En el último día de juicio oral contra el ex líder de la hinchada de Newell`s, Diego "Panadero" Ochoa -acusado instigador del crimen de su antecesor, Roberto "Pimpi" Caminos-, aseguró que la víctima "no era una amenaza" a su liderazgo en el paravalancha. Con ello, intentó desdecir a la Fiscalía, que aseguró que Ochoa "necesitaba" que Caminos no estuviera más. El imputado aseguró que siempre pagó la cuota como socio del club, que tuvo problemas por no dejar entrar la droga, que jamás apretó a un dirigente o a un jugador, y que no vendía entradas: se las daba a mucha gente, "incluso a policías", remarcó. En ese sentido, se diferenció de lo que llamó la "dictadura López-Pimpi", durante la presidencia de Eduardo López. "Esa mala gestión logró un club cerrado y abandonado. Catorce años después volvieron familias enteras con sus hijos a reempadronarse. Lo que dice la Fiscalía es malintencionado. Yo voy con la verdad. Lo definirán ustedes", les dijo a los jueces. El fiscal Luis Schiappa Pietra hizo un repaso de la prueba colectada y aseguró que llegó al juicio con "instrucciones claras contra la violencia en el fútbol". El viernes, se conocerá el veredicto.
El fiscal empezó su alegato con un planteo sobre el delito juzgado. "Instigador es quien hace nacer en el autor material la decisión de matar", aseguró sobre la figura que le achacó a Ochoa, para quien pidió 17 años de prisión. En el público estaba su jefe, el procurador de la Corte, Jorge Barraguirre.
Para Schiappa Pietra, "se probó quiénes participaron de la las reuniones en las que se organizó la puja para hacerse de la barra". Así lo relató el ex barra, Matías Pera, quien se peleó con Ochoa al poco tiempo de que éste tomara la conducción de la barra. Entre las frases que destacó el fiscal de esa declaración, recordó que Ochoa le dijo a Pera que sería "como robar un banco: una vez adentro nos repartimos el botín". "Tenía la idea fija de sacar a Pimpi"; "Muerto el perro, se acabó la rabia"; "Al lado de Diego, la vida parecía la de Ricardo Fort" -para dar cuenta del acceso a boliches, champán-, entre otras máximas que dejó el "histriónico" Pera, en sus más de tres horas de declaración.
Al mismo tiempo, el fiscal marcó una línea de tiempo con hechos previos al crimen de Caminos. Recordó que a mediados de 2008 se atentó contra Pimpi en el bar Tokio, donde los Ungaro -uno de ellos condenado por el crimen- "le pegaron". Al final de ese año el hermano de Caminos, "Tato", fue atacado en el bar del Laguito y unos días después se produjo otro atentado contra los Caminos, en Uriburu y Grandoli. También señaló que otro testigo reveló que antes del crimen de Caminos -en marzo de 2010-, hubo una reunión en el bar Zoe, donde estuvieron Ochoa, René y Chapita Ungaro "diciendo que iban a matar a Pimpi".
Al referirse a la relación de Ochoa con Godoy -también condenado como autor material, a 11 años de cárcel-, el fiscal indicó que Godoy escribió insultos hacia Caminos en un blog, y frases tales como "dale, salí (de la cárcel) que queremos sangre". En ese mismo espacio, otra persona le respondía con agravios y una frase que para los fiscales revela mucho: "Eras soldado de Pimpi y ahora el Panadero", le achacaron.
Para la Fiscalía, una vez que logró ser líder, Ochoa "tenía motivos" para ordenar el hecho. Y enumeró la balacera a los colectivos de Ñuls, en febrero de 2010, cuando mataron al adolescente Walter Cáceres. El "Panadero" se consideró víctima, porque sostuvo que fue dirigido a él. También mencionó el intento de "copamiento" al club; por lo que Ochoa respondió que fue un ataque "cobarde" hacia familias que quería volver a formar parte de la cancha.
Schiappa Pietra aseguró: "Beto no tenía problemas con Pimpi hasta que se empezó a gestar el tomar la barra". Y remarcó que tras el hecho, "Ochoa le brindó sostenimiento moral, anímico y económico" a Godoy. Así, habló de la escucha en la que Beto le pide a Ochoa un "aumento de sueldo", aunque la defensa del acusado repitió que se trató de un pedido para la pareja de Godoy, que hizo trabajos de limpieza en la casa de Ochoa. Al mismo tiempo, repasó que entre ambos hubo "136 mensajes entre abril y mayo de 2012; 321, desde otro teléfono del acusado; y 41 llamadas, entre julio de 2012 y marzo de 2013". Otros tantos contactos aparecen entre Ochoa y la pareja de Godoy, quien era su nexo con el Panadero fuera de la cárcel. Schiappa Pietra habló de un "mandato que (Ochoa) tenía que compensar", y recordó que le enviaba entradas a la cancha para que las vendiera en la cárcel y camisetas para su colección.
La defensa, en tanto, planteó que todo lo que dijo la fiscalía fue "solo ruido". El abogado Ignacio Carbone reprochó que no se llevó a testigos que dijeran que le compraron entradas a Ochoa. Habló de "pérdida de objetividad", y de que se "embarró la cancha". En ese sentido, adelantó lo que más tarde dijo el propio Ochoa: que Caminos "no era un riesgo" para el liderazgo de su cliente. Lamentó que se creyeran los dichos de Pera y Sergio "Quemado" Rodríguez, quienes fueron parte de la barra. "No superaron el test de credibilidad", dijo; y pidió la absolución de Ochoa.
El acusado pidió la palabra sobre el final. Además de aclarar los puntos ya mencionados, repitió que no vendió entradas ni viajes, sino que el dinero se rendía a la subcomisión del hincha. Y agregó: "Pagué siempre la cuota, incluso ocho días antes de quedar detenido". Ochoa está preso desde agosto de 2013. Finalmente, pidió que se lo juzgue como un ciudadano común, no como un referente de la hinchada; y por los elementos que hay en la causa. "Gracias por dejarme demostrar mi inocencia", les dijo a los jueces Edgardo Fertitta, Marisol Usandizaga y Julio Kesuani.