocó con un camión en la región de Angostura. Y en octubre hubo cuatro muertos más tras un choque en una ruta de Bío Bío. Además, en abril de 2015 volcó un micro en la localidad de Mulchen y murieron dos personas. En noviembre de ese mismo volcó otro vehículo en Antofagasta y dejó 14 heridos. Al año siguiente, en marzo, murió un viajante tras un choque con un camión en Copiapó y en julio, en la localidad de Ovalle, murieron cuatro pasajeros luego de que el chofer de TurBus se durmiera mientras iba manejando.