El subsecretario de Juventud de la Nación, Pedro Robledo, quiso hoy desmentir las denuncias por “militancia rentada” del PRO, pero incursionó en un error al confundir a los representantes del Estado y a los de su Gobierno.
Este mediodía la expresidenta Cristina Kirchner compartió en sus cuentas de las redes sociales la denuncia por las “pecheras del PRO”, en referencia a militantes del partido de Mauricio Macri que en realidad son contratados por el Ministerio de Desarrollo Social a través del programa “Acá Estamos”. La información surgió de una nota del diario La Nación retomada por el portal Infonews. En las publicaciones se detalla que el Gobierno contrató a 215 jóvenes que cobrarán 8 mil pesos para concurrir al Conurbano y aumentar allí la presencia del PRO.
“Son los que te envenenaron contra los jóvenes que militaban (y siguen militando) para ayudar en sus barrios y comunidades”, denunció Cristina en Twitter..
Robledo le respondió a CFK en un video titulado “Querida Cristina Fernández de Kirchner”, que subió a Twitter y Facebook. En la grabación afirma que "no es militancia rentada. Ni militancia, sino empleados estatales”.
Sin embargo, incurrió en un error de concepción al fallar en diferenciar entre militantes de un Gobierno y representantes del Estado. “Nosotros Cristina usamos pecheras para identificarnos como integrantes del Gobierno, porque nosotros alcanzamos a la gente recursos del Estado”, dice el funcionario a los 35 segundos del video, mientras el graph que lo acompaña habla de “integrantes del Estado”.
Robledo saltó a la fama luego de ser atacado a golpes en San Isidro por ir de la mano con su novio y tras ser recibido por la entonces presidenta Fernández de Kirchner. Militante del PRO, asumió el año pasado al frente de la Subsecretaría de la Juventud de la Nación.
En mayo, realizó 26 despidos en esa dependencia de trabajadores que tenían contratos hasta diciembre. Los acusó de “ñoquis” y “militantes” y afirmó: “No quiero que la subsecretaría sea un local partidario de La Cámpora ni del PRO”. Sin embargo, los reemplazantes de los despedidos fueron militantes del macrismo.
El funcionario también quedó envuelto en un escándalo tras haber invitado a dirigentes del partido neonazi Bandera Vecinal a compartir una reunión en Casa Rosada junto al jefe de Gabinete, Marcos Peña, la ministra de Desarrollo Social Carolina Stanley y una veintena de dirigentes juveniles de distintos partidos políticos.