Mañana comienza el juicio oral y público por el caso de Lucas Cabello, el joven que actualmente tiene 23 años y que está en silla de ruedas desde que fue baleado por el policía de la ex Metropolitana Ricardo Ayala en la puerta de su casa el 9 de noviembre de 2015.
El comienzo del debate oral será acompañado por familiares de víctimas de gatillo fácil y organismos de Derechos Humanos, que realizarán una radio abierta y actividades culturales en la puerta de Tribunales, en Talcahuano 550, a partir de las 9. El policía Ayala llega al juicio, cuyo inicio fue postergado en febrero y abril , separado de sus funciones pero no exonerado de la fuerza.
“Este caso fue muy emblemático porque marcó todo lo que iba a venir en la era Macri con (Patricia) Bullrich”, dijo a Página|12 Gabriela Carpineti, una de las abogadas de Cabello. El ataque contra el joven ocurrió días de que Mauricio Macri ganara las elecciones presidenciales de 2015, e inauguró la política conocida como “Doctrina Chocobar” del gatillo fácil, avalada por la ministra de Seguridad.
Cabello fue baleado la tarde del 9 de noviembre en la puerta de su casa, ubicada en el barrio porteño de La Boca, frente a su novia y a su hija, que en ese entonces tenía 2 años. El policía disparó una vez y, cuando el joven estaba en el piso retorciéndose, se acercó y gatilló dos veces más.
Ayala, que tenía sólo 6 meses de instrucción, argumentó que actuó porque Cabello “estaba armado”, pero los peritajes balísticos demostraron que las tres vainas halladas en la escena eran del arma policial , la única que fue encontrada. “La única arma que tenía Lucas era un sándwich de milanesa que le había comprado a su hija”, afirmó Carpineti.
Cabello fue herido en la mandíbula, el abdomen y el bajo vientre. Un vecino lo llevó en su auto al Hospital Argerich porque la ambulancia no llegaba. El joven fue operado y ahora está en silla de ruedas. “Le gané a la muerte y de algún modo soy hijo de esas madres que perdieron a sus hijos y en nombre de ellos sigo luchando”, proclamó Cabello.
Luego del ataque contra Cabello, la entonces vicejefa de Gobierno, María Eugenia Vidal , defendió a Ayala. “Se trató de una cuestión de género. El policía protegía a la mujer que apretó el botón antipánico”, justificó. Esta versión fue desmentida por la novia de Cabello y otros testigos.
“Una de las primeras que instala esta doctrina (Chocobar) es Vidal con este hecho”, sostuvo Carpineti. Según la abogada, apenas sucedió este hecho, la actual gobernadora bonaerense, Macri y Guillermo Montenegro -que en 2015 era ministro de Justicia y Seguridad porteño y hoy diputado bonaerense y candidato a intendente de Mar del Plata- “salieron a justificar el accionar de Ayala”. “Incluso Vidal manipuló el discurso de la violencia de género”, remarcó.
El policía, en contra de la evidencia, sigue diciendo que Lucas estaba armado. Sin embargo, después de varios intentos por calificar al hecho como “legítima defensa”, en enero de 2017 la Cámara Nacional de Apelaciones sostuvo que el “intento de homicidio” cometido por Ayala era “una grave violación a los derechos humanos”. Eso dejó sin efecto lo dicho con anterioridad por el juez Osvaldo Rappa, quien había calificado el hecho como “exceso en la legítima defensa”.
“Demostramos que Lucas estaba absolutamente indefenso, que fue tentativa de homicidio agravado y que no hubo exceso en la legítima defensa ni mucho menos”, aseguró Carpineti. Además de la abogada, la familia Cabello estuvo representada en la apelación por Nahuel Berguier y contaron con la colaboración de la Liga Argentina de Derechos del Hombre y la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin), a cargo entonces del fiscal Miguel Palazzani. La Procuvin fue desmantelada por el macrismo.
Ayala llega al juicio en el Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 procesado pero en libertad porque, explicó Carpineti a este medio, “el juicio demoró casi 4 años y el plazo de la (prisión) preventiva es de 2 años. Para la abogada querellante, la demora en el inicio del juicio “tuvo que ver con el proceso de dilación previo”.
“Lucas tardó 3 años en superar la cuadriplejia. Hoy es hemipléjico y puede mover los brazos -contó Carpineti-. Tardó menos tiempo en poder volver a mover sus brazos que en que se haga el juicio. Eso habla de la voluntad de Lucas para seguir adelante. Hoy es sobreviviente y querellante de su propio juicio. Eso es muy importante”.
Carpineti deseó que el caso de Cabello marque un antes y un después en las políticas de seguridad y que abra un debate sobre “los mecanismos de control de las fuerzas de seguridad” para que “estos casos no vuelvan a ser noticia en Argentina”. La abogada también espera ganar “una batalla contra la impunidad, la discriminación y el racismo que hay de las fuerzas de seguridad contra los sectores populares”.
Informe: Ludmila Ferrer.