La Argentina presentó un recurso de "amicus curiae" (amigo del tribunal) ante la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos, que debe definir si admite tratar el caso del cordobés Víctor Saldaño, condenado hace 22 años a la pena de muerte por el estado de Texas.
El recurso presentado por la Cancillería, que tiene el apoyo de 13 países latinoamericanos (Chile, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Perú, Colombia, Ecuador, México, Nicaragua, Guatemala, Honduras, República Dominicana y El Salvador), también fue avalado por Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
El aval de la CIDH destaca que el amicus curiae "refleja las determinaciones y conclusiones" adoptadas por ese organismo en el caso y considera "relevante su presentación ante la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos, con el propósito de que se cumplan las recomendaciones oportunamente".
"Esta presentación de la Argentina se suma a las múltiples acciones realizadas por nuestro país en defensa de la vida de nuestro connacional desde hace más de 20 años y responde a la tradicional posición del país contra la pena de muerte", precisó la Cancillería.
El canciller Jorge Faurie había recibido a la madre de Víctor Saldaño, quien es el único argentino condenado a la pena capital en Estados Unidos y que permanece desde 1996 en el llamado "corredor de la muerte" de una cárcel de Texas a la espera de su ejecución por el asesinato de un comerciante. "Argentina hace gestiones para sumar apoyo para que la Corte considere favorablemente la admisión del caso con el fin de conmutarle la pena a Saldaño, de acuerdo con la recomendación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos", había indicado la Cancillería tras el encuentro.
La única posibilidad de evitar que ejecuten a Saldaño es que Estados Unidos cumpla la sentencia favorable de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de sacarlo del corredor de la muerte, como se lo conoce. Actualmente, a Saldaño sólo lo representa ante la CIDH el letrado cordobés Juan Carlos Vega.
Víctor Saldaño ya fue condenado a muerte dos veces por la Justicia de Texas, por el homicidio de Paul Ray King, un vendedor de computadoras a quien asesinó en noviembre de 1995 junto a un cómplice mejicano para robarle un reloj y 50 dólares en las afueras de la ciudad de Plano. Uno de esos fallos fue anulado por la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos, tras acreditar que se utilizó un criterio racista para dictar la sentencia.
Saldaño está alojado en el corredor de la muerte de una cárcel de máxima seguridad en Houston, en condiciones que los organismos internacionales de derechos humanos califican como tortura.
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