"Estamos en una situación compleja", sintetizó el presidente de la COPAL (industria de alimentos), Daniel Funes de Rioja (foto), antes de hacer referencia a la necesidad de "consensos básicos desde la política argentina y que después incluya lo económico y social y, obviamente, las políticas de ingresos y el equilibrio de los precios relativos, que es la única forma de estabilizar el país". Los sectores de la cúpula empresaria más afín del gobierno de Macri, al menos hasta pocos meses atrás, ahora reclaman a los candidatos de la oposición "generar los espacios para acordar las principales acciones a llevar en conjunto en este momento, hasta las elecciones y la asunción de un nuevo período presidencial", como señaló la tradicional asociación IDEA. La tendencia a repartir responsabilidades que deberían ser exclusivas del gobierno predomina entre los dirigentes del establishment, en una posición claramente diferenciada de la que sostienen las entidades pymes, que cuestionan y reclaman el fin de una política que destruyó el mercado interno. 

Con invocaciones al "patriotismo y generosidad", la dirigencia de IDEA convocó al "diálogo y la generación de acuerdos entre los dirigentes empresariales, sindicales, sociales y políticos", para sentenciar, luego, que "la falta de estos acuerdos nos ha llevado a crisis recurrentes". Funes de Rioja fue un poco más allá en el alineamiento con la estrategia de excusas del gobierno de Cambiemos, al señalar que fueron las elecciones primarias (PASO) las que impactaron en el mercado provocando un "deterioro sobre una situación frágil". Funes de Rioja es, además, directivo de la UIA y responsable del Departamento Legal de la central fabril. Desde allí, ha planteado reiteradamente su posición de defensa de las propuestas de flexibilización laboral y justificado los despidos masivos cuando la necesidad empresaria, a su criterio, así lo impone.