Argentina debutó en el Mundial de básquet que se celebra en China con un abultado triunfo ante Corea del Sur por 95-69, sacando una buena diferencia de goleo que puede ser importante en el cierre de un grupo que se supone muy parejo. Nicolás Laprovíttola (17 puntos), Luis Scola (15), Gabriel Deck (12), Facundo Campazzo (11) y Luca Vildoza (10) se destacaron a la hora de anotar.
La próxima cita será este lunes, a las 5.30 de la mañana, ante Nigeria en un duelo clave que, de ser ganado, podría clasificar al equipo de Sergio Hernández a la segunda ronda. En primer turno, los africanos cayeron con Rusia por 82-77 y se jugaran todo contra la Selección.
Vivir del triple
Primeros 13 segundos de partido: Vildoza, quien inició como titular, encuentra a Scola solo en el perímetro y el Gran Capitán no falla en el primer tiro argentino de la jornada. Siguiente posesión, Corea marra el intento de doble, Marcos Delía toma el rebote y Vildoza mismo castiga desde larga distancia: 6-0 antes del minuto de juego.
Esa sería la tónica durante todo el encuentro, Argentina entendió que el camino era el del triple y ni dudó en emprenderlo. En total, encestó 17 sobre 31 intentos para un imbatible 57 por ciento de efectividad. Los autores fueron Laprovíttola (5/11), Campazzo (3/4), Scola (3/4), Nicolás Brussino (2/2), Patricio Garino (2/3) y Vildoza (2/4).
Más cerca, más difícil
Todo lo contrario sucedió a la hora de acercarse al aro. Caso testigo de esto fue el de Scola, quien finalizó con un 2/11 en dobles. El interno de 39 años terminó con 15 puntos (2/2 en libres y, además, 9 rebotes), y quedó a sólo seis unidades del australiano Andrew Gaze (594) como segundo goleador histórico de los Mundiales.
Así las cosas, Argentina terminó con un preocupante 16/46 en dobles (35%) ante un rival que no se caracteriza por su defensa interna. Aunque en los últimos años, la Selección viene aumentando su producción desde larga distancia -al igual que todo el básquet-, la sobredependencia del triple puede ser un arma de doble filo, más en un certamen de eliminación directa.
Campazzo está
Una de las mejores noticias que dejó el encuentro fue el ingreso de Campazzo, quien estaba en duda por un esguince de tobillo sufrido el lunes. El cordobés no fue titular, pero cumplió sin problemas la media de 23 minutos que venía teniendo durante la preparación para el Mundial. Finalizó con 11 puntos y 6 asistencias.
La defensa
Otra de las buenas imágenes fue la que brindaron Garino (6 puntos, 3 asistencias, 2 robos) y Brussino (6 puntos, 6 rebotes, 3 asistencias) en defensa, encargados de compensar a un equipo flojo en ese aspecto. Brussino fue, además, muy importante en el primer tiempo cuando ingresó, muchas veces encargándose de comandar los ataques de los suyos. Además, Argentina terminó con un alto número de tapones (Delía lideró el rubro con 2), una materia en la que sacó provecho por los muchos desesperados ataques al aro de los surcoreanos.
El rebote
Quedará por corregir, si eso es posible, la falencia en el rebote defensivo, nuevamente principal talón de Aquiles de Argentina y frente a justamente un equipo que no se caracteriza por su altura, como Corea del Sur. Los asiáticos tomaron 18 rebotes ofensivos, claro que ante la poca efectividad en sus tiros (23/72 en tiros de campo), la oferta fue amplia.
Guna Ra: 31 puntos y 15 rebotes
A pesar de que firmó una planilla con unos rimbombantes 31 puntos y 15 rebotes, el crédito asiático (estadounidense de origen) Guna Ra fue bien controlado por los argentinos. En esa tarea se destacó Tayavek Gallizzi, quien vio cómo sus minutos en cancha se estiraron (11) debido a la buena presión en el cuerpo a cuerpo que le aplicó al norteamericano. La defensa argentina obligó al potente interno a tomar muchos intentos desde lejos del aro (10 de un total de 21), el cual es por mucho su zona de confort.
Nigeria
La victoria argentina pareció construirse de manera automática, ya que cada vez que Corea amenazaba con acercarse, un triple albiceleste caía del cielo. Quedará por ver si esa efectividad, o al menos alguna parecida, puede lograrse frente a Nigeria, un equipo con varios jugadores NBA y mucho más atlético que el surcoreano que, además, sabe que tiene que ganar sí o sí para seguir con chances en China.