La cultura del cannabis local está avanzando hacia una versión premium. Después del gran incremento del autocultivo durante la última década, incluso sobreponiéndose al prohibicionismo y la persecución a cultivadores, ahora Argentina también está ingresando en la era dorada de los concentrados, con el rosin como extracción estrella. Gracias a su método rápido, accesible y sencillo, este extracto de aceite de cannabis es la última tendencia mundial, que indica hacia dónde avanzan los modos de consumo regulares, cada vez más enfocados en la optimización de resultados y en la reducción de daños. “El Rosin es lo que más ha crecido en el último tiempo”, dice Julián Lemus, referente cultivador y activista cannábico. “Permite un efecto más limpio, por eso apunta al consumo responsable, ya sea para uso recreativo o medicinal”, aclara el responsable de La Colina Grow Shop .
Hay más de doce métodos diferentes (más sus derivados) de extracción de aceite de cannabis, pero el rosin es la más rápida y segura. En contraposición al BHO (butane hash oil), hasta ahora la técnica de extracción más popular a base de disolventes como el gas butano o el alcohol, el rosin no necesita de esos productos altamente tóxicos e inflamables. Es una técnica basada simplemente en la presión y el calor, que permite extraer, mediante una prensa que alcanza temperaturas de entre 60 y 80 grados centígrados, el aceite dorado del cogollo en solo unos minutos.
“Lo que la gente está entendiendo es la facilidad que tiene a comparación de todo el resto de las extracciones, que llevan su tiempo. En el caso del rosin, solo tenés que esperar que se caliente la prensa: en dos minutos lo tenés hecho, listo para consumir”, dice Lucas, responsable de ClubPress710, una de las primeras fábricas locales de prensas aptas para rosin.
El boom de la extracción de cannabis comenzó a propagarse a principios de esta década en Estados Unidos y llegó a nuestro país de formas diversas hace poco más de cinco años. Ante la falta de recursos e información precisa, las primeras experiencias se empezaron a realizar con las clásicas planchitas para alisar el pelo, hasta que poco a poco se fue desarrollando una industria local capaz de abastecer de prensas y también del papel siliconado que hace falta para la extracción de la resina.
En pleno avance en nuestro país de tratamientos medicinales a base de cannabis para enfermedades como Alzheimer y Mal de Parkinson, el rosin se transformó en una de las formas más prácticas y saludables de adquirir las propiedades de la planta, ya sea mediante vaporizadores, rigs (pipas especiales para concentrados), bangers (piezas de cuarzo o vidrio para consumir concentrados) o clavos electrónicos. La diferencia es que el rosin alcanza un concentrado de entre un 35 y un 45 por ciento de THC, aunque algunas pueden llegar hasta el 75 u 85 por ciento.
“La clave es que así consumís lo que realmente importa, donde está el componente activo de la planta y el resto de materia verde se descarta o se reutiliza para nuevas extracciones”, dice Jul, de Growlab, una distribuidora platense de artículos para el cultivo. “Así es mucho más sano. Y aunque no parezca, el resultado del concentrado termina siendo más rendidor que usar las flores directamente.”
El rosin se elabora con los cogollos recién cosechados, entre el cuarto y el décimo día después de cortada la planta, cuando aún conserva su humedad, elemento clave para lograr la extracción. Esto resalta notablemente el sabor de la flor, resultando ideal no sólo para ser vaporizado sino también para ser utilizado en comidas. “Hay algo que se llama fresh frozen, que es hacer la extracción con la planta recién cortada y congelada. Así se conservan mucho más los terpenos, las esencias aromáticas de la planta, frente a una planta que ya tiene su curado. Tenés resultados totalmente distintos según el punto en que lo hagas y las diferentes genéticas”, explica Jul. “También se puede saborear en la boca sin tragar como un habano, porque se sienten los terpenos más vivos”, suma Lemus. Eso sí: “Si es para uso recreativo, se recomienda para personas que ya tengan experiencia en el uso de cannabis. Y hacerlo con la panza llena”.
El boom en Argentina de las extracciones, y puntualmente del rosin, seguramente se verá potenciado por la Expo Cannabis, la primera gran exposición que se hará en el país sobre el tema, entre el 4 y el 6 de octubre en La Rural. Y eso mientras todavía se espera por leyes que amparen de una vez a los que deciden cultivar y hacer uso recreativo, terapéutico o medicinal de la planta. “Esto todavía no es legal y ya estamos a este nivel de desarrollo, imagínate cuando en Argentina se normalice la situación”, dice Lucas. “Tenemos mucho potencial de comercio, de buena mano, de tierras. Con esto de la Expo se va a dar otro giro que puede cambiar bastante la historia.”