La Argentina tiene un problema estructural de restricción externa de divisas, la cual el gobierno de Cambiemos se encargó de profundizar con reformas sobre el sistema financiero. El resultado de la mayor flexibilización se exhibió rápidamente en la fuerte fuga de capitales vía formación de activos externos, la remisión de utilidades y la demanda neta por turismo, que desembocaron este domingo en el anuncio de un cepo a la compra de dólares. La decisión del macrismo por atacar este problema comienza por el eslabón más débil, el ahorrista, mientras mantiene el resto flexibilizado para grandes jugadores.
Hasta ahora el gobierno financió esta demanda creciente a través de la toma de deuda por parte del sector público, que al primer trimestre de 2019 ya ascendía al 88,5 por ciento del PBI. El mercado dejó de prestar; en breve, el FMI hará lo mismo, y la situación solo se agrava. La decisión de negar problemas estructurales y señalar como principal problema al déficit fiscal llevó a implementar una sucesión de políticas de carácter errático que poco hicieron por contener la salida de capitales y reducir el impacto económico de los acontecimientos de volatilidad cambiaria.
Si bien el accionar del Banco Central fue desordenado y la mayoría de las veces a destiempo durante las distintas corridas que acumula el macrismo en cuatro años, fueron las medidas adoptadas en un principio las que profundizaron los problemas. Se recuerda la eliminación de las limitaciones a la compra de dólares pero la desregulación financiera fue más profunda.
Las (des)medidas
Hasta 2015 los actores que operaban en el mercado local tenían que solicitar autorización al Banco Central para sus operaciones, como ahora reimplementó el macrismo nuevamente. Pero el marco regulatorio era mucho más sólido hace cuatro años y eso garantizaba mejor efectividad en una política monetaria.
Entonces llegó Cambiemos. El 16 de diciembre de 2015 se desreguló por completo toda restricción a la compra de divisas. El 31 de diciembre se eliminó el tope para la compraventa de moneda extranjera. Era de 2500 dólares mensuales para residentes y de 10.000 dólares para no residentes, siendo la última exigencia del "cepo cambiario". Este domingo se anunció la vuelta a un límite de 10.000 dólares mensuales por persona para la compra de moneda extranjera.
Una de las barreras de protección contra shocks externos es la aplicación de barreras al ingreso de los capitales golondrina, que provocan crisis abruptas porque impactan en las reservas. Hasta 2015 se mantenía una exigencia de encaje (depósito obligatorio) a fondos que no fuesen para la inversión productiva del 30 por ciento del total ingresado por el término de un año. Con el ministro de Economía Alfonso Prat Gay se llevó el plazo de permanencia mínima a 120 días, y el ministro Nicolás Dujovne el 5 de enero de 2017 eliminó el encaje.
Luego de eliminar la fórmula para establecer piso a la tasa de interés que se paga al ahorrista y un techo a la que se cobra a quien toma un crédito, el gobierno inició una política de tasas altas como única política antinflacionaria. Antes de la eliminación de los pisos y tasas el rendimiento de las lebac (instrumento para regular la tasa del mercado) era del orden del 30 por ciento. Actualmente, en las leliq (su reemplazo) bordea el 80 por ciento anual.
Por último, eliminó la regulación en el único canal de generación genuina de divisas: el sector agroexportador. Existieron distintos plazos, pero en general se estipularon 15 días de plazo máximo para liquidar los dólares luego de la exportación, a las grandes (como las vinculadas al agro). Y 90 y 360 días de plazo para exportaciones industriales. Podía haber excepciones, pero no se superaba un año de plazo.
En abril de 2016 se amplió de 30 a 180 días el plazo para liquidación de trigo, cebada, centeno y avena. En agosto de ese mismo año lo extendió a cinco años de plazo para la liquidación para todas las mercaderías. En enero de 2017 se eliminó la obligación de liquidar el mercado oficial exportaciones de servicios, como la venta software al exterior. En noviembre extendieron la eliminación de obligatoriedad de liquidar divisas por exportaciones de todos los segmentos.
La extensión o eliminación tiene un impacto directo en la oferta de dólares local, generando dependencia de divisas externas. Es así que el impacto de la vuelta de las retenciones (otra de las de Cambiemos) fue menor porque no había obligación para liquidarlas. Ahora se aplicó un límite al financiamiento en pesos local para las exportadoras y un plazo de liquidación de cincos días.
También se limitó la remisión de utilidades de las empresas, y también este domingo volvió a reimponerse.