Las obras del viaducto del Ferrocarril Mitre, en el barrio porteño de Núñez, provocaron una estampida de roedores, que buscaron refugio en la Escuela 22 del Distrito Escolar 10, "Remedios Escalada de San Martín", a la que concurren niños y niñas de jardín de infantes y de primaria, a jornada completa. La aparición de una rata correteando por la sala de jardín de infantes (a la que la docente tuvo que matar delante de los alumnos) y de otra muerta en el locker de un alumno inquietan y movilizan a madres y padres.
La escuela de Núñez no es la primera en la que se detectan ratas: desde principios de año, las comunidades educativas de establecimientos de Caballito y Constitución vienen denunciando invasiones de roedores y señalando la insuficiente reacción del Gobierno porteño, reticente a desratizar o, en su defecto, obstinado en solucionarlo a medias, como informó oportunamente este diario.
Sin embargo, el caso de la Escuela 22 sí es el primero que se denuncia en la zona norte de la Ciudad.
“En los patios, en la biblioteca y en otros lugares, se acumula el excremento de las ratas, generando una situación de peligro para nuestros niños y niñas, que almuerzan y duermen la siesta en el lugar”, denunciaron dos madres que dialogaron con Página/12. Ambas dijeron que el gobierno porteño “envía una cuadrilla de limpieza los fines de semana, pero eso no alcanza”. Reclaman suspensión de clases para hacer una desratización a fondo.
Agustina, una de la mamás que dialogó con este diario, dijo que “la aparición de excremento de rata se produjo por las obras del Mitre, ya que los roedores buscaron asilo en la escuela, de manera que han aparecido rastros de su presencia en la biblioteca de la escuela y hasta encontraron una rata muerta en el locker de un alumno”. La situación se complicó mucho más este lunes “cuando apareció una rata viva en una de las salas de cinco años del jardín, creando una situación horrible porque una maestra la tuvo que matar” delante de los niños.
Agustina precisó que “no alcanza con la limpieza, con las tareas de mantenimiento, porque los que hacen esa tarea no dan abasto en una escuela donde nuestros hijos comen y duermen la siesta”. Consideró que el servicio que se brinda “no es suficiente, porque las chicas y chicos duermen sobre colchones roñosos, de manera que las madres y los padres nos tenemos que organizar para colaborar en las tareas de limpieza de la escuela”.
“En las últimas semanas hubo varios casos de niños y niñas con síntomas de intoxicación, con vómitos y diarreas, que nosotros atribuimos a la presencia de roedores”. Durante las recorridas que hicieron las madres en la escuela encontraron “montículos de caca de rata en los patios, en la biblioteca y en otros lugares”.
Agustina dijo que “ante el pedido de suspensión de las clases que planteamos nosotros, las autoridades del jardín dijeron estar de acuerdo, pero no ocurrió lo mismo con la escuela”.
La cuadrilla que envía el gobierno de la Ciudad empieza la limpieza los viernes, cuando se cierra la escuela, pero “no es solución porque las instalaciones son muy grandes, incluso tienen un sótano, de manera que la única salida es suspender las clases y hacer una desratización a fondo”.
Sol, otra mamá consultada por Página/12, aseguró que el problema viene “desde antes de las vacaciones de invierno y ahora los roedores se ven mucho más, a cada rato, por eso con un grupo de madres y padres vamos todos los días a la escuela y al jardín, donde comprobamos cómo se acumula el excremento de las ratas por todos lados”.
Sol tiene una hija en el jardín de infantes y un hijo en la escuela primaria. “A mi hija no la estoy llevando, pero el nene tiene que ir porque de lo contrario se va a atrasar mucho y no queremos que eso ocurra”. Ella también denunció la presencia de una rata en el locker de un alumno y la cacería de un roedor vivo que tuvo que hacer una docente. “El gobierno manda la cuadrilla de limpieza los fines de semana pero eso no alcanza. El otro días nos cruzamos con (Horacio) Rodríguez Larreta que iba a un acto cerca de la escuela, le contamos la situación, pero no hizo nada, parece que a nadie del gobierno lo preocupa lo que nos está pasando”.
Sol subrayó que la escuela “no está en condiciones de seguir funcionando, tiene que ser cerrada para una desratización, pero los directivos de la primaria se están oponiendo a que eso ocurra, cuando es imprescindible que se tome esa decisión”.
Agregó que “los padres y madres podemos colaborar, pero eso no basta, es una obligación del gobierno tomar las medidas que corresponden en una escuela pública”. Ante la falta de respuesta del gobierno porteño, otras madres han denunciado la situación ante la legisladora porteña Paula Penacca y también ante Julieta Costa Díaz, de la Comuna 10, para que intercedan ante las autoridades de la escuela y del gobierno “para que encuentren de una vez la solución un problema que es muy grave”.