La rebaja a cero de la alícuota del IVA de forma temporaria hasta fin de año en el listado de alimentos que definió el Gobierno comenzó a aplicarse en las grandes cadenas de supermercados, aunque en pequeños y medianos comercios hay todavía mucho desconcierto sobre cómo llevar adelante la normativa. Más allá de que la aplicación en comercios y almacenes de barrio vaya mejorando un poco, especialistas coinciden en que se trata de una propuesta que favorece a los supermercados y se espera que el impacto se sienta mucho más fuerte en esas superficies. Del mismo modo, el beneficio por el descuento en los precios será apropiado por el sector de consumidores que hacen las compras en los grandes supermercados, por lo tanto tendría bajo impacto en el segmento de la sociedad de menor poder adquisitivo y más acorralado por la pobreza e indigencia. En cuanto a los precios, durante el fin de semana en los supermercados que comenzaron a aplicar la medida la rebaja del IVA permitió por lo general mitigar la suba causada por la devaluación en los productos alimenticios seleccionados.
“El viernes hicimos el ajuste de precios en función de la normativa y el sábado fue el primer día que comenzó el nuevo esquema de IVA. Está funcionando en más de 1500 productos en 95 sucursales”, indicaron en Walmart. Desde Carrefour aseguraron que desde el sábado hay disponibles “2000 productos en 22 provincias” sin IVA. Otros supermercados también fueron aplicando la medida a lo largo del fin de semana, aunque quedan sucursales retrasadas . La lista de artículos es la siguiente: pan, leche fluida, aceite (de girasol, maíz y mezcla), azúcar, pastas secas, arroz, harinas de trigo, polenta, rebozador, pan rallado, yerbas, mate cocido y te, conservas de frutas, hortalizas y legumbres, yogur y huevos. La medida abarca a todas las marcas de cada categoría y busca compensar el descalabro ligado a la devaluación posterior a las PASO.
“No estamos diciendo que los precios van a bajar, sino que el impacto de estos días se puede morigerar”, dijo el ministro de Producción, Dante Sica, cuando presentó la medida. Los supermercadistas cuentan una historia parecida: los precios subieron alrededor de un 20 por ciento entre el miércoles y el viernes de la semana pasada, como respuesta inmediata a la devaluación del lunes que permitió el Gobierno. Ese incremento en algunos alimentos básicos podría mitigarse con la rebaja temporaria del IVA, aunque hay varios “peros”. El primero es que hay varios alimentos centrales de la canasta básica, como carnes, frutas y verduras, no incluidas en la medida. Asimismo, la medida opera sólo hasta fin de año. Además, como no hay control sobre los precios finales, es de esperar que los supermercados y las empresas proveedoras aprovechen e intenten recomponer margen de ganancia. Más importante aún, hay un vasto sector de comercio minorista en donde la medida tiene por ahora casi nula aplicación y en donde además es difícil que tenga buen alcance.
“Entre el pequeño y mediano comercio hay un gran desconcierto. Porque al almacenero todavía le están llegando o informando listas con aumentos y no sabe cómo aplicarlos. Pero además, el universo del comercio chico abarca al responsable inscripto, que está habilitando una caja para vender todos los productos a tasa cero y otro ticket con los productos generales. Pero también está el almacenero monotributista, que no puede hacer la rebaja del IVA sin perder plata”, explicó a este diario Vicente Lourenzo, integrante de la Comisión de Problemática Pyme del Consejo de Ciencias Económicas de CABA.
También se manifestaron las entidades de consumidores. Héctor Polino, titular de Consumidores Libres, advirtió que “en este momento no hay precios de referencia” y criticó que en la lista de alimentos a los que se rebaja el IVA “no hay carne, fruta, verduras ni productos para celíacos”. Además, pidió que la medida se debata en el Congreso Nacional. Roberto Daoud, de la entidad Deuco, indicó que “cualquier herramienta que pueda ayudar en algo a la gente a comer la vamos a recibir como algo bueno. Sin embargo, por un lado son pocos productos, es insuficiente. Por el otro, la aplicación tiene serias dificultades, ya que por fuera de las cadenas de supermercados, los comercios de proximidad dependen de su condición impositiva, cosa que está en problemas en este contexto de crisis”. Las entidades proponen que la rebaja del IVA no sea deducible del precio final por parte de los supermercados sino acreditable vía bancaria, aprovechando los medios de cobro de jubilaciones y de programas sociales.