Un doble femicidio causó conmoción la noche del lunes en la cuadra céntrica de Laprida al 1400, donde un hombre de 44 años -con búsqueda de paradero desde la semana pasada- quedó detenido como el presunto asesino. Las víctimas son Isabel Ferroni, de 44 años, pareja del arrestado, quien presentaba no menos de nueve heridas de arma blanca; y su madre, Rosa Domínguez, de 80 años, que fue trasladada con una lesión en la cabeza y heridas punzantes, y murió a medianoche en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (HECA).

El acusado no tenía antecedentes por violencia de género. Sin embargo, personas allegadas revelaron una "relación conflictiva" en la pareja. Lo llamativo fue que la misma Fiscalía regional emitió el viernes un pedido de colaboración para dar con el paradero del hombre, a pedido de una familiar directa que dijo haberlo visto por última vez "en su casa de Circunvalación al 2700", una dirección diferente a la que anteanoche fue escenario del ataque.

"Se pudrió todo", anunció por Whatsapp una de las víctimas, poco antes de morir a golpes y puñaladas en su casa.

"Se pudrió todo", fue la frase que se dio a conocer en el lugar del hecho tras del hallazgo de las víctimas, sobre un mensaje de texto que al parecer recibió la empleada doméstica de la casa, y amiga de la víctima. Andrés Daniel R. estaba allí, en presunto estado de shock, y se estima que mañana será llevado a audiencia imputativa, previas medidas que el fiscal Miguel Moreno tenía en curso ayer. Si bien la casa estaba desordenada, Moreno no abonó la teoría de un robo, ya que nada faltaba.

Desde el Ministerio de Seguridad provincial dieron algunos detalles al respecto: el hecho se conoció por una llamado al 911, alrededor de las 19.30. Al llegar al lugar, personal policial entrevistó a dos mujeres de 38 y 49 años, amigas de la víctima de 44 años, quienes relataron que cuando entraron a la vivienda observaron manchas de sangre. Andrés R. estaba en estado de shock. "Cuando fue interrogado por los efectivos, dijo que había ingresado y encontró a su mujer y a su suegra con sangre", se indicó. Pero los testimonios, y las escoriaciones en las manos de R. convencieron al fiscal de ordenar su detención.