En el 2012, en una charla en San Luis, una enfervorizada Cristina Fernández dijo textualmente: ”Esto no es un River-Boca en el que necesitamos que gane River, porque somos de River, o necesitamos que gane Boca, porque somos de Boca. Necesitamos que gane la Argentina porque somos la Argentina. Y tenemos que seguir avanzando, unidos, organizados y solidarios". En la noche de las PASO, dijo Máximo Kirchner: "Esto es no es un River-Boca en el que uno salio campeón, y el otro se fue al descenso. Se deben asumir responsabilidades, se debe asumir el compromiso de cumplir con la palabra empeñada en la campaña y llevarlas adelante”.
Las metáforas futboleras están muy metidas en nuestro modus vivendi, aun cuando se las cuestione. “De fútbol somos”, es algo más que un libro de Rodolfo Bracelli. Tal vez por eso, cuando se supieron los resultados de las primarias, en todos quedó la sensación de que había sido una goleada fenomenal, un resultado catastrófico para aquellos que debieron padecerla. Y los goleados salieron a recordar muy rápidamente que se trataba de un partido amistoso, y que no había nada en juego.
Los futboleros informados recordaron casi instantáneamente la anécdota de Víctor Rodríguez, uno de los tres entrenadores de la Selección Argentina en 1974. Antes del Mundial de Alemania jugaron, en Rotterdam, las selecciones de Holanda y Argentina. Ganaron los europeos 4-1. Al final del partido amistoso dijo Rodríguez: “El resultado es mentiroso, quiero la revancha mañana mismo”. Poco tiempo después, volvieron a enfrentarse los seleccionados de Holanda y Argentina en la segunda fase del campeonato del mundo. Los de anaranjado se impusieron esta vez 4-0 en un resultado que de verdad había sido mentiroso, porque fueron cuatro pero pudieron ser ocho, diez o más si se consideran las jugadas de gol.
El presidente de la Nación es uno de esos argentinos capaces de llevar las figuras futboleras a cualquier cancha, aun las más impensadas. Macri recurrió a la pelotita en encuentros supuestamente serios con Vladimir Putin, Angela Merkel y Mariano Rajoy, entre otros líderes que recibieron sus chanzas con mezcla de sorpresa y vergüenza ajena. No recurrió al fútbol el Presidente cuando habló a la mañana siguiente de las PASO, pero dio la sensación de que estaba hablando un barra brava, sacado, enojado con los que no habían alentado al equipo lo suficiente. Y más barra brava aun sonó "Lilita" Carrió (¿o era la Gorda Matosas?), cuando anunció que ni muertos los iban a sacar de Olivos, y les reclamó a los hinchas que no estuvieran donde había que estar y se fueron a esquiar por ahí, como el actual Ministro de Economía, entre otros.
Juan José Campanella no suena como barra brava, pero es uno de esos hinchas negadores de los que no aceptan las derrotas. Posteó el hombre este fin de semana, como si estuviera haciendo hablar a uno de los muñecos de la película Metegol: “Bueno, muchachos. Este finde son los últimos dos días para lamentarse. Desde el lunes empezamos de nuevo el juego de la democracia. Hay otra oportunidad de patear el penal. Si esto no es épica, ¿la épica dónde está?". Alguien debería aclararle que no hay otra oportunidad de patear el penal. El partido está como 15-0 y lo más probable es que no haya definición por penales , ni nada que se le parezca.
La épica vendría a ser que remonten un goleada irremontable. Tienen que hacerle muchos goles a un rival que quedó mucho mejor parado, y que no le va a dar ninguna ventaja. Y si se ampara en que tienen el mejor equipo de los últimos 50 años, se deberá recordar que en ese equipo jugaban Prat Gay, Sturzenegger, Caputo, Dujovne, Triaca, Bergman, y juegan otros que están bastante lesionados como Macri, Vidal, Bullrich, Michetti, Dietrich.
Conocido el resultado de River 6-Racing 1, posteó el escritor y librero Miguel Angel Morelli: “Por suerte la hinchada académica es peronista. Pierden 6-1 y cantan por Racing, pero a ningún boludo se le ocurre gritar '!si se puede, si se puede!'". Se repetirá la goleada en octubre si no hacen trampa. Ya lo dijo Diego Maradona: “La urna no se mancha” .