Solo dos años atrás, un ahora infame articulo de The Washington Post declaró la “lenta, secreta muerta de la guitarra eléctrica”. Citaba una declinación en las ventas del instrumento, de 1,5 millones anuales en 2007 a poco más de un millón una década después. El reporte se convirtió en tema de debate, sobre todo cuando Eric Clapton, uno de los más famosos guitarristas del mundo, dijo –aunque en broma- “quizá la guitarra haya terminado”.

Pero conviene echar un vistazo a la lista final de nominados a los afamados premios Mercury de este año. De GREY Area de Little Simz a un amplio abanico de bandas que incluyen a Foals, Black Midi, Fontaines DC e Idles, la mayoría de los albumes mencionados son notables por su experimental, técnicamente brillante uso del instrumento. Entonces, ¿qué es exactamente lo que está pasando?

A fines de los noventa y comienzos de la primera década del siglo casi no había otra cosa que bandas de guitarras, muchas de las cuales hoy son consideradas el cimiento del indie actual. Razorlight, The Kooks, The View, The Pigeon Detectives, The Wombats, The Fratellis, The Libertines, los amigos estadounidenses Kings of Leon. Lo “mediocre” en la música británica se había convertido en sinónimp de la imagen de un pibe blanco sosteniendo una guitarra. De pronto, de manera impensada, las guitarras no eran cool.

Parte del problema parecía residir en cómo la guitarra quedaba asociada con un único género. Por caso, cuando Kasabian aseguró que iban a “salvar la música de guitarras del abismo”, la revista NME respondió con una lista de “10 nuevas bandas de guitarras para entusiasmarse”. Todas las cuales eran bandas blancas de rock indie que no estaban haciendo nada particularmente revolucionario con el instrumento.

Más de un músico veterano se quejó de que las jóvenes generaciones le daban menos valor a la habilidad para tocar, e intentó explicarlo a través de clichés sobre los jóvenes. “Es extraño ser un performer, un músico, un ejecutante inspirado, en un mundo en el que eso ya no es tan valioso”, le dijo Brendan Benson, guitarrista de The Raconteurs, a The Independent. “Puedo tocar, ¿y qué? A nadie le importa un carajo. Quizá mi hijo no lo diría, pero no necesariamente sabe que es realmente cool. Y lo es”. Luego alegó que quizás los hombres se sienten más atraídos a la guitarra, mientras que su compañero Jack White señaló que eso podría tener que ver con el “símbolo fálico”. No hubo mención al hecho de que las mujeres han sido sistemáticamente excluidas del rock por décadas.

Bandas como Hot Chip también se han quejado de la falta de originalidad en la música pop actual. Como le dijo el frontman Alexis Taylor a The Independent: “En los últimos años se siente como si todos de pronto hubieran empezado a tener una parte vocal procesada que viene después del estribillo en un tono algo inentendible. Hay una melodía, y tiene gancho pero está autotuneada... hay estribillos que suenan como si fuera un bebé.”

No queda claro qué estuvieron escuchando Benson y Taylor, pero pueden confiar en que hay un montón de jóvenes músicos tomando sus instrumentos. Camila Cabello, que para su música toma mucho de su herencia cubana, está trepando en las tendencias pop con su hit “Señorita”, una colaboración con Shawn Mendes que abre con un loop de guitarra. Cabello es una rareza en la escena pop, tal como apuntó un artículo del sitio The Fader que se quejaba de cómo los productores “aparentemente han confundido el amor de la Generación Z por el hip hop y la electrónica con un amor por la seriedad con cara de piedra, lo que resulta en un mercado lleno de canciones tristes, anónimas y, lo peor de todo, aburridas”. No es el caso de Cabello, cuyo muy bien recibido album debut está construido alrededor de una instrumentación de piano y guitarra acústica.

 

 

En el rap y el hip hop inglés, los artistas también están encontrando maneras de empujar las restricciones del género incorporando la guitarra. AJ Tracey (quien llegó al Top 10 con “Ladbroke Grove”), rapea sobre un melancólico sonido de guitarra en “Country Star”, de su disco debut de 2019. El mixtape HBK de Yxng Bane incluye algunos samples; “Lesley”, uno de los mejores tracks de Dave en el disco debut Psychodrama (que también lo exhibe como un talentoso pianista), está rapeado sobre un loop acústico. Y está Little Simz, cuyo extraordinario debut GREY Area está cargado de guitarras, con descuidados y distorsionados riffs punk y un bajo infeccioso.

Simz, que empezó a aprender guitarra cuando tenía 17 años, reconoce el encanto de ver a alguien que es un maestro en el instrumento. “Hay algo en la guitarra que es de otro mundo, pero al mismo tiempo está ligado a la tierra”, le dijo la rapper a la revista SheShreds a comienzos de año. “Hay algunas cosas que podés hacer con la guitarra y en otros instrumentos no. Es única por derecho propio, y es algo que me atrae mucho. Incluso la manera en que se ve alguien cuando está haciendo un solo. Algo que tiene que ver con el movimiento de los dedos: se han entrenado para usar los músculos de sus dedos.”

Simz se unió a la marca Fender para su programa “Fender Next” tras luego de que en la empresa quedaran impresionados con su actitud, especialmente al tocar el bajo. “Little Simz es el perfecto ejemplo de alguien que empuja las fronteras en su manera de tocar el bajo”, dice Andy Mooney, CEO de Fender. “Ella y L Devine son una muestra de los artistas que muestran el poder y la versatilidad de la guitarra en diferentes géneros”.

 

 

Tanto Simz como Devine son parte de una generación menos preocupada por las restricciones impuestas a los artistas del género; Simz ha colaborado con números ”clásicos” de rock, como Gorillaz y Serge Pizzorno de Kasabian. Pero aún antes, bandas como Bastille tuvieron que pelear con las etiquetas impuestas por los críticos, porque se veían como el típico grupo indie. Algunos fueron tan lejos como para culpar a su hit “Pompeii” por la muerte de la música de guitarra... aunque el tema solo tenía bajo.

“Recuerdo una pelea que tuve con un periodista de rock cuando empezamos, porque no podíamos definirnos bajo un único género”, dice Dan Smith, frontman de Bastille. “Creo que lo hizo enojar que fuéramos una banda DIY (por Do It Yourself, “hacelo por la tuya”) de cuatro tipos que girábamos por el circuito clásico, pero hacíamos pop y nos negábamos a identificarnos con un género. Los periodistas acostumbraban usar en primer lugar las palabras ‘indie’ o ‘rock’ para describirnos, lo cual era extraño porque no lo éramos. En nuestro primer disco no teníamos guitarras, solo bajo, pero la gente asumía que sí había, e incluso mencionaba en reseñas solos de guitarra que no existían. Era muy gracioso”.

“Nuestra banda empezó como un proyecto de dormitorio y siempre tuvo que tener con las canciones, la producción y luego los shows”, agrega Smith. “Me desconcierta que fuera confuso para la gente, pero es maravilloso que la música se haya movido a un lugar sin géneros, que lo indefinible esté totalmente normalizado”.

Bandas más jóvenes como Black Futures y Fontaines DC parecen determinadas a recuperar cierto nivel de habilidad técnica que no era muy usual en las bandas de los 00. Matt Thomson, líder de The Amazons, argumenta que en el rock “ya no hay héroes de la guitarra”, y asegura que “la única era en que se glorificó la guitarra fueron los 70... quiero decir, ¿cuándo fue la última vez que tuvimos héroes de la guitarra? Con tipos como Jeff Beck y Jimmy Page”.

El guitarrista Chris Alderton expresó un eco de ese sentimiento en Guitar.com: “Siento que en este momento no todos los guitarristas líderes se obligan a poner un solo. Creo que de algún modo los ’80 mataron al solo de guitarra y me parece una pena, porque algunos de mis momentos favoritos de las canciones son los solos de guitarra”. Pero The Amazons es una de esas bandas que están recuperando eso, con varios y grandes solos en su disco Future Dust.

 

 

Mientras tanto, Mooney es dolorosamente consciente de cuán importante es llegar a todo el que esté interesado en la guitarra, en oposición a quedarse pegado con las imágenes del pasado. En 2018, Fender tuvo una recaudación de alrededor de 500 millones de dólares; en eso tuvo que ver una estrategia de desarrollar una audiencia joven con una cadena de nuevos modelos y con Fender Play, un servicio de lecciones de guitarra online. Según una encuesta reciente, el 50% de los principiantes que compran guitarras Fender son mujeres, quienes quizá se sienten más cómodas comprando guitarras online, sabiendo que hay menos probabilidades de toparse con un vendedor condescendiente o que se ría de ellas.

Fender también empezó a ofrecer un número de documentales “detrás de escena” que subvierten los estereotipos alrededor de la guitarra y los artistas que las usan. La serie American Professional, lanzada en 2018, trabajó con Ty Dolla $ign y Mac Miller para contar su experiencia musical con el instrumento, contando cómo había impactado en su proceso creativo. El documental Artform, que ofreció a los fans la oportunidad de entender la habilidad musical involucrada en el sampling del hip hop, fue protagonizado por Ali Shaheed Muhammad, de A Tribe Called Quest, y el productor Adrian Younge. Mostraba cómo la guitarra tenía su lugar en el hip hop, tal como le dijo Younge a The Independent: “La mayoría de las compañías de guitarra fallan al no focalizar su marketing en el sector demográfico negro y urbano; muchas de ellas creen que los negros solo usamos instrumentos en la iglesia o algo así”.

“De Kendrick Lamar a quien sea, todos usamos instrumentos”, agrega el productor. “Fender pensó lo mismo, con lo que nos unimos para hacer esta especie de declaración, para mostrar el costado real de quiénes usan estos instrumentos. Es decir, todos. No es solo el pibe pelilargo del metal o la estrella de rock. Todos tienen una razón diferente por la que aman la guitarra.”

“Los rappers siempre incorporaron la guitarra a su música, tanto que Kanye es recordado por haber colgado un cartel en el estudio que decía ‘nada de guitarras acústicas’ mientras hacía uno de sus discos”, recuerda Mooney. “La mayoría de los rappers que he visto en vivo tienen una banda completa en el escenario, con múltiples guitarristas”.

No parece casualidad que dos de las canciones con mayor alcance viral en la última década -”Despacito”, de Luis Fonsi y Daddy Yankee, y “Old Town Road”, de Ll Nas X- empiecen con un notorio motivo de guitarra. En “Despacito” es un típico gancho de guitarra española, y en “Old Town Road” hay un sonido twang, típicamente country, que se loopea a lo largo de la canción. Esas canciones captaron una atención internacional porque eran diferentes, y porque tenían cierto aire de originalidad que radicaba en una habilidad reconocible (Jack White apunta que admira a artistas como St. Vincent y Kacey Musgraves, no solo porque son mujeres tocando la guitarra sino porque tocan muy bien).

 

 

“Las canciones fueron puestas en streaming tres mil millones de veces en 2018”, señala Mooney. “Hay una avidez por todas las formas de música, y la vasta mayoría de ellas está compuesta por un instrumento, no por una computadora.” Dan Smith señala que “como con todo, aún hay una gran cantidad de gente que glorifica el pasado y se aferra a sus vestigios, lo que significa matar constantemente a la guitarra y revivirla cada año... como sea. Hay debates mucho más interesantes en la música de hoy”.

Los escépticos podrán decir lo que quieran. Las seis cuerdas no se van a ningún lado.

 

De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.