Cerca de mil personas, en su mayoría vecinos del barrio de San Telmo, ocuparon anoche prácticamente toda la cuadra de Brasil al 500, para expresar rechazo, indignación y reclamo de justicia “por el asesinato de Vicente Luis Ferrer”, por el que están detenidos y acusados de homicidio dos empleados del supermercado Coto. La Justicia confirmó que la muerte de Ferrer se produjo como consecuencia de “un traumatismo craneoencefálico” que le provocó un derrame cerebral. Ante el anuncio de la concentración en la esquina de Brasil y Perú, el comercio cerró sus puertas mucho antes de lo habitual y una guardia de la Policía de la Ciudad se instaló en la puerta principal, como “prevención de posibles desbordes”. La presencia policial fue la única respuesta del gobierno porteño de Horacio Rodríguez Larreta, ya que ningún funcionario habló sobre esta nueva muerte violenta en la Ciudad.
Eso fue lo que le dijo a los manifestantes uno de los uniformados, ante la consulta incisiva de algunos, sorprendidos “por tanta vigilancia para los empresarios y nada para los vecinos del barrio”. De todos modos, la protesta se realizó en forma pacífica y una serie de oradores, en representación de distintas organizaciones barriales, criticaron lo ocurrido “como resultado de una política represiva del macrismo, a nivel nacional y de la Ciudad”.
Las organizaciones sociales que realizan actividades en el barrio se reunieron para repudiar la muerte de Ferrer, ocurrida el viernes pasado, cuando salía del Coto llevando entre sus ropas una botella de aceite, queso y dos chocolatines, sin haber pasado por la caja. Frente a la fachada del supermercado, a metros de la panadería donde agonizó Ferrer, se colgó un cartel que decía “Con justicia, con amor, con compromiso y con ternura, Venceremos”. Debajo del mensaje se fueron sumando las velas encendidas traídas por los vecinos del barrio, muchos de los cuales tuvieron trato con Vicente Luis Ferrer y con su esposa. En la reunión no estuvieron presentes ni familiares de la víctima ni testigos del hecho, algunos de los cuales ya fueron a prestar declaración en el juzgado a cargo de la investigación.
“Mauricio gato, ya vas a ver, con tus matones, no nos vas a detener”, fue uno de los cánticos más escuchados, que le apuntaban a la responsabilidad del supermercado Coto por lo sucedido, pero “enmarcado en la política represiva que instalaron en la Ciudad y en el país el presidente Mauricio Macri y la ministra de Seguridad Patricia Bullrich”, según se señaló repetidas veces desde el sistema de sonido que se había instalado sobre la calzada de la calle Brasil, donde el tránsito estuvo interrumpido durante varias horas. Desde la tribuna popular montada en el lugar, se pidió “justicia por Vicente Ferrer y por todos los pibes que mueren todos los días asesinados por las fuerzas de seguridad”.
Eva, de la Olla Popular Parque Lezama, le dijo a Página/12 que “nosotros no teníamos trato con Vicente, pero hay gente que lo conocía y sabía que era una persona tranquila que vivía en Defensa al 1300”. La olla popular, una de las organizaciones que convocó a la concentración, se empezó a motorizar “en octubre del año pasado, porque veíamos que había cada vez más gente viviendo en la calle, hay cada vez más personas que no tienen para comer, de manera que todos los lunes realizamos una olla popular como respuesta solidaria entre los vecinos del barrio”. Por esa misma razón, sostuvo, “no podemos permanecer indiferentes ante el asesinato de un vecino nuestro, sin motivo alguno, porque sí”.
"Cuando nos enteramos de lo que había pasado, nos movilizamos junto con el Centro de Salud, Patria Grande, La Cámpora y otras organizaciones, porque no podemos permitir que la violencia institucional se naturalice en nuestro barrio", sostuvo Eva. Otro vecino, de nombre Roberto, precisó que Ferrer "vivía con su esposa en un PH de Defensa 1372, donde hay siete departamentos con otras tantas familias. Yo lo veía todas las semanas y no me parece que tuviera ningún problema de demencia senil ni que haya sido una persona violenta que pueda haber puesto en peligro a la guardia de seguridad. Era un persona delgada, no muy alto... qué peligro pudo significar para que lo maten como lo mataron", se preguntó.
Los cánticos le apuntaron también a los dueños del supermercado, con pedidos de justicia. También le apuntaron al gobierno porteño de Horacio Rodríguez Larreta y cada frase era cerrada con un cántico: "Se va a acabar, se va a acabar, esa doctrina Chocobar".