Un mediodía de enero, durante un almuerzo de trabajo en el microcentro porteño, nace una incipiente iniciativa por parte de tres mujeres apasionadas, con la idea de generar un proyecto transformador basado en una perspectiva de género inclusiva y diversa, y que sirva de némesis para un sistema heteropratiarcal que se piensa único e inmortal.
En la vorágine del brainstorming femenino surge la idea de una bandera que sería confeccionada por cuadrados tejidos de 20 x 20 centímetros en color verde campaña, bordados con los nombres de víctimas de femicidios, trans y travesticidios, y frases representativas. La utopía cobraba forma: desplegar una bandera tan grande como la desigualdad de género, en el 34° Encuentro Plurinacional de Mujeres que se celebrará en octubre de este año en La Plata.
No había duda, las agujas y la lana deben entrelazarse en un mensaje: estamos acá, vivxs, unides y empoderadxs. ¡Y estamos tejiendo una nueva realidad! Así fue como la colectiva Tejiendo Feminismos se crea a partir del proyecto “Bandera Warrior”, cuya base se sustenta en la idea de conformar redes colaborativas y de cooperación. Entendidas como recursos de acción colectivas que se configuran como principios de un modelo económico, político y social alternativo al modelo imperante.
¿Qué sucede cuando las agujas salen del closet? ¿Cuándo aquello que nos invita a tejer huye del ámbito doméstico y es incentivado por una acción colectiva intergeneracional? Pues bien, el tejido se convierte en una acción política que derriba lo normado reavivando un deseo de lucha latente.
Desde el inicio se comprendió que el feminismo no puede constituirse como una actitud individual y privada. Por eso la necesidad imperante de trabajar articulando redes. Las fundadoras sostuvieron a partir de un modelo de sororidad organizada como fuente de lucha; en este contexto donde el neoliberalismo, las ideas conservadoras y el discurso de odio se agitan; la necesidad de presentar esta bandera feminista como símbolo de unidad y fuerza. Y también como una representación de nuestro deseo, en contraposición al ejercicio de la desmemoria y la desunión, bases que sostienen los sistemas de opresión.
Entendemos que esta bandera tiene dos aristas cruciales que se unen en un mismo reclamo por la exigibilidad y garantía de nuestros derechos. Por un lado, queremos visibilizar las violencias de género cuya expresión máxima son los femicidios. Por el otro, hacer una alusión al reclamo por la legalización del Aborto Legal, Seguro y Gratuito.
Nuestra iniciativa viene a cuestionar y movilizar una estructura de poder a través de un reclamo masivo y legítimo a nivel mundial, que pondera el arte del tejido como vehículo para lograr la articulación entre todes. De esta forma y desde las bases de la solidaridad y la militancia Afirmamos que Juntes vamos a tejer la revolución.
(*) Por Daniela Zapata, trabajadora social; María del Mar Gelabert, economista y tejedora; Victoria Zapata, estudiante de Ciencias Políticas y Trabajo Social.