“En la promoción de la educación no debe haber distinciones”, sentenció Confucio 400 años antes del nacimiento de Cristo. Hoy en día pareciera que las autoridades de la República Popular China toman esa consigna como bandera al promover las becas y los intercambios académicos a distintos niveles. Si bien muchos estudiantes y académicos chinos realizaron estudios en el exterior en décadas pasadas, la transformación de China en un país receptor de estudiantes internacionales es muy reciente. Más reciente aún es la promoción de becas con Latinoamérica. En el caso de Argentina, la cooperación académica con el país asiático se vio potenciada a partir de la Asociación Estratégica Integral entre ambas naciones acordada en 2014, durante el gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Dentro del esquema de cooperación académica internacional de China, corresponde señalar dos instituciones que sirven de pilares para el intercambio de estudiantes e investigadorxs: Por un lado, los Institutos Confucio (IC), dependientes del Hanban, y la Oficina para la Promoción de la Enseñanza del Idioma Chino, enfocados en la enseñanza de idioma y la difusión cultural. Si bien estos cursos son abiertos a la comunidad, los IC se establecen a partir de acuerdos entre universidades, y gracias a esto se vinculan con distintos espacios de producción académica, como ocurre en la UBA y la UNLP. Por otra parte, el Consejo de Becas de China ofrece posibilidades tanto para que academicxs chinxs realicen posgrados o estancias de investigación en el exterior, o bien para que estudiantes extranjeros tengan la oportunidad de completar estudios en China. Existe otra vía para la cooperación académica, la de universidades y centros de investigación que establecen vínculos directos con contrapartes chinas, como lo han hecho la UBA, la UNLP, la UNLa y la UNAJ, entre otras universidades nacionales, así como otras casas de estudio de gestión privada. A partir de estas iniciativas, se han multiplicado los espacios de discusión y se han fomentado los equipos de investigación binacionales en el ámbito universitario.
En cuanto a las becas, notamos que cada vez son más lxs estudiantes argentinxs que han tenido la posibilidad de conocer China y observar sus transformaciones en forma directa. Algunxs participando de estancias de dos o tres semanas, otrxs realizando cursos anuales de idioma, o incluso posgrados de dos o más años de duración. Si consideramos la tendencia a la difusión de estas becas, podemos suponer que seguirá aumentando el número de estudiantes e investigadores que tendrán la oportunidad de participar de estos programas y establecer lazos de cooperación con contrapartes en la nación que se perfila como la primera economía mundial en el siglo XXI.
Ignacio Villagrán: Director del Centro de Estudios Argentina-China de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires e Investigador-Docente del Instituto de Ciencias de la Universidad Nacional de General Sarmiento.