Donald Trump provocó una nueva catarata de bromas y críticas por afirmaciones fuera de lugar. “Bowling Green, Atlanta y ahora... Suecia.”, enumeró el presidente norteamericano el sábado, ante seguidores suyos en Florida, en referencia a un ataque perpetrado en el país escandinavo, algo que nunca sucedió y que forma parte de una nueva mención de su gobierno a atentados inexistentes. La respuesta sueca no tardó en llegar: los tuits del ex primer ministro del país nórdico, Carl Bildt, ridiculizaron al magnate neoyorquino. “¿Suecia? ¿Un ataque terrorista? ¿Qué fumó?”, se preguntó el funcionario en la red social. Los medios coincidieron en que el mandatario quiso relacionar el atentado islamista contra un mercado navideño en Berlín, donde 12 personas murieron a fines de 2016, con un hipotético ataque similar en el país escandinavo.
El presidente de Estados Unidos aclaró más tarde que cuando se refería a “lo que está pasando en Suecia” –algo que empujó a Estocolmo a pedir explicaciones a Washington–, se refería en realidad a un reportaje de Fox sobre migrantes. “Ves lo que está pasando en Alemania. Ves lo que está pasando la pasada noche en Suecia (sic). ¡Suecia! ¿Quién podría creérselo? Suecia. Los recibieron (migrantes) en grandes números. Están teniendo problemas como nunca pensaron que fuera posible”, afirmó Trump, según la transcripción literal de su discurso. Y señaló lugares donde hubo atentados terroristas, lo que dio pie a pensar que hablaba de un supuesto ataque en Suecia, del que nadie había tenido noticias.
La frase sobre el atentado que nunca ocurrió en Suecia, seguida del comentario de Bildt, generaron una avalancha de comentarios irónicos en el país escandinavo, bajo el hashtag #LastNightInSweden (Anoche en Suecia) y #SwedenIncident (IncidenteSuecia).
El gobierno sueco exigió al Departamento de Estado norteamericano que explicara qué quiso decir el presidente en su discurso de Florida. A pedido de Estocolmo, la embajada sueca en Washington giró la consulta y pidió al gobierno de Trump aclarar a qué presunto atentado terrorista se refería el mandatario en su acalorado discurso, informó en su edición digital el diario sueco Aftonbladet.
Eso hizo que Trump volviera sobre sus pasos. “Mi declaración sobre lo que está pasando en Suecia era en referencia a una historia que Fox estaba emitiendo sobre migrantes y Suecia”, escribió en Twitter, sin dar más explicaciones. Hasta la aclaración de Trump, nadie sabía a qué se refería con “lo que está pasando en Suecia”; medios de Estados Unidos afirmaron que el presidente podría estar hablando de un programa emitido el viernes por la noche en el canal conservador Fox.
En un segmento de “Tucker Carlson Tonight”, programa que Trump ve a menudo, se incluyó una entrevista con el director y productor estadounidense Ami Horowitz, quien relacionó –al hablar de un documental que prepara sobre el país europeo– la llegada de migrantes a Suecia con un incremento del crimen. El programa fue televisado el viernes por la noche, lo que explica uno de los puntos de confusión de las palabras de Trump, que se entendieron como si algo hubiera pasado esa noche en Suecia.
Se trata de la segunda polémica que tiene el jefe de Estado norteamericano con Suecia. Hace unas semanas, la viceprimera ministra sueca y titular de Clima, la ecologista Isabella Lövin, publicó una fotografía en las redes sociales en donde aparece junto a siete colaboradoras suyas, firmando una iniciativa de medio ambiente, imagen que buscó contraponerse a la del equipo eminentemente masculino que rodeó a Trump cuando firmó un decreto para eliminar la financiación pública a organizaciones civiles que asesoran a mujeres que quieren abortar.
En la competencia por ver quién queda más en ridículo, el gabinete del líder conservador no se queda atrás. En el mes que lleva en la Casa Blanca, el gobierno de Trump fue objeto de críticas y ridiculizaciones por mencionar ataques que jamás existieron. Su asesora, Kellyanne Conway, quien hizo célebre la frase “hechos alternativos”, se refirió a la supuesta “masacre de Bowling Green” durante una entrevista. Luego dijo en un tuit que lo que quiso decir era “terroristas de Bowling Green”, en alusión a dos iraquíes que fueron acusados en 2011 de intentar enviar armas y dinero a Al Qaida, y utilizar dispositivos explosivos improvisados contra soldados estadounidenses en Irak. El vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer, hizo tres referencias en una semana a un atentado en Atlanta. Luego dijo que quiso decir Orlando, la ciudad de Florida donde una estadounidense de origen afgano mató a 49 personas en una discoteca el año pasado.