Desde el último lunes, apenas horas después de la contundente derrota electoral de Juntos por el Cambio, las versiones sobre la salida de Nicolás Dujovne del Ministerio de Hacienda no pararon de circular. Sin embargo, fue recién en la tarde del sábado cuando fuentes de la Casa Rosada confirmaron que ya le habían encontrado reemplazante al ex columnista de Todo Noticias. Quien finalmente aceptó la difícil tarea de manejar los botones de la economía en medio de la crisis es el hasta ayer ministro de Economía bonaerense, Hernán Lacunza. Su lugar lo ocupará Damián Bonari, un funcionario de segundo rango en la cartera provincial. Acorralado por la megadevaluación, el presidente Mauricio Macri intentó mover algunas piezas con la ilusión de llegar con algún tipo de competitividad a las generales de octubre y la esperanza de poder concluir su mandato el 10 de diciembre. Anoche fuentes del Gobierno no descartaban que se produjeran más movimientos.
De buena relación con el presidente del Banco Central, Guido Sandleris, Lacunza se encontraba ayer en Cerro Bayo, Neuquén, donde disfrutaba de unas vacaciones junto a su familia. El descanso patagónico del funcionario de María Eugenia Vidal fue interrumpido de inmediato por la convocatoria de Macri, quien lo mandó a buscar con el avión oficial Tango 10 para reunirse con él en la quinta Los Abrojos. No fue del todo una sorpresa: su nombre figuraba hacía rato entre los posibles reemplazantes de Dujovne, al igual que el ministro del Interior, Rogelio Frigerio y el ex titular del Banco Nación, Carlos Melconián. Incluso antes de la hecatombe electoral se lo mencionaba para ese lugar en un ahora improbable segundo mandato de Macri.
“Como bien sabés, puse todo de mí, tanto personal como profesionalmente, para contribuir a la construcción de una Argentina distinta, moderna, integrada al mundo, plural y con los equilibrios macroeconómicos necesarios para un desarrollo sustentable”, escribió Dujovne en la coloquial carta de renuncia dirigida a Macri y difundida públicamente. En la última semana, con la megadevaluación y según su declaración jurada de bienes, su patrimonio creció en más de 40 millones de pesos.
Por la noche trascendió un whatsapp dedicado a sus “compañeros de ruta”. Era un breve mensaje de “aliento”, de apoyo a su sucesor y un pequeño reconocimiento de su fracaso. “La economia fue el flanco mas cuestionado por la oposicion en estas elecciones y creo que era muy saludable generar una renovacion en mi area. Voy a seguir cerca y ayudando en los primeros dias a Hernan Lacunza, un gran profesional y amigo al que le toca seguir el camino del cambio junto a Mauricio y ustedes”, afirmó, sin poner ninguna tilde, antes de cerrar con un “los quiero mucho. Fuerza”.
Antes de llegar al ministerio, Dujovne tenía como antecedente más reciente en la gestión pública un contrato de asesor del bloque de senadores radicales. Dueño de una consultora privada, se había hecho conocido como columnista del diario La Nación y del programa Odisea Argentina, conducido por Carlos Pagni. Había asumido el 2 enero de 2017, luego de la salida de Alfonso Prat Gay y el desdoblamiento de lo que hasta entonces era el ministerio de Hacienda y Finanzas. Después de un primer año con un “éxito” relativo, fue ganando poder dentro del Gabinete hasta convertirse en coordinador de un equipo económico que rápidamente dejaría al país en una profunda crisis de la que nunca logró salir.
En su nota, el ministro saliente le dejó a Macri una suerte de recomendación y un mensaje de alineamiento con el discurso de campaña: “la gestión que liderás necesita una renovación significativa en el área económica”. “Considero asimismo que mi renuncia es coherente con la pertenencia a un Gobierno y espacio político que escucha la gente, y que actúa en consecuencia”, remató.
Fuentes del Gobierno nacional reconocían ayer que la decisión también estuvo vinculada con la posibilidad de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) suspendiera su visita a la Argentina, prevista para la semana que viene. De todas maneras, continuaba la incertidumbre respecto de cómo quedará la relación con los representantes del organismo de crédito internacional luego del paquete de medidas económicas anunciado esta semana, sin consultarlos previamente. El FMI aún tiene pendiente un desembolso de 5 mil millones de dólares en septiembre, que si no llegase a concretarse podría poner en riesgo la entrega en término del poder.
La llegada de Lacunza se da en el contexto de la megadevaluación del lunes, con un dólar que tocó los 63 pesos durante la semana y cuyos alcances a mediano plazo se desconocen con precisión. A fines de esta semana dos calificadoras de riesgo internacionales Fitch y Standard & Poor’s, le bajaron la nota a la Argentina. Este viernes Fitch le puso dos puntos menos, de “B” a “CCC”, lo que indica que existen posibilidades de default mientras que S&P fue un poco menos pesimista. Cayó de “B” a “-B” con el argumento de que se debilitó “significativamente el ya vulnerable perfil financiero” del país.
En el entorno de Vidal, protestaban por lo bajo por la salida de un ministro clave en un momento altamente delicado. Si bien es la figura estelar de Cambiemos, la gobernadora bonaerense tiene todavía menos chances de ser reelecta que el Presidente, dada la amplia victoria electoral de Axel Kicillof en las PASO y el sistema electoral sin ballotage.
Desde el Frente de Todos eran anoche muy cautelosos. Alberto Fernández no opinó públicamente sobre los cambios, aunque ya había sido crítico de alguna de las medidas “paliativas” anunciadas por Macri en la semana. Uno de los gobernadores peronistas, de diálogo directo con el candidato presidencial, analizaba que sólo la salida del jefe de Gabinete, Marcos Peña, implicaría un cambio estructural y la posibilidad cierta de que se adelanten las elecciones. Les golpeó, no sólo el resultado de las primarias, sino la lectura de fin de ciclo que hicieron distintos medios alrededor del mundo.