Hubo una época donde las revistas -en particular las de historieta- se anunciaban con un rutilante cartel en tapa: “A TODO COLOR”. En los ’90, malaria neoliberal mediante, algunas publicaciones del palo consignaban que si bien no toda la publicación era a color, al menos el presupuesto había alcanzado para colorear 16, 20 o algún otro múltiplo de 4 páginas. Pero pocas veces el “a todo color” alcanzó una expresión tan cabal como en Los potenciales, de Patricio Oliver. Y no necesita decirlo en portada: alcanza con verla para intuir que lo de adentro es una explosión para bombardear retinas.
Los potenciales recopila la historieta homónima serializada en la página colectiva Tótem Comics. El libro publicado por Szama Ediciones incluye además una pequeña historieta extra tan buena como la obra central. ¿Qué es Los potenciales? Un modo de definirlo podría ser “una de superhéroes en tiempos de diversidad”. Pero mejor desgranar los motivos para esa definición.
En primer término, la referencia más directa para este trabajo de Oliver son los X-Men, en particular los de los ’90, de Chris Claremont y compañía. Estas alusiones son tanto gráficas (varias portadillas incluso homenajean a tapas clásicas de números importantes del universo marvelita) como narrativas (por ejemplo, en el modo de presentar a los personajes o sus soliloquios internos). Los mutantes marvelianos sirvieron originalmente –y por mucho tiempo- para identificación de minorías raciales, sexuales y de otros tipos en Estados Unidos, siempre segregados, perseguidos y marginados por la sociedad mainstream.
Pero lo de Oliver no es una imitación del modelo. Oliver cambia las cosas de lugar. En la sociedad que propone Los Potenciales no sólo la diversidad, el distinto, el que tiene poderes no es perseguido, sino que es idolatrado y accede automáticamente a la elite gobernante de Brutópolis. Porque los “brutos”, los ciudadanos rasos, no tienen poderes ni despertaron su “potencial latente”. En la cima de toda esta pirámide está el potencial con el superpoder de hacer empatizar a todo el mundo.
Como en otros lados, en Los potenciales el conflicto está en las grietas. Hay una oposición perseguida, hay bandos cambiantes y también sobrevuela un cuestionamiento a los modelos normativos: de belleza, de pareja, de composición familiar, de vinculación, pero también políticos (quién tiene derecho a decidir sobre sí mismo y los demás, y por qué). Hasta allí es muy interesante el planteo de Oliver, pero se echa en falta un paneo más profundo sobre la mirada de los “brutos”.
Así las cosas, el autor puede romper con planteos del cómic de superhéroes más esquemático, pero sigue atrapado en el maniqueísmo más clásico del género, en el que sólo los superpoderosos (aquí, los potenciales, bellos y deconstruidos) pueden obrar para el cambio social o la protección de sus conciudadanos. No hay términos medios, ni grises, ni personalidades excepcionales que, a lo Batman, puedan elevarse por encima del promedio aún sin tener poderes especiales.
Ese algo que falta se compensa en la historia extra que trae el volumen, que narra justamente el despertar de un(a) potencial y cómo impacta eso en su vida familiar y social. Esa misma historia, además, termina de explicitar lo que se trasluce en distintos momentos del libro: convertirse en un potencial es, también, un modo de salir del closet.
Lanzamientos
Iznogoud vol.1 (Goscinny y Tabary / Libros del Zorzal)
Iznogoud ocupa -con justicia- un lugar privilegiado en la historieta humorística francesa. Con un villano fallido como protagonista, con una cantidad maravillosa de juegos de palabras (que la traducción del Zorzal capta muy bien) y un ritmo que no cae nunca. Si otros trabajos de Goscinny tienen aventuras largas, aquí son todos episodios humorísticos más bien cortos: unas cuántas páginas en las cuales el visir fracasa ridículamente en tomar el poder que anhela. Porque “it’s no good”.
Ficcionario (Horacio Altuna / Libros del Quiosquito)
El primer trabajo de Altuna como autor integral sigue vigente. La distopía donde una tecnocracia totalitaria rige los destinos de sus habitantes, donde los territorios y vínculos están limitados por clases sociales, lo mismo que las necesidades básicas, sigue inquietantemente cercana. El escape que propone el autor es la resistencia de las pequeñas transgresiones cotidianas. Planteada como serial, la obra tiene en su lectura de corrido una unidad de sentido que la potencia.
Lamentables datos animales (Brooke Barker / Planeta Cómic)
Uno de los mecanismos del humor es la repetición. Y hay algo de eso en este libro, que empieza a leerse como una gracia simpática y en algún punto, por acumulación en el tono y la fórmula, el lector se descubre riendo a carcajadas y compadeciendo a los animalitos, con sus pequeñas “desgracias” de fábrica. Barker parte de rasgos verdaderos de los animales para hacer chistes. Lo único que exige es entrar en el registro del remate seco y oscuro pero, en el fondo, cariñoso con los bichos.
¿Quién mató a Rexton? (Diego Agrimbau y otros / Hotel de las Ideas)
Hay dos modos de leer esta novela gráfica. Por un lado, como una mera historia donde una excusa inverosímil habilita a que varios dibujantes se repartan los capítulos de una investigación: la de la muerte de un guionista. El otro modo -más interesante- es leerla como una reflexión de Agrimbau sobre la tensión entre su trabajo más industrial (menos conocido en la Argentina) y el autoral (celebrado aquí). Hay alusiones obvias a la vieja Columba y algún guiño a la historieta contemporánea.
Viñetas
Pumbapá, a la espera
Pumbapá es una antología de historietas para chicos, concebida en 2013 por Mariana Salina y el editor cordobés Diego Cortés. El fallecimiento de Cortés dejó el proyecto trunco y su editorial, Llanto de Mudo, cerró sus puertas poco después. Pero Salina y la autora Aleta Vidal retomaron el proyecto, que encontró nuevo hogar en el sello LocoRabia. Ahora Pumbapá atraviesa la etapa de crowfunding en Idea.me y ya superó el 50 por ciento de la recaudación que necesita ($150 mil). En esta nueva encarnación del libro participan Leo Arias, Fer Calvi, Hernan Carreras, Paula Ventimiglia, Cesar Da Col, Ernesto Guerrero, Brian Janchez, Lucho Luna, Lubrio, Fabian Mezquita, Basu Montag, Javier Suppa, Nando, Sole Otero, Javier Rovella, Sage, Luciano Saracino, Nicolas Brondo, Coty Taboada, Luis Paredes, El Agite y las propias Salina y Vidal.
Invitados a CBB
La convención internacional de historietas Crack Bang Boom, que celebra este año en Rosario su décima edición, anunció los primeros invitados al encuentro. Entre los nacionales que estarán a la vera del Paraná del 10 al 13 de octubre se encuentran los veteranos Ricardo y Carlos Villagrán, Mariela Viglietti, Ignacio Minaverry, Juan Pablo Massa, Teora Bravo, y los hermanos Matías e Ignacio Lazaro. Además, volverán a Rosario dos brasileños: Fabio Moon y Gabriel Bá. Los fans del cómic norteamericano los conocen por obras como Daytripper, pero además Bá saltó a la fama por ser el dibujante de The Umbrella Academy, cuya adaptación como miniserie en Netflix tuvo excelente recepción. También se suman a la convención el español Hernán Migoya, el uruguayo Christian Duce y el reconocido autor italiano de historietas eróticas Eleuterio Serpieri.
Vuelve Scafati
LocoRabia acaba de anunciar el lanzamiento de un nuevo libro del ilustrador mendocino Luis Scafati. Sálvese quien pueda está en fase de preventa -el modelo de negocios que está permitiendo la subsistencia de buena parte del sector-, que propone un combo con el primer libro del autor en la editorial y un dibujo original del mendocino.