Desde Río de Janeiro
Las mentiras y los chivos expiatorios son las dos palancas fundamentales del trumpismo para hacer política. Ya se ha calculado que el presidente norteamericano emite 20 mentiras al día, con una casi insuperable producitividad. Los principales chivos expiatorios para Trump son los mexicanos, responsables por todos los males de Estados Unidos.
Sus seguidores intentan seguir ese mismo camino. Bolsonaro y sus muñecos mienten todo el tiempo y buscar atribuir al Partido de los Trabajadores (PT)los problemas actuales del país, como si no hubieran heredado tres desastrosos años de gobierno de Temer. Asimismo, la derrota de su amigo Macri los ha dejado desconcertados. Un gobierno tan bueno, que los argentinos no han sabido valorar, prefiriendo volverse una Venezuela y exportar su población hacia Porto Alegre. (No sabe que todos los años los argentinos vienen, pero a Florianopolis y no a Porto Alegre.)
En una entrevista con Clarín, el ministro de Economía pinochetista de Bolsonaro, Paulo Guedes (foto), creyendo que los argentinos no están informados sobre Brasil, destila sus mentiras a todo vapor. Entre ellas, las más escandalosas tienen que ver con Lula.
Un gobierno que tiene 14 millones de desempleados, que no es su preocupación, acusa a Lula y al PT de no haber creado empleos para los brasileños. A Lula, cuyo gobierno ha creado 22 millones de empleos formales para los brasileños. Y al PT, que al final del mandato de Dilma, en diciembre del 2014, había logrado, por la primera vez en Brasil, pleno empleo con crecimiento económico. La pesada herencia que recibió Bolsonaro no fue la de los 12 años de gobierno del PT, sino la de los tres años desastrosos de Temer, responsable por la restauración de la política económica neoliberal.
Como si no bastara eso, Guedes, que habia prometido en la campana electoral que la economía brasileña volvería a crecer en el primer año de su mandato, ahora pide uno o dos anos más para superar la recesion. Sin embargo, para Clarín, actualmenter Guedes lidera una recuperación de la economia brasileña.
Asi se comportan los muñecos de Trump y del FMI.