“Esta es una canción de trinchera”, le dijo José Tcherkaski a Miguel Cantilo, cuando le llevó una letra destinada a definir y denunciar los rasgos filosos de la era. El texto habla de andar a la deriva, de una patria que anda a los tumbos “como perro en lodazal”, de una bronca que viene de abajo, de medios de comunicación que falsean la verdad... de un pueblo herido, al cabo. La inmediata reacción del cantautor fue ubicarle una música para consumar la canción. Se trata de “El pueblo tiene derechos”, pieza que, dado su peso específico, el contexto adecuado y el tenor de sus autores, amerita un lanzamiento por sí misma, sin necesidad de un disco que la contenga.

“La intención de la canción es obvia: estamos en desacuerdo absoluto con todas las políticas implementadas por Macri y cantar puede ser una forma de exponer nuestra oposición a todas esas políticas. De todas formas, al menos en mi caso, no se trata de una antipatía hacia las personas sino hacia la ideología que las mueve”, señala Cantilo a PáginaI12, intentando una primera apreciación sobre esta especie de “hit” que clava sus uñas en la transición. Y en lo que el neoliberalismo deja como resultado un país en ruinas, para variar.

“La letra habla de lo que siento en estos años. Siempre mi repertorio se imbrica en la realidad social que vivo, porque no soy un autor ausente del dolor de mis hermanos. Intenté contar lo que nos pasa y Miguel enriqueció el texto con su música, a mi criterio excelente”, aporta Tcherkaski -sí, el José de “Piero y José”, el de “Mi viejo”-, acerca del tema que acaba de ser grabado acodado en la acústica y la voz de Miguel, más el coral “Lavapiés” de Madrid, dirigido por Osvaldo Cicciolli; el bajo de Anael Cantilo; la guitarra eléctrica de Sufián Cantilo y la batería de Rodrigo Genni.

“No me tomó poco tiempo musicalizarla”, extiende Cantilo, que estuvo un año trabajando melodías, ritmos y armonías hasta llegar “a punto caramelo” al período preelectoral. “El objetivo de la canción, cuya música tiene un ritmo obsesivo y machacón, era plantear una toma de conciencia de la situación por la que estaba atravesando esta patria de tantos cielos, como dice José, y de alguna manera fijar una posición en lo que respecta a la opinión de sus autores”.

-Va de suyo la intencionalidad política de la canción. ¿Creen que la fórmula Fernández-Fernández va a poder sacar a la sociedad del “lodazal” en que han dejado a la patria, como dice la letra?

Miguel Cantilo: -Si hay algo que los argentinos no perdemos es la esperanza, pero a través de ella muchas veces nos equivocamos. Sin embargo, estoy convencido de que nada puede ser peor que lo que nos está gobernando en este momento. Además, Alberto Fernández es un tipo con sensibilidad y en ese sentido confío en su química con la estratega política que es Cristina… Al fin y al cabo, los políticos no son otra cosa que administradores y tienen cuatro años, en principio, para demostrar su eficacia. A Cambiemos se le acabó el tiempo y entró en un cono de sombra de descrédito general. Veremos cómo se comporta el tándem opositor.

José Tcherkaski: -La realidad social que vivimos no tiene calificativos. Es un gobierno reaccionario e irresponsable. Macri, Dujovne, Dietrich, Bullrich, son los representantes del atraso. Van a dejar una patria desolada y destruida en economía, educación, vivienda, seguridad, salud, etcétera. Con el hambre no se juega. La respuesta del pueblo es y será un rechazo contundente, sin ninguna duda.

Miguel y José se conocen hace cuatro décadas, y no cuesta pensar que se hayan sentado a diseñar una canción de estas características. De uno son "La marcha de la bronca", “Apremio ilegales” y “Padre Francisco”. Del otro, “Para el pueblo lo que es del pueblo” y “Coplas de mi país”, ambas popularizadas por la voz de Piero. Y de los dos es la intención de exprimirle a la música su costado más social.

“Con Miguel nos conocemos hace más de cuarenta años. O sea 'nos sabemos' en cuanto a la forma de mirar la realidad. 'Marcha de la bronca' se puede emparentar tranquilamente con 'Coplas de mi país', quiero decir”, sostiene el escritor y avezado periodista. “Los roles son claros. Miguel compone, yo solo soy autor de los textos. Y la razón es muy simple: vivimos en un volcán que me mueve a contar lo que veo y lo que pasa”.

-Lo que pasa se sabe. ¿Alguna vez han vivido algo así?

M.C: -Esta etapa del país me recuerda mucho a la época de Menem. Casi diría que en algunos aspectos es menos errática, pero la orientación es la misma: se trata de destruir el aparato productivo y la industria nacional. También me recuerda la época de Martínez de Hoz y, aunque la memoria me falle, a mi infancia con la Libertadora.

J.T.: -A mí me lleva a Martínez de Hoz, porque el hambre es patrimonio de los dos períodos. La única diferencia es que ahora no tienen el poder militar de 1976, aunque sí en estos años hemos padecido muertes inexplicables. Por eso, el 10 de diciembre se abre un abanico de esperanza y ojala vuelva la alegría. La ilusión es un derecho que merecemos.

-Inversión de roles: ¿qué pensás, Miguel, de la letra y qué, José, de la música?

M.C.: -La letra me gustó desde el principio, aunque tuve que hacerle algunos retoques para adaptarla a la idea de la música. Por supuesto que le pedí el respectivo permiso a José y le agregué alguna que otra línea. Es un texto muy jugoso y digno de su creador.

J.T.: -La música de Miguel tiene el color de nuestra gente. Una canción es parte de una patria interior y sabe, como pocos, entrar en las entrañas del escucha.



El pueblo tiene derechos

(José Tcherkaski - Miguel Cantilo)

Andamos a la deriva, vida

y somos gente decente

Sin saber dónde está el sur o el norte para entender.


Mi patria anda a los tumbos mirando sin saber dónde.

Sabiendo que andamos mal como perro en lodazal.

La bronca viene de abajo.

¡Rabia del hambre, carajo!

El pueblo anda sin trabajo comiendo barro de lluvia.


¿Quién te ha visto y quién te ve

patria de tantos cielos?

Quién te preste lo que dé

Lo cobrará de tu suelo.


Somos gente con derechos aunque haya bala y palazo.

Ya se equivocó, patrón; somos pobres, no unos guachos.

La calle es nuestra bandera, somos "negritos de mierda"

Que pedimos los derechos del pan fresco en cada mesa.


Hablan de la democracia.

Me pregunto yo, ¿qué es eso?

Será de hablar en difícil para entenderse entre ellos.

¿Quién te ha visto y quién te ve

patria de tantos cielos?

Quien te mira por TV nunca sabrá lo cierto.

Somos gente con derechos aunque haya bala y palazo.

No te equivoques, chabón, somos pobres, no unos guachos.


Por el bien común.

Por el sentido común,

la causa común

es por el hombre común.

Somos gente con derechos aunque haya bala y palazo.


No te equivoques, chabón, somos pobres, no unos guachos.

Por el bien común.

Por el sentido común,

la causa común es por el hombre común.