Seis ciudadanos haitianos, entre ellos una mujer de 28 años embarazada de nueve meses y a punto de dar a luz, fueron echados en forma violenta de un hotel del barrio porteño de Constitución, sin orden judicial y sin ninguna razón, dado que habían pagado el alojamiento por adelantado. “La mujer tenía pago hasta el 31 de agosto y los chicos hasta el 4 de septiembre, pero igual los desalojaron”, le dijeron a Página|12 un estudiante haitiano que acompaña a las víctimas y Carlos Alvarez, de la Agrupación Xangó, de ayuda a los afrodescendientes que viven en el país. Como corolario de la injusta expulsión, la joven embarazada tuvo su bebé en forma anticipada y ambos siguen internados en el Hospital Ramos Mejía, en observación, ante la posibilidad de complicaciones derivadas de la situación vivida.
Se hizo una presentación judicial contra los dueños del hotel y mañana martes se abrirá una instancia de mediación. Este diario tuvo acceso a la factura expedida a los residentes haitianos por el Hotel Constitución, ubicado en el número 1436 de la calle del mismo nombre, que certifica que los desalojados tenían paga su estadía. Los denunciantes recibieron también el acompañamiento de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires. “Lo ocurrido se suma al maltrato que reciben los migrantes, y particularmente los afrodescendientes, de parte del gobierno porteño”, le dijo a este diario Carlos Alvarez, de Xangó.
El relato sobre lo sucedido lo hizo Jackson Jean, un joven haitiano que está estudiando en Argentina. El jueves por la noche, Jackson recibió un pedido de auxilio de parte de unos connacionales suyos, quienes pidieron su intervención porque estaban siendo desalojados en forma violenta de un hotel en Constitución, sin orden judicial y sin motivo alguno, porque tenían pago el alojamiento.
“Uno de los chicos me llamó para decirme que el dueño del hotel había venido a su habitación con cinco ‘delincuentes’, así los llamaron ellos, para decirles que se tenían que ir porque no iban a permitir que haya más mujeres embarazadas en el hotel”. Jackson explicó que los cinco haitianos varones estaban en otras habitaciones, mientras que la mujer estaba sola esperando dar a luz, porque su marido se había ausentado por razones laborales.
“La chica estaba embarazada de nueve meses, muy cerca del parto, pero el dueño les dijo a todos que se tenían que ir, incluso ella, porque no querían tener ningún bebé en el hotel”.
Dos de los chicos, que estaban en la habitación contigua a la de la joven “se negaron a irse y a que la sacaran a ella, entonces lo que hizo el dueño fue llamar a la Policía Federal”. Varios agentes, de la Federal y de la Policía de la Ciudad, “sacaron a la calle todas las pertenencias de los chicos y las que eran de la chica, sin orden judicial, según lo confirmaron después la Fiscalía de turno y hasta la misma Policía”. De mala manera, los cinco varones fueron obligados a abandonar las habitaciones que tenían pagas, mientras que la chica se quedó unas horas más encerrada en su cuarto, con una crisis nerviosa.
“Ella no podía comer, ni bañarse, ni salir de su pieza porque la habían dejado encerrada, hasta que la Policía llamó a una ambulancia y la llevaron al Hospital Ramos Mejía”, donde pocas horas después dio a luz. Por la forma traumática que se produjo el parto, tanto la madre como el bebé están en observación porque los médicos temen que puedan sufrir algunas complicaciones. Jackson explicó que "los médicos dicen que fue un parto forzado por la situación que le tocó vivir en el hotel durante más de cinco horas”.
Algunos de los hombres desalojados están durmiendo en la calle, mientras que otros pudieron refugiarse temporalmente en casa de amigos. “Todo esto pasó, según los dueños del hotel, porque no querían más embarazadas, pero la realidad es que fue un caso de racismo, porque echaron a todos. Incluso la chica me dijo que desde hace dos meses, la encargada la trataba muy mal y la llamaba ‘negra’ en forma ofensiva, por eso nos parece que esto está mezclado con el racismo y la discriminación”.
“Cuando fuimos con la Defensoría del Pueblo a las comisarías cercanas, no nos tomaron la denuncia porque hay dos policías que actuaron muy mal” durante el desalojo. Le pedimos ayuda al BAP (Buenos Aires Presente), para los chicos que quedaron en la calle, pero nos dijeron que es difícil que puedan hacerlo porque son refugiados y porque no fue un desalojo ‘formal’ sino un problema entre particulares”. Jackson dijo que es probable que el martes le den el alta a la chica y al bebé internados en el Ramos Mejía, “pero el tema es que no saben dónde van a ir a vivir”. En la mediación que se iniciará ese día, reclamarán que se les reintegre el dinero pagado por el alojamiento y que le abran la puerta de un nuevo hotel.