En los primeros siete meses de 2019 se reportaron en el mundo 364.808 casos de sarampión, tres veces más que en el mismo período del año pasado (129.239), advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS), que destacó además cómo la incidencia de la enfermedad en África se multiplicó por diez. Las principales causas están relacionadas con la vacunación.
La organización destacó como dato positivo que detectó un descenso del 15 por ciento de los casos reportados en todo el continente americano. Desde la Fundación Soberanía Sanitaria, la pediatra Alexia Navarro explicó: "Aumentaron mucho los casos de sarampión en Europa. En nuestro país, por la gran cobertura que tenemos desde hace muchísimos años, desde el 2000 que no hay ningún caso autóctono. Sí hubo algunos casos, no es que el sarampión está erradicado, pero todos fueron contagios de afuera". Y agregó: "Por eso insistimos tanto con lo de las vacunas, porque el riesgo de propagación de enfermedades es altísimo. En 2019, hasta ahora, hubo cinco casos hasta ahora, el último en mayo. Todos conectados con viajes". Y sobre la distribución de vacunas en el país, aseguró: "No hubo suspensiones, como con la meningitis, pero sí algunos problemas, como una campaña que se inició muy tarde y en la que 23 jurisdicciones (casi todo el país) reportaron faltantes de dosis. Es decir que quedó gente sin vacunar porque no alcanzaron las vacunas que llegaron a cada una".
Según consigna el informe, Madagascar (127.000 casos), Ucrania (54.300) y la República Democrática del Congo (7.500) fueron los tres países más afectados entre enero y julio pasado, dijo en rueda de prensa el portavoz de la OMS, Christian Lindmeier, y subrayó que el número de casos en siete meses superó al total registrado en todo 2018.
En países como Angola, Camerún, Chad, Kazajistán, Nigeria, Filipinas, Sudán, Sudán del Sur y Tailandia, se produjeron importantes brotes de esa enfermedad, según Lindmeier, quien resaltó que el aumento de casos se relaciona con factores como la falta de acceso a servicios de salud y vacunación, brotes en zonas en conflicto o el desplazamiento de grandes comunidades. También citó la "desinformación y la falta de concientización sobre la necesidad de vacunarse", en alusión a fenómenos como los movimientos antivacunas. Los brotes más grandes se producen en países con baja cobertura de vacunación contra el sarampión, actualmente o en el pasado, lo que ha dejado a un gran número de personas vulnerables a la enfermedad. Al mismo tiempo, se están produciendo brotes prolongados incluso en países con altas tasas nacionales de vacunación.
Esto resulta de las desigualdades en la cobertura de la vacuna, y las brechas y disparidades entre las comunidades, las áreas geográficas y entre los grupos de edad. "Cuando suficientes personas que no son inmunes están expuestas al sarampión, puede propagarse muy rápidamente", señala la OMS.
Las razones por las cuales las personas no se vacunan varían significativamente entre las comunidades y los países, señala la OMS. Los motivos van desde la falta de acceso a servicios de salud o vacunación de calidad, conflictos y desplazamientos a la información errónea sobre las vacunas o poca conciencia sobre la necesidad de vacunar.
"El sarampión se puede prevenir casi por completo con dos dosis de la vacuna, y es una vacuna segura y altamente efectiva. Se necesitan altas tasas de cobertura de vacunación (95% a nivel nacional y dentro de las comunidades) para garantizar que el sarampión no se pueda propagar", recuerda.
En Europa el número de casos registrados en los primeros seis meses del año ronda los 90.000, más que la cifra total de 2018 (84.000), lo que supone un aumento del 120 por ciento (más del doble) con respecto a la primera mitad del año pasado.
La OMS también destacó que el número de casos en Estados Unidos (1.100) es el más alto en 25 años, e informó sobre aumentos del 50 por ciento en los enfermos en el Mediterráneo Oriental y del 230 por ciento en el Pacífico Occidental.
Esta enfermedad contagiosa, que puede prevenirse con la inoculación de dos vacunas durante la infancia, "está causando grandes pérdidas a los sistemas sanitarios, discapacidades y muertes en diversas partes del mundo", destacó Lindmeier, quien advirtió que los casos registrados por la OMS son sólo uno de cada 10 reportados.