El presidente Donald Trump le dio una vuelta de rosca excéntrica a la lógica del imperialismo. Ahora en vez de conquistar quiere comprar. Al menos eso es lo que se le ocurrió con Groenlandia, el territorio autónomo danés que contiene un 10 por ciento de las reservas de agua dulce del planeta.
La insólita iniciativa fue revelada por asesores de la Casa Blanca al periódico The Wall Street Journal, que publicó la estrategia trazada por el mandatario estadounidense sobre el inmenso territorio de hielo y otros desconocidos recursos naturales.
En Groenlandia y Dinamarca se rieron de Trump. "Estamos abiertos a los negocios, pero no estamos a la venta", declaró la ministra de Asuntos Exteriores de la isla, Ane Lone Bagger. En tanto, para el ex premier de Dinamarca Lars Lokke Rasmussen, la noticia "tiene que ser una broma del Día de los Inocentes. Completamente equivocada de fecha", dijo.
Para Estados Unidos, la relevancia está puesta en la utilización geopolítica del área. La isla de Groenlandia es una región autónoma colonizada por Dinamarca y es hogar para unas 57 mil personas, la mayoría perteneciente a la comunidad inuit.
Algunos asesores de Trump creen que adquirir Groenlandia podría ser beneficioso para Estados Unidos, mientras que otros consideran que la idea es una "fascinación efímera" del presidente.
Según el diario norteamericano, los asesores discutían sobre el potencial para la investigación y una mayor influencia militar de Estados Unidos. De hecho, la base aérea estadounidense Thule Air Base está allí desde hace décadas.
Por su parte, la diputada por Groenlandia Aaja Chemnitz Larsen también se rió de la idea. "'No, gracias' a la idea de que Trump compre Groenlandia. Por el contrario, creo que el único camino para una Groenlandia más independiente pasa por una sociedad en igualdad de condiciones con Dinamarca", escribió en Twitter.
Lo cierto es que, hasta ahora, la Casa Blanca no emitió ningún comunicado oficial y la embajada danesa en Washington no se pronunció al respecto.
Un 85 por ciento de Groenlandia está cubierto con una franja de hielo de 3 kilómetros de grosor que contiene 10 por ciento de las reservas de agua dulce del planeta. Pero en los últimos años sufrió los efectos del cambio climático y se convirtió en un gigantesco bloque de hielo en proceso de derretirse, amenazando con inundar las zonas costeras del planeta algún día.
En julio, 12 mil millones de toneladas de hielo de Groenlandia se hundieron en el mar, un nivel sin precedentes. Trump, quien en 2017 retiró a Estados Unidos del acuerdo climático de París, se espera que visita Copenhagen en septiembre.