No es novedad para nadie que el capitalismo genera sus propias crisis, esto forma parte de su dinámica.

Además, el mantener a la población, principalmente a los sectores más vulnerables en emergencia permanente es un modo de desarticular la trama de solidaridades básicas. Todo lo señalado apunta a hacer más eficaces los mecanismos y dispositivos de dominación a garantizar la persistencia de la explotación y de la expoliación.

Las políticas de shock son golpes a mano limpia sobre los cuerpos, literalmente hablando. No en vano el jerarca mandó a los ciudadanos a dormir la noche del comicio preelectoral y el amanecer de una jornada agitada en los mercados financieros fue una nueva megadevaluación.

Dicho en otros términos, la coartada discursiva presidencia era una voz de mando para neutralizar la eventual protesta social en medio de la turbulencia.

Quienes ejercen el poder formal del gobierno del Estado en la región Argentina cuentan con el diligente accionar de banqueros, burgueses y tecnoburócratas. También con la complicidad de la burocracia sindical. Los de abajo, como siempre, solo contamos con nuestra capacidad de organización autónoma para la lucha por fuera de toda estructura vertical.

Carlos A. Solero