El 29 de mayo de 2006 se oficializó la venta del pase de Sergio Agüero de Independiente al Atlético de Madrid por 23 millones de euros. El presidente del club de Avellaneda de entonces, Julio Comparada, invirtió ese dinero en la construcción de un nuevo estadio, previa demolición del viejo, el de la Doble Visera. El Rojo fue local, por lo general, en Huracán o Racing. El equipo no sólo deambulaba por canchas ajenas. También deambulaba por malos resultados deportivos y peores en términos económicos. La situación derivó en el descenso. En ese lapso, las divisiones inferiores del club quedaron a la deriva. Los hermanos Panqui y Pedro Molina, hinchas de Independiente, pusieron la mirada en el mundo de esos pibes librados a su suerte y publicaron un gran libro al que titularon Alerta Rojo: ¿a quién le importan las inferiores?, material que fue sintetizado como "periodismo puro" por parte de un referente de la profesión como Ezequiel Fernández Moores.

Los Molina hablaron con pibes que estuvieron o están en las inferiores. Entrevistaron a psicólogos y entrenadores. "Entendimos que el pibe que juega está ahí por un mérito, que no es para cualquiera. Que el fútbol es muy cruel. El sistema es cruel. Algo hay que cambiar porque no puede ser así, con un sistema que todos los años expulsa a chicos que quieren cumplir un sueño", dice Panqui Molina a Página/12.

Cuando propusieron presentar Alerta Rojo en la sede del club, la respuesta de "un dirigente de segunda o tercera línea" fue: "Dejame ver en qué le sirve al club este libro". "Ese concepto --dicen los Molina-- es un poco lo que decimos en la bajada de la tapa del libro: ¿A quién le importa las inferiores?".

Alerta Rojo repasa casos de pibes que dejaron todo por el club y que ahora no se animan a volver a la cancha por temor a sufrir represalias por parte de los hinchas. Lo cuenta Hernán Fredes, hincha del Rojo pero referente del equipo que perdió la categoría. Había ocho pibes de inferiores que tuvieron que asumir las responsabilidades de experimentados que no se animaron a jugar en el peor momento: el del descenso. Para muchos socios, esos pibes quedaron marcados a fuego. Fredes tenía una transferencia casi hecha, pero prefirió salir a la cancha en el partido decisivo. Se lesionó y perdió una gran posibilidad económica. Su caso es emblemático. "Fredes se emocionó al hablar de su lesión el día del descenso. Hoy no puede ir a la cancha porque la gente lo putea. Y ama a Independiente", explica Panqui para graficar lo cruel que puede ser el camino hacia la gloria. O el infierno. "El caso de Fredes habla del embudo del fútbol. Son pocos los que quedan en un club, y menos los que llegan a Primera. Y menos todavía los que pueden jugar aunque sea un partido. Fredes superó esas etapas".


En las casi 300 páginas del libro, que se puede adquirir a través de https://libroalertarojo.com.ar/ , los Molina repasan el caso de chicos que no tenían ni para comer porque las dirigencias le daban nula importancia a quienes vivían en el abandonado complejo de Villa Domínico. Hubo un momento en que no había ni seguridad y se producían robos que incluían disparos. Pibes de 15 años estaban a la buena de Dios. A veces hasta desaparecían botines. No tenían ni frazadas ni colchones acordes. Los días de lluvia no podían ni acercarse a las canchas donde debían entrenar. "Pero por suerte nos encontramos con un montón de gente dispuesta a contar su historia. Chicos con ganas de visibilizar este mundo desconocido, ignorado", cuenta Pedro Molina.

Alerta Rojo, dicen los autores, tuvo un quiebre cuando fue noticia el caso de los abusos de menores en el club. "Sentimos que podíamos mostrar que los abusos sucedían no por casualidad o hecho aislado, sino que suceden en un mundo oscuro, de soledad, en el que muchos chicos están solos, sin plata", agrega Pedro Molina. En el relato aparecen dos héroes. Uno de ellos es Ariel Ruíz, psicólogo del club a quien uno de los chicos le confió el entramado de abuso sexual que se producía por gente de afuera que pagaba con dinero o botines a menores a cambio de sexo. Así se destapó la olla que provocó detenidos y -ya ni asombra- posteriores excarcelamientos.

El otro gran protagonista es Fernando Langenauer, un licenciado en Ciencias de la Educación que apostó su futuro profesional para trabajar en las divisiones menores de Independiente. El entramado de abusos va muy atrás en el tiempo. Incluso se cita el caso de un programa de Jorge Rial y su séquito de panelistas cuando se ríen porque alguien festeja que Ricardo Fort hacía fiestas sexuales con pibes de All Boys. Ruíz y Langenauer, cuentan los autores, "aportaron la mirada humana de la temática, que es la que queríamos retratar".

Aparece el ex presidente de Deportivo Armenio y dirigente de peso en la AFA grondonista, Noray Nakis, con prisión domiciliaria e investigado por sus vínculos con la barra brava de Independiente. Y Bebote Alvarez, otro personaje oscuro de la hinchada y de la dirigencia roja. Vinculados también con el actual presidente, Hugo Moyano. Antes los unía una buena relación. Bebote ingresaba al predio hasta en horas de la madrugada, como si fuese amo y señor del club. Quien le puso un freno fue el ex presidente Cantero, pero su soledad más su mala gestión provocaron su forzado alejamiento.

"Es insólito que el barrabrava entre solo a la pensión a la noche. Nunca lo escuché en otros clubes. No sé por qué pasó en Independiente. Tal vez porque al ser un club tan grande, la brecha es al mismo tiempo tan grande también en eso", apuesta Panqui. Y Pedro: "El principal problema fue dirigencial. Ante la incapacidad de los dirigentes de turno el problema vino de arrastre. Independiente tuvo una oportunidad única de relanzarse con la venta de Agüero y Comparada decidió tirar el estadio y hacer uno nuevo. Independiente llegó tarde a todo lo que otros clubes como Lanús llegaron antes. El club fue siempre detrás de la reacción, nunca se antepuso a los hechos. Se ve en las inferiores. En los malos mercados de pases. En las canchas para divisiones inferiores en pésimo estado. Eso repercute en los chicos. No es para cualquier llegar a Primera, bancársela y sobrevivir. Independiente dio muchos años de ventaja".