El dólar cerró este miércoles en 60,17 pesos. El incremento fue de 37 centavos. El mercado tuvo una volatilidad notable. El tipo de cambio comenzó la mañana con un aumento de 3 pesos. La suba se revirtió por completo cerca del mediodía. La presión cambiaria volvió a partir de las 13.00 y el dólar subió hasta los 61 pesos en las grandes entidades financieras del microcentro porteño. El precio se moderó nuevamente al final de la jornada por efecto de las intervenciones del Banco Central. Los más de 3000 millones de dólares en contratos de futuro del Central empiezan a ser la nueva preocupación del mercado por efecto de la devaluación de agosto. Las reservas registraron un desplome de más de 900 millones de dólares.
Este jueves se apuntó a contener el salto del dólar a partir de dos medidas. La primera fue adjudicar nuevas Leliq con una tasa máxima del 79 por ciento anual. La segunda fue anunciar una nueva subasta de divisas para incrementar la oferta en el mercado cambiario. Se terminaron vendiendo 278 millones de dólares. La entidad a cargo de Guido Sandleris acumuló ventas de reservas por 901 millones de dólares pero no consiguió que el tipo de cambio para el ahorrista minorista termine por debajo de los 60 pesos.
La cotización del dólar mayorista inició este jueves con un salto de más de dos pesos y lo finalizó con una disminución de 20 centavos. El precio de la divisa con la que operan bancos y grandes inversores cerró en 57,90 pesos. La oferta de moneda extranjera de la autoridad monetaria fue la clave para pisar esta cotización. El principal problema es que el ritmo de intervenciones parece insustentable con el correr de los días. Esta semana se rifaron reservas a un promedio diario 300 millones de dólares. La regla de tres simple es un motivo de alarma: las reservas líquidas -proyectando la caída- se agotarían en dos meses.
Monitor de crisis
El equipo económico no consigue recuperar la confianza de los inversores locales e internacionales. La decisión de acelerar la dolarización de los activos es una respuesta inmediata del mercado ante los anuncios de reperfilar la deuda. Esto se debe a que nadie quiere ser el próximo que reciba algún tipo de medida que le impida cobrar su dinero.
En los próximos días un buen monitor de la crisis financiera no puede dejar de seguir de cerca dos variables: el comportamiento de los plazos fijos en pesos y el ritmo de caída de los depósitos en moneda extranjera en los bancos. Los depósitos en dólares anotaron un retroceso de 10 por ciento en menos de dos semanas y generaron preocupación en el mercado. El Central informó que sumaron 29.145 millones de dólares al 26 de agosto y marcaron una caída de 181 millones respecto de la jornada anterior. La pérdida es de 3355 respecto del viernes previo a las elecciones PASO del 11 de agosto.
La salida de los depósitos junto con las intervenciones en el mercado cambiario comienza a acelerar el ritmo de desgaste de las reservas internacionales. Este jueves cerraron en 56.041 millones de dólares y marcaron una caída de 909 millones respecto de la jornada previa. En lo que va de agosto marcaron un retroceso de 11.858 millones de dólares y desde la mitad de julio se acumuló una pérdida de 12.720 millones. Este drenaje permanente de divisas obligó al Gobierno a cancelar los vencimientos de Letes de corto plazo.
La autoridad monetaria tiene otro problema que enfrentar. La posición de dólares futuros de la entidad es otro de las variables que empieza a preocupar en el mercado. El organismo usó este instrumento para intentar contener la presión cambiaria antes de las elecciones. Uno de los economistas con más influencia en el mercado y acceso a datos del Banco Central le confió a Página/12 que la entidad tiene contratos de venta de dólar futuro por 3000 mil millones de dólares.