Silvia Kochen, médica e investigadora del Conicet, estará a cargo de un ensayo clínico para evaluar la efectividad, seguridad y tolerabilidad del cannabis en pacientes adolescentes y adultos con epilepsia refractaria en el Hospital El Cruce, de Florencio Varela. Se trata del segundo estudio que la Secretaría de Salud aprueba en torno a este tema. El primero se desarrolló con niños en el Garrahan. “Lo que esperamos es ver cuál es la tasa de eficacia del producto y si tiene o no efectos adversos. Hasta el día de hoy, la evidencia que se tiene es que en los pacientes con epilepsia refractaria hay una respuesta positiva, una disminución de la frecuencia de crisis, en más o menos la mitad de la población que usa el cannabis. Es alto el porcentaje. Y la presencia de efectos adversos es mínima”, detalló la médica en diálogo con Página/12.
Kochen agregó: “En este momento, en nuestro país, tenemos todas las condiciones para plantar, producir, comercializar e investigar el cannabis. Tenemos recursos humanos, gente que sabe plantar y cultivar, el INTA puede supervisar, el Conicet hacer los controles de calidad. Están los laboratorios de producción pública y privada. Tenemos una ley y una reglamentación insuficiente. Es grave la ausencia del Estado. No está presente, no hay controles ni la seguridad que debiera y hay un gris en el autocultivo. Y esto no es difícil de implementar”. Actualmente, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología sólo autoriza la importación del aceite para la epilepsia refractaria.
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