Luego del amplio triunfo que logró el Frente de Todos, los ojos estarán puestos este lunes en los mercados para ver cómo impacta la novedad en la cotización del dólar, las acciones y los bonos. El viernes la bolsa local subió 7,8 por ciento, los papeles argentinos en Wall Street treparon hasta 11 por ciento y el riesgo país se derrumbó 4 por ciento. Los operadores se sorprendieron por la disparada en medio de una semana cargada de incertidumbre y atribuyeron la reacción a la difusión de un par de encuestas de Elypsis y BTG Pactual que daban ganador a Mauricio Macri. Con los resultados de las PASO en mano, quedó en evidencia que lo ocurrido fue una operación destinada a influir sobre las expectativas de aquellos que todavía no habían decidido su voto. Sin embargo, ahora esa jugada podría volverse en contra para el propio gobierno que deberá garantizar cierta estabilidad de aquí hasta octubre si quiere conservar alguna mínima chance electoral. En casas de cambio virtuales como Balanz o Bull Market Exchange, que operan las 24 horas, la divisa estadounidense cotizaba este domingo a la medianoche, luego de la derrota oficial, a 48,50, más de dos pesos por encima del cierre del viernes.
La encuesta de Elypsis, consultora que tiene como cara visible al ex funcionario del PRO Eduardo Levy Yeyati, distribuyó el viernes entre un grupo de inversores una encuesta que le atribuía a Macri un triunfo por 38 a 37 a nivel nacional. Casi al mismo tiempo, circuló otra encuesta de BTG Pactual que aseguró que el oficialismo triunfaría por 46,4 a 43,9 por ciento. “Una ventaja de 2,5 para Macri es demasiado reñida para poder definir”, llevaba como título el gráfico.
BTG Pactual es un banco de inversión brasileño, resultado de la adquisición de UBS por BTG Investments, especializado en capital inversión y de riesgo. El 26 de julio ya había difundido una encuesta entre sus clientes que le daba a Macri una ventaja de 46,2 a 44,2 por ciento y el viernes amplió todavía más esa diferencia. “No es una encuesta contratada por políticos y para políticos. La contrata un banco de inversión y la difunden entre sus clientes. De ahí que mueva el dólar”, decían fuentes del mercado el 26 de julio y el viernes volvieron a repetir más o menos lo mismo para explica la baja del riesgo país y la fuerte suba de las acciones. La operación se completó con la distribución de un informe de JP Morgan fechado el 7 de agosto que decía que la carrera presidencial estaba abierta, pero Macri llegaba con mayores chances.
Esas encuestas e informes de último momento adquirieron cierta verosimilitud entre los inversores en un contexto donde la mayoría de los medios de comunicación aseguraban que la elección sería reñida y que Macri venía recuperando posiciones. Incluso un editorialista renombrado llegó a decir la semana pasada que el presidente estaba a tiro de dar una sorpresa porque supuestamente había recuperado posiciones en provincias como Jujuy, Salta, Chaco y Misiones, pese a que la incidencia electoral de cada uno de esos distritos oscila entre el 1,57 y el 2,97 por ciento del total del padrón.
Ese microclima de euforia alcanzó su punto máximo el viernes cuando las acciones y los bonos se recuperaron de manera prácticamente insólita. "Lo que está pasando en la bolsa es una payasada. Las encuestas optimistas no existen. Me consta de alguna de ellas. Algunas empresas están recomprando sus propias acciones. Lo único que indica esto es temor. Paren", advirtió el viernes a las 16:41 horas el economista y profesor de la Universidad Torcuato Di Tella, Pablo Gerchunoff, quien nunca ocultó su preferencia por el oficialismo, pero, a diferencia de muchos de sus colegas, no estuvo dispuesto a rifar su prestigio de la mano de operaciones de vuelo bajo. “Lo que ocurrió hoy viernes puede fabricar un feo lunes con datos electorales razonablemente buenos. Si el domingo se eligiera presidente lo entendería. Pero no se elige nada. Por eso dije que paren”, agregó luego Gerchunoff.
Las PASO finalmente desarmaron este domingo de manera contundente las operaciones y especulaciones interesadas de los últimos días y dejaron en puerta una tormenta perfecta, estimulada por la propia inoperancia del gobierno y las mentiras que dejó correr. Habrá que ver ahora si esos mismos funcionarios tienen la destreza necesaria para controlar el tembladeral que se viene o terminan siendo arrastrados por un desenlace caótico.