Halagos personales, ponderaciones de objetivos incumplidos, reconocimientos de errores no corregidos y slogans de campaña de hace cuatro años fueron tópicos de la carta con la que Nicolás Dujovne presentó su renuncia al cargo de ministro de Economía ante su “querido Mauricio” Macri, luego de quedar en el centro de la de la tormenta financiera que sacude al Gobierno desde antes de las PASO. "Puse todo de mí", lamentó.
En la misiva, el ex funcionario sostuvo que la administración macrista “necesita una renovación significativa en el área económica”. Y utilizó el enunciado “en virtud de las circunstancias” para referirse al contexto de su decisión. En ningún momento hizo mención a la mega devaluación del peso, caída de las reservas, aumento del riesgo país y descontrol del mercado cambiario producto de su administración.
Sin reconocerse como co-responsable de esos hechos pero admitiendo que su apartamiento se dio por aclamación, Dujovne trató de destacar que su renuncia “es coherente con la pertenencia a un Gobierno y espacio político que escucha a la gente, y que actúa en consecuencia”.
“Como bien sabés –le escribió en tono personal al jefe de Estado-, puse todo de mí, personal como profesionalmente, para contribuir a la construcción de una distinta, moderna, integrada al mundo, plural, y con los equilibrios macroeconómicos necesarios para un desarrollo sustentable.”
Luego destacó los presuntos logros de su gestión y de soslayo indicó que “sin duda, hemos cometido errores, que nunca dudamos en reconocer e hicimos todo lo posible por corregir”. Pero no mencionó ninguno.
En el mismo tono cómplice y personal, calificó al Presidente como “líder político” y le dijo que para él “ha sido un honor y un orgullo servir a tu Gobierno y a los argentinos”. Deseó que el país pueda “alcanzar el objetivo del desarrollo económico y de eliminación de la pobreza”. También habló de “torcer el rumbo de décadas de fracasos”, un período que lo incluye a él.
La carta que Nicolás Dujovne le envió al Presidente: