El interés de Donald Trump por comprar Groenlandia parece no tener fin, a pesar de que la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, insistiera en que "no hay nada más que hablar" sobre el tema y que "Groenlandia no está en venta". El presidente de Estados Unidos volvió a la carga, en el tono que lo caracteriza y, nuevamente, a través de Twitter. "Prometo no hacerle esto a Groenlandia", escribió, acompañando el texto con un montaje en el que se puede ver una zona de la isla con una inmensa torre Trump dorada, construida a orillas del mar.
El actual presidente republicano es además la cara visible de The Trump Organization, compañía inmobiliaria familiar que posee una veintena de edificios en todo el mundo, entre hoteles, clubes privados, campos de golf o torres de departamentos, entre ellos la Torre Trump de la Quinta Avenida de Nueva York, construida en la década de los ochenta y que alberga el altillo que Trump suele usar como residencia privada.
El comentario del presidente ha generado, como era de esperar, muchas interacciones en la red social: cerca de 200 mil likes y más de 45 mil retweets, además de los habituales memes. No obstante, también fue blanco de críticas: "El narcisismo de Trump no tiene límites, está proyectando sus inseguridades y utilizando su estúpida Torre como un símbolo fálico para ocultar su vergüenza interna por ser un viejo perdedor", escribió, por ejemplo, un médico estadounidense en respuesta a su tweet.
Adquiriendo Groenlandia, Trump estaría detrás de la compra de un territorio que equivale a una cuarta parte de Estados Unidos, por lo que consolidaría su lugar en la historia al lado de, por ejemplo, el presidente Andrew Johnson, encargado de comprar a Rusia el terreno de Alaska en 1867, y Thomas Jefferson, que hizo lo propio con Louisiana en 1803, adquirida a los franceses.
A la hora de hablar de los motivos de semejante proyecto, muchos coinciden en destacar la riqueza de sus recursos naturales, y su importancia geoestratégica por su cercanía al Ártico. También se especula con lo que significaría, en términos económicos, el negocio inmobiliario de su vida.
The Wall Street Journal informó el pasado jueves que Trump había expresado interés en esa gran isla con estatuto autónomo de Dinamarca, al preguntarle a asesores si sería posible que Estados Unidos adquiriera el territorio localizado entre el Ártico y el Atlántico Norte. El mandatario confirmó días más tarde su interés de compra, pero aclaró que no era una prioridad para su administración. "Es algo de lo que hablamos", dijo Trump a periodistas. "El concepto surgió y dije, sin duda, estratégicamente es interesante y estaríamos interesados, pero hablaremos un poco (con Dinamarca)", aseguró, subrayando que "no era la número uno en la lista" de prioridades del gobierno.
Cuando se le preguntó si consideraría intercambiar un territorio estadounidense por Groenlandia, Trump respondió que "se podrían hacer muchas cosas". "Esencialmente, es un gran negocio inmobiliario", resumió. "Está dañando mucho a Dinamarca porque están perdiendo casi 700 millones de dólares al año manteniéndola, y estratégicamente, para Estados Unidos, sería bueno", agregó. "Estamos abiertos a hacer negocios, no a vender", afirmó el viernes el ministro de Exteriores de la isla.
En la misma línea, la primera ministra danesa Frederiksen fue contundente: Groenlandia no solo no está en venta, sino que en caso de que lo estuviera, no sería a Dinamarca a quien tendría que dirigirse: Groenlandia es un territorio autónomo (salvo a nivel de política monetaria, exterior y de defensa) desde 2009, por lo que cualquier transacción con la isla debería contar, además, con la aprobación de su pueblo.
"De todas las cosas que no van a suceder, esta es la más improbable. ¡Olvídalo!", subrayó el miembro del Partido Popular Conservador, Rasmus Jarlov, mientras que el ex primer ministro Lars Lokke Rasmussen sugirió que se trata de una "broma del día de las bromas de abril totalmente fuera de temporada", en declaraciones al portal Russia Today.
Groenlandia es una isla ubicada en América del Norte, al noreste de Canadá, y cubierta por hielo en un 75 por ciento de su superficie. Tiene 2,1 millones de kilómetros cuadrados, aunque habitada por tan solo unas 56 mil personas, en su mayoría de etnia inuit. En 1979, obtuvo finalmente el estatus de territorio autónomo por parte de Dinamarca.
Estados Unidos ocupó en 1941 Groenlandia para evitar una posible invasión nazi de la isla después de que los alemanes ocuparan Dinamarca, situación que se prolongó hasta el fin de la guerra en 1945. En 1951, Estados Unidos construyó en Groenlandia la estratégica Base Área de Thule, que cobró especial importancia durante la Guerra Fría.
Trump no sería el primer presidente estadounidense en tratar de comprar Groenlandia, ya que el presidente Harry Truman (1945-1953) ofreció 100 millones de dólares a Dinamarca por la isla, una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial.