Desde Brasilia
En Rio Grande do Sul, cerca de la frontera con Argentina, el presidente brasileño Jair Bolsonaro no disimuló su contrariedad por la derrota de Mauricio Macri, a quien llegó a nombrar como "hermano" en discursos recientes.
Rodeado de militares, el capitán jubilado comparó a esta región meridional con Roraima, en el extremo septentrional del país, lindante con Venezuela. "Si esa izquierdacha vuelve acá cerca, en Argentina, podremos tener en Rio Grande do Sul una nueva Roraima, habrá hermanos argentinos huyendo hacia aquí si el resultado de ayer se confirma en octubre", lanzó Bolsonaro.
Frente al aventurerismo diplomático del presidente, los militares y el poder mediático le recomendaron conducirse con una dosis de realismo.
Según el diario Folha de San Pablo, altos mandos de las fuerzas armadas consideran que la injerencia del ocupante del Palacio del Planalto en la campaña argentina puede acarrear más costos que beneficios, y le habrían aconsejado adoptar una cierta continencia verbal.
Sugerencia a la que el mandatario no prestó atención como quedó demostrado en sus declaraciones de la mañana de este lunes cuando inauguró el recapeamiento de una carretera federal realizada por soldados con tanta pompa como si fuera una represa hidroeléctrica.
Para el grupo de medios Globo tanto como para algunos generales preocupados con garantizar la sobrevivencia del gobierno y evitar su aislamiento internacional, ya es hora de poner un freno al activismo bolsonarista en pos de la creación de un bloque neofascista sudamericano.
"Bolsonaro ya perjudicó a Macri porque su apoyo no le dio votos, y ahora perudica nuestra relación con un socio economíco importante porque es casi imposible" revertir la victoria de Fernández, planteó el periodista Merval Pereira, columnista en jefe de ese grupo mediático.
El Partido de los Trabajadores celebró la victoria de Alberto Fernández
"La esperanza es argentina", resumió la presidenta del Partido de los Trabajadores, Gleisi Hoffman, al hacer un balance sobre el impacto en Brasil de la victoria de la fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández.
"El presidente Lula recibió con mucha alegría este resultado, hoy fue visitado por sus abogados en Curitiba a quienes les comentó su satisfacción", agregó.
"Con este triunfo los que ganan también son los movimientos populares de Brasil y América Latina y los que pierden son en primer lugar Bolsonaro, que apoyó públicamente a Macri, y con él su aliado Donald Trump", añadió Hoffmann.
En el último encuentro entre ambos, ocurrido a fines de junio, Bolsonaro propuso a su colega norteamericano viajar a Buenos Aires para dar respaldo a la candidatura oficialista y la formación de un frente de mandatarios derechistas de la región.
Durante su diálogo con este diario la jefa petista mencionó la reciente "visita de gran importancia simbólica y política" de Alberto Fernández a Lula en la Superintendencia de la Policía Federal y "nuestra histórica relación con la presidenta Cristina (Fernández) que siempre se ha manifestado contra la persecución judicial de Lula y el Lawfare (guerra judicial) que este fin de semana fue criticado por 17 juristas extranjeros de gran prestigio".
Con el retorno del kirchnerismo a la Casa Rosada puede surgir un eje "progresista" con el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador que contribuirá para fortalecer la "democracia" amenezada.
Al igual que Lula y Hoffmann, Dilma Rousseff sostuvo que el resultado las primaria fueron "un triunfo animador para las fuerzas progresistas sobre el neoliberalismo".