Por Julio Nusdeo
Media Party 2019, el encuentro anual que convoca a periodistas, programadores y diseñadores de diversas latitudes para intercambiar experiencias e información respecto del futuro de los medios de comunicación, inició su segunda jornada en la Ciudad Cultural Konex con una seguidilla de conferencias cuyo punto central estuvo ligado a la comprobación de la veracidad de las informaciones que circulan a través de las redes.
Englobadas bajo el rótulo de Keynotes, se destacaron presentaciones como la de Caio Almeida, ingeniero de software senior en Meedan, una compañía con base en San Francisco y centrada en el desarrollo de Check, un software de código abierto para verificación colaborativa. La exposición de Almeida hizo hincapié en la experiencia de integración entre Check y WhatsApp, que permite a los usuarios que reciben un contenido en la app de mensajería reenviarlo directamente a una organización de chequeo de hechos y recibir automáticamente el resultado de la comprobación.
Le siguió Andraca Robin, periodista de Libération, el diario fundado por el filósofo Jean-Paul Sartre en 1973, uno de los más importantes periódicos de Francia. Robin se refirió al trabajo de CheckNews, el servicio de información que llevan adelante, donde responden las preguntas de personas que consultan al respecto de la veracidad de imágenes o de cierta información. Las preguntas que suelen recibir están generalmente relacionadas con la esfera política. De eso habló Robin, y de cómo un grupo de humanos --y no bots-- trabaja en rastrear esa verificación y responder en forma de artículo.
Una de las placas de su exposición advertía: "Desde septiembre de 2017, CheckNews es un trabajo de tiempo completo, con 23.000 preguntas recibidas, más de 3700 artículos de respuesta". Estos artículos, explicó el periodista, pueden tomar entre algunas horas y varios meses de confección. Algunas preguntas son más sencillas, como la reciente respecto de si era realmente el presidente brasileño Jair Bolsonaro quien había hecho el comentario en el que se burlaba de Brigitte Macron, la primera dama francesa. "Fue efectivamente la cuenta de Bolsonaro", destacó.
Luego de mencionar cuestionamientos que apuntaban incluso a la misma redacción de Libération, y que hacían preguntas que incomodaban, como si su cúpula estaba compuesta solo por personas blancas, el periodista alentó ese tipo de cuestionamientos a la prensa y se centró en la fuerza de la herramienta y de cómo, "si se les entrega el poder a las personas, pueden hacer preguntas muy, muy interesantes".
La tarde de viernes estuvo tomada por talleres orientados a llevar adelante proyectos y a distribuir información y experiencias, como la del periodista y editor de Página/12 Santiago O’Donnell y las filtraciones de documentos policiales (Gorraleaks). Pero el foco principal fue el de combatir la desinformación. En ese sentido, el taller de Reverso brindado por Laura Zommer, directora ejecutiva de Chequeado, fue revelador. Reverso es un proyecto colaborativo, impulsado y coordinado por Chequeado, AFP Factual, First Draft y Pop-Up Newsroom, en el que más de 80 medios y empresas de tecnología se unen para intensificar la lucha contra la desinformación. Este consorcio de organizaciones busca brindar información durante toda la campaña y el proceso electoral en Argentina.
El taller propuso una situación hipotética en la que los presentes se encontraban dentro de una zona que Gendarmería había cercado debido a un escape de gas supuestamente proveniente de una compañía química. Frente a ese escenario, se compartían imágenes con textos cuyo contenido podía ser sospechoso. Zommer introdujo el método que utilizan tanto en Chequeado como en Reverso para combatir la desinformación. Un folleto repartido a cada participante detallaba el procedimiento, que consiste en instancias de selección de contenido potencialmente falso (imagen con texto, video, audio, notas, links), de ponderación de su relevancia y el nivel de daño que puede tener la difusión del contenido.
El siguiente paso es el rastreo de la versión original: Zommer hizo hincapié en la búsqueda inversa de imágenes, una herramienta que permite conocer si una imagen fue publicada con anterioridad, pudiendo con eso refutar su carácter original. La posterior consulta de fuentes que se desprendan de dicho contenido, desde personas involucradas hasta fuentes oficiales (organismos públicos) y alternativas (centros de estudios académicos, consultoras privadas, ONG) es la acción previa a la explicación y contextualización. Este paso busca dilucidar a qué hace referencia el contenido sospechoso y pone el foco en cómo mencionar de qué tipo de desinformación se trata y por qué es erróneo. Finalmente, en el proceso de calificación se expone si el contenido es falso, engañoso, verdadero o no se puede probar. Este paso incluye también cómo compartir una verificación de información sin caer en continuar la distribución de desinformación.
La idea de poder incorporar estos mecanismos de detección es parte del trabajo periodístico de estos tiempos. Sin embargo, como expuso Zommer, si se lograra que los ciudadanos tuvieran estos hábitos frente a los permanentes choques con este tipo de contenidos, se podría reducir considerablemente el impacto de las oleadas de desinformación. La edición 2019 de la Media Party, que terminará el sábado con un hackatón, buscó contribuir en ese sentido.