Frente a un complejo panorama social, los guatemaltecos eligieron como presidente al conservador Alejandro Giammattei, un defensor activo de la pena de muerte. El candidato ganó el ballottage a la socialidemócrata y ex primera dama, Sandra Torres.
Los resultados preliminares del Tribunal Supremo Electoral señalan que el aspirante del partido Vamos suma un 50,68 por ciento de los poyos (1.559.481 de los votos), mientras que la candidata de la Unidad Nacional de la Esperanza tiene el 40,32 por ciento (1.053.733 sufragios), con el 70 por ciento de las mesas escrutadas.
El nuevo presidente tendrá que lidiar con datos preocupantes. La desnutrición crónica llegó, bajo la gestión de Jimmy Morales, a afectar al 46 por ciento de los niños menores de 5 años. El índice de pobreza, por su parte, trepó al 59 por ciento.
La violencia deja un saldo de 4500 asesinatos anuales. El Triángulo Norte de Centroamérica (integrado por El Salvador, Guatemala y Honduras) es la región sin conflicto armado más violenta del mundo, según la ONU, y en el último año generó masivas oleadas migratorias hacia Estados Unidos.
Ambos candidatos presidenciales evitaron referirse al acuerdo firmado a fines de julio con el gobierno estadounidense, que buscaba convertir a Guatemala en "tercer país seguro", lo que implica recibir a migrantes que tenían el objetivo de pedir asilo en territorio norteamericano. Este acuerdo sacudió la recta final de la campaña, y generó múltiples críticas y acciones legales.
En 2015, los guatemaltecos vieron una esperanza de atacar la corrupción, otro de los temas que preocupan a la sociedad, tras el arresto del presidente Otto Pérez, motivado por la labor de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG). Pero esas esperanzas se diluyeron con el fin de las funciones de la CICIG en septiembre, ya que Morales desistió de ampliar su misión hasta 2021, luego de que el ente y la fiscalía solicitaran investigarlo por el financiamiento ilegal de su campaña.
La vuelta de la mano dura
Alejandro Giammattei, médico de 63 años, volvió a presentarse este año, tras haber buscado la presidencia también en tres ocasiones (bajo el paraguas de diferentes partidos). Esta vez compitió por Vamos, agrupación de derecha con un fuerte discurso pro-militar. El candidato propone, por ejemplo, la reactivación de la pena de muerte, y la aplicación de mano dura para hacer frente al crimen y el narcotráfico. En lo económico, por último, promete crear "un muro de inversión" en la frontera con México para frenar la migración.
Su paso por el Sistema Penitenciario, que dirigió entre 2005 y 2007, no estuvo exento de escándalos. Durante su dirección, fueron asesinados siete presos en la Granja Penal Pavón, durante la llamada Operación Pavo Real, organizada oficialmente para recuperar el control del centro penitenciario. La justicia comprobó que se trató de una acción deliberada, y acusaron a Giammattei y otros funcionarios por su participación. Tras diez meses en prisión, un juzgado cerró el caso y Giammattei pudo recuperar la libertad.