La exmodelo y diputada electa Amalia Granata salió a ratificar el ideario clasista del macrismo respecto de la despenalización de la marihuana. Durante un almuerzo televisivo, dijo que “una cosa es legalizar para el que tiene el departamento en Palermo” y “otra cosa es para el que vive en una casa de chapa”.
La interpretación de si el consumo de marihuana es aceptable o no de acuerdo al nivel socioeconómico de quien la fuma tiene un eco reciente en la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, quien a principios de este mes planteó una teoría similar.
Para Granata, “una cosa es legalizar la marihuana para el que tiene el departamento en Palermo y se junta con amigos a ver Netflix y fumarse un porro y pasarla bien, y otra cosa es el que vive en una casa de chapa con piso de barro que no tiene baño, que empieza a consumir marihuana”.
La particular elucubración fue hecha el fin de semana durante un breve debate en la mesa de “La noche de Mirtha Legrand” y no tuvo mucha más fundamentación que esa. El único contrapunto lo ofreció uno los invitados, el chef Mauro Colagreco, cuando hizo un comentario que demandó más argumentos de parte de la exmodelo.
“Pero esa persona no necesita que la marihuana esté legalizada o no”, acotó Colagreco haciendo referencia al supuesto habitante de la casa chapa y piso de barro. “Pero legal es peor”, respondió Granata sin más.
La postura de la diputada electa por Santa Fe, para quien “si empezamos a legalizar todo lo que está mal, estamos en una situación muy complicada”, connota una lectura clasista y prejuiciosa de la persona de bajos recursos económicos: no se puede despenalizar la marihuana para quien vive en una casa de chapa y piso de barro porque las consecuencias de sus acciones podrían ser negativas. No así para el consumidor que vive en Palermo.
Palabra más palabra menos, lo mismo dijo la gobernadora Vidal hace menos de un mes cuando también se le preguntó acerca de la legalización. "Entiendo que puede haber sectores que tengan libertad de decidir, en el caso de la marihuana, fumarse un porro. En algún nivel socioeconómico distinto", dijo.
"Cuando yo voy a los barrios más pobres de la provincia, el mensaje tiene que ser uno solo porque la marihuana, al igual que el alcohol y el paco, son drogas de inicio", añadió para luego concluir que la sociedad “no está lista para dar ese debate”.
Esta nota fue publicada en este mismo medio el 26 de agosto de 2019.