Desde Roma
La única certeza de este martes para el gobierno italiano, después que el primer ministro Giuseppe Conte presentó su renuncia al presidente de la República y después de casi cuatro horas de debate en el Senado, es que todo o casi todo puede suceder. El viceprimer ministro, ministro del Interior y líder de la ultraderechista Liga, Matteo Salvini, el 8 de agosto presentó una nota a Conte donde decía que no estaba más dispuesto a seguir con este gobierno y pedía elecciones. Su partido al mismo tiempo presentaba una moción de desconfianza contra el gobierno en el Parlamento que, curiosamente, retiró esta tarde.
El primer ministro Conte habló una hora ante el Senado en la tarde del martes, explicando el por qué de su decisión de renunciar, pero sobre todo criticando duramente a Salvini, mientras el ministro del Interior, que estaba sentado en un primer momento junto a él, tomaba apuntes y hacía todo tipo de muecas con la cara y las manos, dando a entender que lo que decía el primer ministro eran mentiras o exageraciones. A la derecha de Conte estaba sentado el otro viceprimer ministro y ministro del Trabajo, el líder del Movimiento Cinco Estrellas (M5S), Luigi di Maio, que contenía su cara seria mientras podía pero a veces no podía contener alguna sonrisa cuando Conte lanzaba duras críticas contra Salvini.
Es que la relación entre los dos viceprimeros ministros se vino abajo desde que Salvini hizo presentar la moción de desconfianza. En una reunión el domingo, todos los líderes del M5S llegaron a una conclusión: Salvini “no es más confiable”, lo que significa que había que romper definitivamente con él.
“La decisión de la Liga de interrumpir este gobierno la considero grave, porque interrumpe prematuramente una gestión de gobierno que en el primer año había obtenido resultados”, dijo Conte que describió el momento en el que ocurre la crisis como delicado porque le país no podrá tomar algunas decisiones que se habían prometido y estaban en curso, como el no aumento del IVA , la disminución del número de parlamentarios, el presupuesto del próximo año -que si no hay un gobierno estable, podrá ser sólo provisorio-, y la participación en decisiones europeas, porque Italia estaría en una situación de “debilidad”.
Conte fue mucho más duro en las acusaciones contra Salvini. “El ministro del Interior ha demostrado perseguir sólo intereses personales y de partido”, dijo, mientras los senadores de la Liga gritaban y Salvini les agradecía y les hacia señas de basta, para que se callaran. “Cuando un partido sigue solo sus intereses, se pierden los intereses nacionales”, añadió Conte, quien subrayó además que la decisión de Salvini “lleva al país a un período de incertidumbre financiera e imprudencia institucional” . También lo criticó por no haber renunciado como ministro dado que consideraba que este gobierno había terminado y porque su partido ha obstaculizado durante todos estos meses una serie de medidas a favor de los italianos, que se podrían haber concretado.
Además, El premier renunciante le dirigió a Salvini algunas críticas personales, acusándolo de no haber ido nunca al Parlamento para aclarar las acusaciones que existen contra él por una presunta financiación rusa a su partido, de haber “invadido “ los poderes de otros ministros, de haber interferido en ciertas acciones del gobierno, de haber usado símbolos religiosos -como el rosario - en actos públicos, corriendo el riesgo “de ofender a los creyentes” y de “opacar el principio de un estado laico” como Italia. Por el uso del rosario y de las súplicas a la virgen, Salvini fue muy criticado, incluso por medios de difusión del Vaticano, que lo acusaron de usar los símbolos religiosos con una pura finalidad política.
“Querido ministro -continuó Conte- , promoviendo esta crisis te has tomado una gran responsabilidad, pidiendo las elecciones para llegar al gobierno y preocupado por tener plenos poderes. No necesitamos personas con plenos poderes sino con sentido de responsabilidad” (...) La decisión de la Liga me impone interrumpir aquí esta experiencia de gobierno. Cuando termine el debate iré al presidente de la República para presentar mi renuncia”, concluyó el primer ministro no sin antes sintetizar en pocas palabras lo que Italia debería hacer, entre otras cosas, para ayudar a los miles de jóvenes que emigran porque aquí no encuentran trabajo, y para afrontar el tema migratorio, “haciéndose intérprete del rol positivo que África puede jugar en Europa”.
La réplica de Salvini no se hizo esperar. “Yo haría de nuevo todo lo que he hecho hasta ahora. Con la gran fuerza de ser un hombre libre, que no tiene miedo del juicio de los italianos. Quien tiene miedo del juicio de los italianos no es un hombre libre”, subrayó Salvini dando a entender que no estaba arrepentido de nada de lo que hizo como ministro del Interior, ni de la política de “puertos cerrados” que ha impuestos desde hace unos meses para bloquear la llegada de barcos con inmigrantes, “ a Italia se llega si se tiene permiso para llegar”.
De manera muy despectiva, Salvini se refirió a Europa, dejando claro sus sentimientos antieuropeístas: “Yo no quiero tener una Italia esclava de nadie, no quiero cadenas”(…) Cerraré los puertos de nuevo si llego al gobierno (…) No caeré jamás en el insulto cotidiano”, dijo, cuando en realidad se la pasa insultando a sus opositores a través de tredes sociales o incluso en declaraciones a la prensa. “Somos los únicos presuntos fascistas que queremos el voto, una cosa increible!”, concluyó, no sin antes proponerle al M5S, que podrían postergarse las elecciones para antes votar la ley que reduce el número de parlamentarios -y que impulsa el M5S- y aprobar la ley de presupuesto entre otras cosas.
Y sobre el uso de los símbolos religiosos, además de citar una frase de San Juan Pablo II, dijo “yo pido la protección del corazón de María para el pueblo italiano en todo momento. No me avergüenzo de nada, estoy orgulloso”.
Matteo Renzi, ex primer ministro de Italia, y actual senador del Partido Democrático (PD), le replicó a Salvini que él también era católico pero de otra manera. Y sacó a relucir el evangelio de Mateo donde dice entre otras cosas: “Yo tenía sed y me diste de beber, tenía hambre y me diste de comer”. Esto sugiere que tenemos que “abrir los puertos y ayudar a los migrantes”. El clima creado por Salvini ha llevado a que chicos negros, adoptados legalmente por familias italianas, ahora tienen problemas en muchos lugares. “Detras del insulto, del odio desencadenado, están las familias que pagan el precio y añadió: “La derrota de este gobierno no ha sido sólo económica”, declarándose felíz del fin de esta experiencia “populista”.
Al final del debate en el Senado, Conte se presentó en el Palacio del Quirinal, sede de la presidencia de la República, para entregar formalmente su renuncia al presidente Sergio Mattarella, que éste puede o no aceptar. Conte de todas maneras, deberá permanecer al frente del gobierno hasta tanto se forme un nuevo gobierno o se llame a elecciones. Mattarella deberá ahora iniciar una serie de consultas con exponentes políticos para ver si es posible formar un nuevo gobierno, por ejemplo poniendo de acuerdo al M5S y el Partido democrático (PD) que podrían tener mayoría en el Parlamento.
El PD está muy dividido en este sentido ya que Renzi estaría a favor de un gobierno con el M5S pero el secretario general del PD, Nicola Zingaretti, sería un poco más reticente. En una declaración entregada a la prensa, Zingaretti subrayó que cualquier “nueva fase política no puede partir sin el reconocimiento de los límites y errores cometidos durante el gobierno de Conte”. Si se consigue formar un nuevo gobierno, con o sin Conte a la cabeza, su aprobación definitiva queda de todas maneras en manos del Parlamento.