HBO estrenó la segunda temporada de Succesion, una de las series mejor recibidas por la crítica en el 2018 (irá los domingos a las 22). Diez nuevos episodios sobre la brutalidad encarnada en la familia de los archimegapoderosos Roy ¿Qué hay de nuevo en la historia de este clan? Entre relaciones cruzadas e intereses, el foco está puesto en la guerra por el poder entre un patriarca desalmado y sus cuatro hijos. El gran logro de la serie es que puede ser vista como una tragedia shakespeariana y una sátira al mismo tiempo.
Lo dicho, en la ingeniería de ese conflicto se destacan Logan Roy (un tremendo Brian Cox) y sus herederos. Los cuatro adultos que viven bajo su sombra, caprichos y achaques del dueño del conglomerado de medios más importantes del mundo. “Actuemos como si fuéramos una familia feliz”, dice el viejo cascarrabias sabiendo que distan de serlo. Aquí abundan los diálogos al ritmo de montaña rusa, y la mutación de lo doliente en carcajada. La malicia es ley y sus interlocutores VIP bordean el ridículo. En una reciente entrevista le pidieron a Según Jesse Armstrong, su showrunner y creador, que definiera al programa: “Es como ese film danés La Celebración mezclado con Dallas”, sentenció.